Una hora de concierto, ni más ni menos, un sprint musical para colgarse una medalla de oro en la Sala Santana 27, en el botxo, ante 1.500 fans que le siguieron las pisadas entre saltos y coros. Reza el dicho que lo bueno, si breve, dos veces bueno; pero si bien Hoke ha demostrado en los últimos años que merece el lugar que ocupa por la innegable calidad de su música y la complejidad de sus construcciones, sus fans ayer se quedaron con ganas de más.
El artista lució una puesta de escena perfectamente estudiada, totalmente ataviado de negro, con las "Tres Creus" iluminadas detrás. Saltó a las tablas solo, no como en su anterior visita a Bilbo, y aunque se basta y se sobra por sí solo, perfectamente backeado por Adri al sonido, se echó de menos a Louis Amoeba, su otra mitad en "BBO", a Chase y, sobre todo, a Ébano en sus colaboraciones estelares.
La presentación arrancó con ‘Dálmatas’ y, para cuando el artista comenzó a fumar en el aeropuerto de Manises, el público ya estaba botando. A día de hoy, cuesta imaginar un rapero español con más llegada que Hoke. No tiene seguidores, goza de acólitos que gritan cada rima como una suerte de invocación. El valenciano fue haciendo un recorrido por "BBO" y "Tres Creus", alternando temas más frenéticos con otros más relajados y melódicos, véase ‘Automático’ o ‘Masa Madre’.
También hubo tiempo para que sonasen los clásicos ‘Chorbo Real’ y ‘Calle Cortada’, pero ‘Desemparados’ fue un punto de inflexión para todo el que disfrutó del concierto. Como era de esperar, el tema colaborativo con Ébano y Ergo Pro, ‘M.A.N’, explotó la sala, y el millar de personas rompió a saltar como si de un concierto de Travis Scott se tratase. Fue la canción más celebrada del nuevo álbum, que con el paso de los meses parece estar cuajando mejor en la crítica. Por otro lado, no había ninguna duda de que ‘Jjjj’ , de "BBO", volvería a ser el colofón de la presentación pero, en vez de usarla para cerrar, la dejó para el último tramo de concierto.
«El filete al punto rojo, en Colombia me escuchan fumando punto rojo, me he comprado dos rubíes de medio punto rojo, me combinan porque entre mis ojos hay un punto rojo». Se conoce como antanaclasis y es una de las múltiples figuras retóricas que el letrista maneja a su antojo. Quién no recuerda que, en "BBO", ya hizo de cuartos las mitades y lanzó un guiño a la profesora que anticipó su fracasó en cuarto curso. Y es que Hoke se ha ganado un puesto como titular del rap nacional y siempre ha de estar sobre el parqué, posiblemente con la de los Sixers, esperemos que Carlitos haya aceptado la oferta, sea desde el primer hasta el último cuarto.
Tras una hora de show y dos breves parones con cambio de outfit, se despidió sin amago de bis, lo que dejó un poco frío al respetable, ya que en su anterior visita a la capital vizcaína sí que volvió a saltar a las tablas para, valga la redundancia, volver a saltar con ‘Jjjj’. En definitiva, tuvo momentos más sentimentales cuando llegaron 'Triple Six' o 'Infrarrojo / Ultravioleta', y los citados peaks de adrenalina. Hoke ejecutó un concierto directo y al pie, como Ronaldo ‘el gordo’, sin estridencias ni parafernalia, para llevarse la medalla de oro ante un público que ya estaba entregado de antemano. Triunfo al sprint que a los fans del olímpico les hubiera gustado que fuese en otra disciplina más prolongada.
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