Howe Gelb en estado puro, sin coros gospel, sin acompañantes, sin set list. Cada concierto del líder de Giant Sand es distinto porque depende del clima de la ciudad, de la atmósfera de la sala o de lo que a él le dé la gana. La capacidad de sorprender desde lo aparentemente sencillo está desapareciendo y la ironía es cada vez peor entendida y menos usada, pero en las manos (al piano o la guitarra) y la voz de Gelb estas dos características se aúnan y alcanzan su máximo nivel de exhibicionismo. Que John Convertino y Joey Burns dejaran Giant Sand para formar un grupo de pseudo mariachis modernos mucho más famosos que su anterior banda, parece que no dio mucha pena a Howe Gelb. Siguió con lo suyo, con su country alternativo de ramalazos blues, en una voz que en directo suena muy sensual, susurrante, algo áspera y tremendamente atractiva. Sus conciertos son el mejor ejemplo de cómo usar la música para dar lecciones de música, de saber estar y de entretener sobre un escenario. En Madrid hizo un poco de todo: le cantó a Daniel Johnston, improvisó una poesía musicada con la palabra “Córdoba” (“record-oba”; a esta ciudad se va a grabar con Fernando de Flow), usó el “Porropopón” de intro, metió “Hey Jude” (magníficamente coreado por los presentes) al final de un tema, sorprendió con una intensa “Over Jordan” de Papa M, interpretó al piano “The Desperate Kingdom Of Love” de Pj Harvey, recordó algo de Giant Sand con “Shiver” y algunas nuevas como “Paradise Here Abouts” de “Sno’ Angel Like You”. Y porque ya estaba cansado o no tenía más tiempo, que si no termina fusionando a Camarón con Neil Young...
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