Juanito Makandé aterrizaba en la Jimmy Jazz, en su primera visita a la capital vasca, rodeado de una banda de lujo y con una sala que rozaba el lleno. El polifacético artista gaditano (La Línea de la Concepción, 20 de febrero de 1982) cantante, percusionista, compositor y productor, deslumbró con su propuesta flamenca fusionada con rumba, jazz y funk.
Venía presentando su último disco ‘El habitante de la tarde roja’, grabado en los míticos estudios Abbey Road de Londres. Tras invitar al personal a dejar atrás los problemas del día a día y olvidarse un poco de todo durante un par de horas, arrancaron con “El vuelo de los cuchillos”, “Tocar las nubes” y “Échale papas”. Espoleados por un público atento y en un ambiente relajado y cercano, Makandé recordó sus raíces y tuvo unas palabras para sus padres y sus abuelos.
La banda mantuvo un pulso fresco y constante durante toda la noche y consiguieron meterse en el bolsillo a una audiencia entregada. Con una energía palpable sonaron “Entre mi casa y la luna” y la coreada “Kamikaze” no sin antes invitar a los presentes a “follar más y quejarse menos” según palabras de Juanito. “Yo no soy un crío”, “No quisiera despertar” y el pasaje instrumental antes de “Qué quieres de mi” encarrilaban el concierto y el calor de la sala aumentaba.
En un escenario ataviado con sillas de color rojo y plantas, como si de un corralito flamenco se tratara, y una lona con un cálido atardecer decorando el fondo, Makadé presentó a la banda (sus compadres) y recordó lo bien que se come y se bebe en Euskadi. Habló de la felicidad que le proporciona “Comer, beber y la buena música” con una sonrisa en la cara mientras conducía la actuación con humor y desparpajo.
Sonaron “La llave”, Pistolas y cuchillos” y la canalla “Ciego muy ciego”. Cerraron con “Churrete y Ringo” antes de su primer bis, donde volvieron, para la alegría de los presentes, con “Segunda canción de amor” y “Arañando el aire”. Tras estos dos cortes se despidieron, pero al poco estaban otra vez en el escenario para ofrecer uno de sus temas más representativos “Niña voladora” cantada por todos y acabar con “Eres para mí”, voz rasgada y cargada de emotividad.
Una noche que rebosó buen rollo y ganas, con un Makandé que se sintió a gusto y una banda llena de sentimiento y con una técnica de primer nivel. Todo el mundo contento a casa. En futuras visitas seguro que su gente le recibirá con el mismo entusiasmo.
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