Talento insinuado
ConciertosJolie Holland

Talento insinuado

7 / 10
Raúl Julián — 15-04-2024
Empresa — Houston Party
Fecha — 12 abril, 2024
Sala — Berlín Café / Madrid
Fotografía — Adolfo Añino

A pesar de contar con una generosa carrera a sus espaldas, la gira de cuatro fechas (San Sebastián, Barcelona, Madrid y Zaragoza) de Jolie Holland por nuestro país era del tipo de las que se presumen como uno de esos secretos a medias que apetece disfrutar de tanto en tanto, al margen de grandes recintos y nombres de sobra conocidos. Una motivación propiciada por discos tan interesantes como “Escondida” (Anti-, 04), “The Living And The Dead” (Anti-, 08) el excepcional “Wine Dark Sea” (Anti-, 14), o el más reciente Haunted Mountain (Cinquefoil, 23), en un currículum al que cabría añadir colaboraciones con Guy Harvey de Elbow y Buck Meek de Big Thief.

La de Houston no se sitúa demasiado lejos de esas coordenadas manejadas por el grupo liderado por Adrianne Lenker, con un catálogo de canciones sentidas que transitan entre trazos más o menos definidos de folk, americana, jazz o country, a través de estructuras que no temen alejarse de lo convencional. Holland se presentó en su cita madrileña del Café Berlín acompañada de guitarrista y batería, apostillando lo enrarecido del ambiente desde el principio. De hecho, quince minutos antes de las ocho de la tarde –hora fijada para el comienzo de la velada– la vocalista subió al escenario para explicar que le acababan de informar de que, tras el suyo, la sala tenía programados otros dos espectáculos, por lo que debería acotar su presencia en la misma.

Comentaba, además, que se disponía a vender el merchandising antes del comienzo, ante las dudas razonables surgidas acerca de si después podría hacerlo. Sólo un par de minutos después de la hora fijada, el trío tomaba el escenario con la principal protagonista visiblemente incómoda, moviendo monitor y pie de micro, toqueteando el amplificador, o quitando y poniendo la espuma del micrófono en repetidas ocasiones. Tampoco lucía especial complicidad con los músicos, algo tensos tras sonrisas forzadas. A pesar de todo, Jolie Holland se antoja como una compositora de chispa especial y temas tan inspirados como “Orange Blossoms”, “Roll My Blues”, “On And On”, o “Haunted Mountain” salvaron la primera mitad de un concierto de sensaciones extrañas.

Algo más relajada en actitud se mostró durante la segunda parte de una actuación rematada con destacadas del tipo de “Me And My Dream”, “Palmyra” o “Mexico City”, mientras (eso sí) la autora miraba el reloj y potenciaba el desconcierto cuando, en el espacio entre dos canciones, decidió mostrar los diferentes modelos de camiseta disponibles en la gira. En total, una hora de concierto que dejó entrever el enorme talento de Jolie Holland, llegando incluso a convencer a un público que no agotó entradas pero dotó al local de buen aspecto. El mismo que, casi con toda seguridad, lo abandonó con la sensación de que aquello que apuntaba a velada inolvidable para aficionados de olfato infalible quizá había quedado en insinuación.

 

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