«Pues ha estado bien. No, ha sido bestial. Es increíble. Es único». Si señor, es único, es bestial, es sexual, y sabe muy bien lo que se hace. De eso no hay duda. ¿Pero entonces, para qué lees ésto? ¿O para qué lo escribo? Pues para decir que, a pesar de que no hay dos como la Blues Explosion, ha habido conciertos mejores. Para contarte que sus discos cada vez son más negros, pero los conciertos, en el fondo, siguen siendo demasiado blancos. Para secarme el sudor de la noche y confirmar que Jon Spencer necesita de menos distancia entre su espectáculo y el público, y está creciendo tanto, que la cercanía de anteriores visitas, ya es una utopía. Y no sólo eso, sino que ya no necesita de tantos excesos como antaño. Naturalmente, quien le haya visto por primera vez se habrá quedado extenuado y maravillado, y se me querrá tirar a la yugular. Bueno. Antes destrozaba más canciones, y no se contentaba con ejecutarlas, y vale. Y eso se nota, aunque Russell Simmins sea uno de los golpeadores más temperamentales del mundo. Es cierto que a partir de «Do You Wanna Get Heavy» la cosa cambió y la Blues Explosion volvió a ser la cocina infernal de anteriores ocasiones. Pero insisto, si la trayectoria discográfica cambia, el directo debería evolucionar hacia alguna parte (aunque no fuese la fiesta de negrura que yo esperaba).Sin embargo, Add N to (X), se mostraron tremendamente tenebrosos y extravagantes a caballo de un Moog épico. Capaces de ejecutar agresiones, incluso tocando blues con el theremin. No hay punto de comparación. Pero de momento, de Add N to (X) no se puede decir que repitiesen con menos fuelle lo de anteriores maravillas.
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