Emotiva despedida rodeado de sus amigos

Debía ser el año 2001 cuando un viejo amigo, Kike (es de justicia que diga su nombre por el favor que me hizo), me hizo llegar una canción de un nuevo rapero al que no conocía. Hasta entonces me solía pasar grupos de punk y rock nacional (véase Kortatu, La Polla, Def con Dos y semejantes) y el único disco de rap español que yo había oído era uno del Club de los Poetas Violentos. Aquella canción nueva era “Mierda” y el cantante era Kase.O, y aquel fue mi primer gran flechazo con el rap, una música que a la larga ha condicionado mi vida. Veinte años después ese rapero con un sonido tan underground que llegó a mí en una vieja cinta de cassette despide ante 14.000 personas la gira más multitudinaria que se ha visto en el hiphop en España. No parece que vaya a ser un parón definitivo, pero Kase.O dejará de dar conciertos por un tiempo indefinido.

Sobre este contexto, un Wizink Center abarrotado recibió al mayor icono que ha tenido la música rap nacional. Un cantante que ha traspasado las fronteras del hiphop y ha llevado su música a otros espacios y públicos que eran impensables cuando comenzó su carrera grabándose en el baño de su casa. Y es evidente que su música ahora ya no es aquel rap crudo con el que empezó; ese macarra romántico que parecía un cantante distinto en cada canción ha dado paso a un estilo más digerible, amable, abierto a todo tipo de públicos. Pero tampoco ninguno de nosotros hablamos, vestimos ni pensamos como hace veinte años.

Y el concierto fue un reflejo de esta evolución artística de Kase.O, con momentos para todo tipo de gustos. Comenzó con dos canciones que desprenden rap como “Esto no Para” y “Yemen”, y tras ello arrancó el carrusel de colaboraciones que se dejaron ver por el Wizink. Comenzó Foyone, con quien Kase ha entablado una gran amistad, y cantaron juntos las dos colaboraciones que tienen, “Guerrero Psicodélico” y “Salud y libertad”. Tras él, Sara Socas salió al escenario a demostrar que va sobrada de desparpajo y energía, en una aparición que sorprendió porque nunca habían colaborado juntos. Pero es que más de la mitad de los cantantes que colaboraron en el concierto no tienen feat con Kase.O. Como es el caso de Ayax y Prok, los siguientes en salir al escenario. Los gemelos cantaron sobre el beat de “Pura droga sin cortar” y protagonizaron uno de los momentos más emotivos cuando Kase.O los definió como “sus herederos” y aseguró que “el futuro del hiphop estaba asegurado con raperos como ellos”.

Rozalen acudió al escenario a ayudar con su imponente voz en el estribillo de “Mazas y catapultas”, demostrando una vez más que la música del cantante maño ha ido más allá de los límites del hiphop. Y tras ella, aparecieron en escena dos colaboraciones de las más especiales de la noche.O. Sho-hai y Xhelazz aparecieron en el Wizink para hacer las delicias de los más nostálgicos, en lo que fue el momento más cercano que hubo al recuerdo de Violadores del Verso durante las dos horas y media que duró el concierto. Se acordaron de los dos ausentes en la noche (R de Rumba y Lírico) y por un momento VDV parecieron resucitar. A continuación el concierto entro en un momento más tranquilo, con canciones cercanas al proyecto Jazz Magnetism como “Como el sol” o “Repartiendo arte”. Porque el zaragozano también disfrutó sus momentos de intimiddad en el escenario a parte de las 10 colaboraciones que le acompañaron en su despedida.

En otra sorpresa (aunque no lo fue tanto ya que Kase ya había anunciado en sus redes quiénes saldrían a colaborar), La Mari de Chambao saltó al escenario para suplir a Najwa en la sensual “Mitad y Mitad”. Dejando paso a otro de los grandes feats de la noche. Nafamacho apareció en el Palacio de los Deportes para cantar “Tranquilo”, en un sentido momento para los románticos del rap al ver juntos en el escenario a dos de los pioneros del hiphop en España. Podían haber cantado cualquiera de las colaboraciones que tienen juntos, pero eligieron esta canción al estar incluida en uno de los discos del desaparecido Jotamayúscula, a quien dedicaron bonitas palabras de recuerdo y a quien quisieron homenajear con la siguiente canción (más que apropiada para la ocasión) “En el cielo no hay alcohol”. Precioso detalle hacia un productor que creó escuela en el rap.

Para el final, Kase-O se dejó uno de los platos fuertes; el cantante de SFDK, Zatu Rey, y su exitoso “Ringui Dingui”. Hubiese resultado algo histórico que cantasen aquel duro y oscuro “A mí no me lo cuentes” con el que demostraron en 1999 que algo importante estaba naciendo en el rap en España, pero lo cierto es que ambos cantantes se encuentran ya en otro momento y la funkera y festiva Ringui DIngui puso el Wizink patas arriba. Creando un contexto perfecto para la siguiente y penúltima canción del concierto, la imperecedera “Cantando”. Un himno en la carrera de Kase.O y un oasis en el show, ya que esta alegre canción fue de lo poco que escuchamos de la época de Violadores del Verso durante el concierto. Un concierto que, simbólicamente, acabó con la canción de “Renacimiento”, aquella con la que Kase abrió una nueva etapa dejando atrás Doble V y comenzó su carrera en solitario.

Ahora, parece que la historia se repite y el zaragozano se dispone a cerrar un capítulo y apartarse de la música durante un tiempo, al menos en cuanto a conciertos. Para esta despedida (en España, ya que aún dará algunos conciertos en Latinoamérica) se reunió de algunos de sus grandes amigos del momento y ofreció sus últimas veintitrés canciones en directo. ¿Y ahora qué? Nos preguntamos. Sólo Kase-O lo sabe, o igual ni eso. Lo que es seguro es que se echará de menos a aquel cantante con el que tantos y tantos descubrimos el rap. Y seguro que él también echará de menos al rap, así que esperamos que no tarde mucho en volver. Sea con el sonido que sea.