Kate Tempest nos hace mejores
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Kate Tempest nos hace mejores

9 / 10
Ricky Lavado — 28-11-2019
Empresa — Houston Party
Fecha — 27 noviembre, 2019
Sala — La Paqui (Antigua sala BUT), Madrid
Fotografía — Alfredo Arias

Con una sonrisa gigante de agradecimiento se presentó Kate Tempest en la madrileña sala But tras colgar el cartel de entradas agotadas, como ya hizo la noche anterior en Barcelona. Aparecía sobre el escenario para presentar su monumental The Book of Traps and Lessons, obra cumbre (de momento) en la imprescindible carrera de una de las artistas más inalcanzables y necesarias que tenemos la suerte de poder disfrutar hoy en día. La velada supuso la primera oportunidad en la capital de presenciar la capacidad de la inglesa para convertir un concierto en una experiencia casi ceremonial, en la que la liturgia de la palabra y la urgencia del mensaje suponen los pilares sobre los que se construye un sentimiento colectivo que, durante una hora y media, nos mantuvo con la boca abierta, la piel de gallina y la certeza de estar presenciando algo importante de verdad.

Un concierto de Kate Tempest nos obliga a reflexionar, a sentir, a emocionarnos y a sentirnos de alguna manera conectados con la realidad en una interrogación continua sobre el rumbo que está tomando el mundo, y nuestro papel en él. Hay algo catártico, luminoso y esperanzador en presenciar a dos palmos de tu cara el desesperado llamamiento a la empatía de Kate Tempest mientras ahí fuera las calles de medio mundo están en llamas: Latinoamérica es poco menos que un polvorín; los Trumps, Erdogans o Bolsonaros de turno profundizan en la progresiva polarización de un mundo infectado por la desigualdad; Europa sigue estando perdida entre cadáveres hinchados llegando a nuestra costas y discursos xenófobos extendiéndose por todo el continente, y mientras el Brexit continúa su errática huida hacia no se sabe muy bien dónde, aquí hemos abierto las puertas del parlamento a 52 indeseables. Con semejante ruido de fondo, imposible no sentirse sacudido cuando la londinense proclama “Nuestros líderes ni siquiera fingen no ser demonios”.

Durante la primera media hora Tempest nos regaló un repaso de sus dos primeros discos, en forma de huracán inmisericorde de bases densas e intensidad electrónica sobre el que el fraseo impecable de la inglesa nos sumergió en un estado de parálisis contemplativa, arrancando con Europe is Lost para enlazar Grubby, The Beigeness, Ketamine for Breakfast o Tunnel Vision de forma frenética y prácticamente sin pausas para respirar. Sin permitirnos aflojar un poco el nudo en la garganta después de la tormenta recibida, las sutiles notas de piano de Thirsty dieron paso a la segunda parte de la velada, consistente en la reproducción íntegra y en riguroso orden de The Book of Traps and Lessons, y ahí es cuando la cosa se puso seria de verdad.

Desde los ya lejanos días al frente de Sound of Rum, Kate Tempest ha ido progresivamente alejándose de caminos preestablecidos para llevar su propuesta a lugares (tanto en lo musical como en lo lírico) por los que transita en solitario; un universo en el que poco o nada nos sirve el uso de etiquetas o comparaciones. Sobre el escenario de la sala But sonó rap y música electrónica, claro; spoken word y poesía también, pero las etiquetas se nos quedan cortas para definir a una artista que hace ya mucho tiempo que dejó atrás los parámetros formales de cualquier género. Firesmoke, Holy Elixir, I Trap You o Brown Eyed Man sonaron enormes, Hold Your Own alcanzó cotas emocionales realmente desgarradoras envuelta en un silencio casi reverencial por parte de todos los presentes (inaudito tratándose de un concierto en Madrid), y después del “I love people's faces” final, lo único en lo que pudimos pensar es en la enorme suerte de convivir en el mismo espacio y tiempo que Kate Tempest. Quiero pensar que todos salimos de ahí siendo un poco mejores que cuando entramos.

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