Regalo de reyes
ConciertosIzal

Regalo de reyes

8 / 10
JC Peña — 10-01-2022
Empresa — Ayuntamiento de Madrid
Fecha — 05 enero, 2022
Sala — Teatro Real de Madrid, Madrid
Fotografía — Gloria NM

En una fría y soleada mañana madrileña el quinteto protagonizó, en compañía de la Banda Municipal de Madrid, el tradicional concierto en la víspera de la noche de Reyes. Beneficiándose de la acústica imponente del ilustre Teatro Real y, sobre todo, de los estupendos arreglos orquestales interpretados por la Banda, Izal involucraron a sus incondicionales y a público insospechado en una elegante actuación que culminó con una versión de “Un año más” de Mecano. Una matinal breve pero intensa en la que algunos de los éxitos del grupo fueron reinterpretados con matices sorprendentes y de muy buen gusto.

La tumultuosa entrada en las inmediaciones del teatro no dejaba lugar a dudas: Izal habían agotado todo el papel y había muchas ganas de empezar el año con un evento así, a pesar incluso de la confusión sanitaria. El reclamo no era otro que la puesta en escena con acompañamiento orquestal y sobrio juego de luces del meollo de su discografía, con especial y a priori sorprendente énfasis en “Copacabana”.

La taquilla iba, como siempre, destinada al Banco de Alimentos de Madrid. Una oportunidad que la banda había definido como “única”, muy adecuada para resarcirse parcialmente de estos casi dos años de excepcionalidad, tan duros para el directo. El concierto de Reyes permite a los artistas invitados (Hinds y Morgan en ediciones anteriores) vestir a sus canciones de gala con un despliegue musical inédito. Por su parte, el Real se muestra cada vez más abierto a tender puentes entre la música sinfónica y la popular en cualquiera de sus formas: el mismísimo Iggy Pop, némesis de cualquier respetabilidad clásica, está programado para el próximo verano.

Parte del elenco de la ópera “La Bohème” había dado positivo y canceló una función tres días antes. Falsa alarma, porque el quinteto afincado en Madrid salió a la palestra con el acompañamiento de la prestigiosa Banda dirigida por el neerlandés Jan Cober, cuya interpretación de arreglos de Miguel Blanco y Borja Arias iban a arropar sus composiciones.

Como suculenta introducción, la Banda Municipal clavó una lectura orquestada de “Paint It Black” de The Rolling Stones que habría hecho las delicias del James Bond de los años sesenta. A continuación, salieron Izal. Por las tablas que demostraron desde el arranque misterioso con “Meiuqèr”, de su reciente e introspectivo “Hogar”, nadie habría dicho que estaban “muy nerviosos”, como confesó Mikel al final del evento. Cierto que sonó algún desajuste, lógico cuando en un escenario coinciden más de cuarenta personas, pero en seguida los matices orquestales se integraron modélicamente con guitarra, teclados, bajo, batería y su voz. El público fue entrando en faena, animándose incluso a corear, cantar estribillos y dar palmas en “Pequeña gran revolución” o “La mujer de verde”. En un marco tan riguroso, Mikel estuvo solvente y brilló con el intimismo emocional de “Pausa”.

Su lado más rítmico adquirió colores inesperados según la “pedazo de banda” que les arropó (en palabras de Mikel, que bromeó nada más salir avisando de que no iba a hablar mucho, lo cual cumplió) sacaba todo el partido de los matices orquestales en cortes como “Copacabana”. Algo más de una hora que dejó un sabor de boca comunal muy necesitado y terapéutico, con el público dejándose las palmas y exigiendo otra canción, que tuvo que ser un bis literal (“Pequeña gran revolución”): como avisó el cantante con honradez, una cuerda de la guitarra estaba desafinada cuando la tocaron por primera vez, y no tenían más repertorio preparado junto a la orquesta. La idea funcionó a la perfección.

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