“Estamos encantados de estar otra vez en Barcelona, aunque siempre veamos las mismas caras”. Así se sinceró Juan Santaner, guitarrista y principal compositor de Jet Lag, cuando se acercó al micrófono en un lapso del excelente concierto que ofreció en la sala La Paloma. El escaso público que lo escuchó compartía la misma sensación: con el repertorio de su nuevo disco, el grupo va a ganar muchos adeptos en poco tiempo. Sabedores de la madurez de su recién publicado “Jet Lag.” (con ese significativo y tajante punto final), Santander y los suyos centraron el recital en sus nuevos temas. Pablo García, lejos de disimular que su voz es igual que la de su hermano Jaime de Sexy Sadie, ahora se dedica a aprovecharlo. Jet Lag se han despojado de complejos a lo grande: a base de canciones óptimas, en las que se han dejado empapar por las vueltas de tuerca que le ha dado al rock Jeff Tweedy. El concierto fue planteado rítmicamente como los de Wilco: in crescendo. Comenzó paseándose por las melodías introspectivas de “Let´s Get Lost” y “Delay”, para acabar llegando a piezas más luminosas como la siamesa “Mrs Mockingbird / Like Diving”, fusión de dos canciones en una al son que marcan los teclados. Por el camino se recodaron éxitos que hoy se nos antojan algo verdes, como la pegadiza “Clock”. Y tocaron la versión más melancólica del “Friday, I´m In Love” de The Cure, puntualizando que se pude estar enamorado y triste a la vez. Jet Lag ya enamoran. Y entristece que lo sepamos sólo unos pocos.
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