El pasado 25 de noviembre se celebró una nueva edición del festival Intromusic en su emplazamiento habitual, la feria de muestras de Valladolid. Como viene siendo la tónica general en este festival, su cartel estaba copado por algunos de los artistas más representativos del indie patrio. Desde el mediodía pudimos disfrutar de artistas como Depedro, quien desplegó un arsenal sonoro con el que recorrió gran parte de su discografía, poniendo al público a sus pies desde el primer momento. Una cuidada instrumentación y los continuos ecos a ritmos latinos, consiguieron crear una atmósfera muy personal. Por su parte, Iván Ferreiro se ha convertido en una apuesta segura, además de un clásico del festival. El gallego es, sin duda, uno de los mejores compositores de nuestro país, y sus letras cargadas de metáforas y ensoñaciones consiguieron transportar al oyente a su propio universo.
Dorian es uno de esos grupos que cuenta con una fiel legión de fans, fruto del trabajo y aquellos miles de kilómetros de carretera que llevan Belly, Mark y compañía llevan a sus espaldas. Hicieron las delicias del respetable combinando temas más desconocidos con clásicos ineludibles de la banda. Tras el parón para comer, la actividad se reanudó en el escenario Vibra Mahou con una de las propuestas más interesantes de la jornada: Nat Simons sorprendió a propios y extraños con una propuesta cimentada en el rock más incisivo y poderoso. Tras ella llegó el turno de los locales Siloé que, a pesar de no contar con una acústica propicia, engancharon al público allí congregado. Los murcianos Second hace años que ocupan un puesto destacado en el podio del indie nacional, y se encargaron de dar el toque de elegancia y presencia a la cita.
El momento más esperado de la jornada llegó cuando Arde Bogotá (en la foto) tomaron el escenario Cigales para despejar cualquier duda acerca de su estado de gracia. El resultado no fue otro que canciones potentes y directas, coreadas cuales himnos contemporáneos por sus miles de seguidores. Tras ellos, llegó la electrónica pop de Delaporte que consiguieron hacer bailar a los más rezagados de la noche. Finalizaba así una nueva y exitosa edición del Intromusic pucelano, que había conseguido agotar entradas con semanas de antelación y se confirma así como evento invernal ineludible para miles de aficionados al indie-pop más radiable.
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