Poesía Rock
ConciertosJosele Santiago

Poesía Rock

8 / 10
Alberto Bonilla — 14-05-2018
Empresa — Auditorio Barañain
Fecha — 12 mayo, 2018
Sala — Auditorio de Barañain /Navarra
Fotografía — Javier Escorzo

El Auditorio de Barañáin acogió en la noche del sábado el show de Josele Santiago que realizó un repaso a lo mejor de su carrera, desde el aclamadísimo ‘Las golondrinas etcétera’ hasta un actual ‘Transilvania’ cuya lírica roza la íntima perfección para analizar un contexto social y político nauseabundo. Hace ya unos años, en 2011, Josele afirmaba en una entrevista que pasada una década solo se veía “con diez años más”. A falta de que este tiempo se cumpla, el cantautor y compositor demostró en Barañáin durante casi 90 minutos que su música está más en forma que nunca.

Sin demasiado retraso, Josele y su banda aterrizaban ante un auditorio que no acabó de llenarse pero que estuvo repleto de incondicionales que disfrutaron de un directo que se inició con “Prestao”, de su último largo. Desde los primeros compases se visualizó, pero sobre todo se escuchó, que Josele no batalla solo en los escenarios y ya en “Ovni viejo” se pudo disfrutar de un impás instrumental que recordó por momentos a una jam session. Con el paso de los minutos, Josele se hacía notar cómodo ante el respetable y se erigió como presentador de cada uno los temas del setlist. Así fue con una explosiva “Euforia”, “lo que tendría que estar desprendiendo si me dejaran los médicos” con la que ya logró levantar de sus asientos a los más animados, o esa “Pensando no se llega a ná” con la que quiso quitarle al respetable sus ideas de la cabeza ya que “para eso tenemos a los líderes”.

Con la máquina engrasada, “Baila el viento” de su ‘Loco encontrao’ sirvió como demostración de la evolución vocal de Josele con el paso de los años y también de antesala de una costumbrista “El lobo”, en la que logra engrandecer hasta las situaciones más duras del día a día. “Magia negra”, “Hagan juego” y “Cuatro días”, recuperada para la ocasión, precedieron a una “Ángel”, en la que con únicamente dos guitarras como acompañamiento, el frontman encaró la parte más folkie de su directo, protagonizada también por canciones de ‘Transilvania’ como “Un Guardia Civil” o “El bosque”. Siguiendo por esa línea que observa la realidad y en la que Josele brilla, llegó el momento de “Farol”, dedicada “a esos camareros que no te quieren poner una copa y ya solo queda tiempo para la retórica”. Huyendo ya de ese break más de perfil cantautor, “Que hable el sol”, “El baile de los peces”, “Cachorrilla” o “Tragón” sirvieron para ascender en los compases del blues y el rock’n’roll antes de la enérgica llegada de una “Ole papa”, con la banda en pleno desatarse, y que podría haber dado por finalizado un redondo directo.

Aún estaba Josele ocioso e hizo volver a su banda al escenario para interpretar “Mi prima y sus pinceles”, una canción sobre la recaída en las drogas que él definió magistralmente como “esa prima que pinta la pared, lo mancha todo y se va”. Parecía entonces el momento de terminar el espectáculo con “Cómo reír” y así recuperar la sonrisa en el respetable, pero no. No contento con ello, hubo nueva vuelta al escenario para interpretar el “Loco encontrao” que tan bien define el sonido, el arte y la vida misma de uno de los personajes fundamentales del rock en español.

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