Concierto de John Mayall en Zaragoza
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Concierto de John Mayall en Zaragoza

7 / 10
Jaime Oriz — 21-02-2017
Empresa — Big Star
Fecha — 18 febrero, 2017
Sala — Mozart
Fotografía — Jaime Oriz

¿Es lícito ofrecer un concierto de blues sin apenas presencia de guitarras? ¿Una leyenda del género tiene carta blanca para plantear el show a su antojo? Viendo la exhibición de John Mayall del pasado sábado en la sala Mozart del Auditorio, la respuesta es un sí rotundo, aún con cejas levantadas de mucha parte del público. El mítico músico regresaba a Zaragoza tan sólo tres años después de su última visita, en la que volvió a dividir la valoración de los espectadores. Si en aquella ocasión apostó por un mayor protagonismo de las guitarras y un desarrollo más progresivo, más cercano a una jam, el sábado no tuvo reparos en basar sus mejores bazas en la excelente base rítmica (impresionantes Greg Rzab y Jay Davenport en el bajo y batería respectivamente).

Si bien es cierto que el arranque no estuvo a la altura, tanto por discreto sonido de la sala como por la frialdad del trío, el avance del concierto fue in crescendo hasta llegar a una magnífica recta final, en la que disfrutamos de un octogenario que se niega a ser considerado como un bluesman acomodado, un músico que continúa desafiando los códigos del género y no tiene miedos en causar división de opiniones entre sus seguidores, en beneficio de lo que él considera lo que es blues en el siglo XXI.

También regresó el protagonismo de la armónica. Los pulmones de Mayall aún retienen la fuerza para soplar con ímpetu uno de los instrumentos que le hizo famoso. No la usó como mero revival ni como peaje a pagar, la acopló al show con todas las consecuencias: protagonizó cerca de un tercio de la noche. A falta de las seis cuerdas (de las que se encargó en momentos muy puntuales el propio ex líder de los Bluesbreakers), buen peso de las canciones recayó en el gran trabajo del bajo de Rzab y no tuvo miedo en acercarse tanto al jazz como el funk (género en el que se mueve más cómodo) y hacer el papel de guitarra solista.

La inevitable, esperada y aplaudida “Room to move” volvió a sonar en los bises. Vigorosa y con un Mayall ya totalmente pletórico a la voz, sirvió como broche perfecto para despedir a la leyenda con el auditorio en pie. Sólo fue el comienzo de una discusión entre los asistentes. ¿Blues sin guitarras? Yo digo sí.

John Mayall en Zaragoza

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