Un nuevo local nace en Zaragoza con la intención de sumarse a los irreductibles que continúan acercando música en directo a la ciudad. La Sala López inauguró su programación con la exquisita actuación de los madrileños Hola a Todo el Mundo, demoscópicos de esta publicación el pasado año. El quinteto presentó satisfecho su agraciado debut homónimo lanzado la presente temporada, con pretendida propuesta de folk-pop sixtie ambientada desde un escenario adornado con abundantes flores, luces coloridas y bandera propia. Bien trazadas y mejor llevadas al directo, la banda posee grandes canciones que a su paso remiten según la ocasión a Devendra Banhart, Arcade Fire, Akron/Family o Vetiver. Porque Hola a Todo el Mundo beben de varias fuentes reconocibles, pero tienen el don de asimilarlas y transmitirlas después en forma de propias composiciones que paradójicamente resultan un refrescante descanso dentro de la escena estatal. El concierto fue desarrollado con la pacífica tranquilidad y calma que a su vez desprende el álbum, acompañando a un sonido definido y con el permanente jugueteo vocal masculino y femenino marcando el camino que conduce a una melancólica luz. Instrumentos poco habituales como acordeón, ukelele o violín cuentan con papel real y destacado en el universo del grupo, deshojando el disco al completo junto a panderetas, campanillas y demás detalles, con destacadas paradas en “Amor Fati”, las dos partes de "Choose Your Own Adventure", la animosa “Current Road”, “Golden Sound” y la excelente “A Movement Between These Two” sentenciando un concierto que conquistó al público a base de buenas vibraciones.
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