Los formatos para disfrutar música en directo varían tanto como personas hay para escucharlos. Poe eso, los conciertos del sábado en el parque San Bizente de Barakaldo, dentro del marco de la primera edición de Hiriko Soinuak, se presentaron en formato concurso. Si, concurso. Como el WOA Metal Battle o las Batallas de Gallos en el mundo del hip hop. En este caso ha sido para promocionar a las bandas locales, que siempre es un acierto. Las ganadoras de cada categoría fueron: Lemy River en la categoría principal, Sara Zozaya en el Premio a la igualdad, La Nevera Vacía en Mejor artista de Barakaldo, y Lanbroa en Mejor artista en euskera.
Los premios varían por categorías pero todas coinciden en la grabación, producción y masterización de un single en el estudio de Gaua Producciones, dependiendo de la categoría, actuaciones en Bay Of Biscay Festival o en la presentación del Primavera Sound en Madrid, y todos los ganadores (excepto mejor artista en euskera) tocarán el sábado 6 de abril en la segunda jornada de Hiriko Soinuak junto a Burning y The Mani-Las (más info aquí).
El festival empezó a las 18h, todas las bandas tocaron entre 25/45 mins y llevaron muy buen ritmo con sus respectivas pruebas de sonido. El equipo de iluminación fue un puntazo muy fuerte del festival. Cada banda se vistió con un juego de luces diferente y en conjunto, crearon una atmósfera muy especial.
El primer turno fue para La Nevera Vacía (foto superior), ganadores del premio al mejor artista de Barakaldo. El género buceaba entre el pop-rock, el garage y el indie más luminoso con algunas licencias distintivas. Incrustaron muy bien bellos sludges al final de los temas. Hicieron un buen trabajo sin altercados notables. Los siguientes en caldear la contienda fueron 4 Villains en la categoría de igualdad. Calidad instrumental y carismática voz. Enjaularon ritmos del death metal en un outfit cinematógrafico y/o literario y esto ayudó a meter a la audiencia en su papel rápidamente. El baterista según nos contaron, acababa de llegar a la banda y apenas tuvo 24 para ensayar pero golpeó cada corte muy acertado. Esta banda con otra guitarra, armonizaría más las estrofas, ritmos y riffs del conjunto pero el trabajo expresivo de la vocalista se llevó la palma.
Los y las siguientes en beligerar melódicamente fueron Lanbroa (foto superior) en la categoría de mejor artista en euskera y se llevaron el premio. Marcan un estilo folk con líneas de contrabajo, guitarra acústica y percusión de batería y pequeños instrumentos que se fusionaron con una psicodélica distorsión en la guitarra eléctrica. Resultó cuanto menos, sugerente y placentero. Uno de los premios más merecidos, fue para la donostiarra Sara Zozaya (foto inferior) que venía acompañada en este caso por el guitarrista Antton Miguel. Ella solo necesita la voz para demostrar su talento pero se rodeó de un teclado y guitarra para alcanzar la imperfecta perfección. Velocidad pausada para transmitir un cante y un sentir muy personal y atractivo. Al final nos sumergimos en los acordes y líneas melódicas con los movimientos cíclicos y convulsos de Antton, su guitarra y ese timbre tan impresionante de Zozaya. Enhorabuena.
Lemy River (foto encabezado) aparecieron en la reyerta y dieron el primer toque multiinstrumental de los miembros, psicodélia acústica y electrónica y grandes chutes de autotune. Tuvieron varios fallos técnicos y algún cable petaba el sonido constantemente. Tuve que cambiar de sitio varias veces para equilibrar el estéreo. No obstante, fue una de las bandas más originales y con percances y todo, una de las mejores. El turno de Geométrica se caracterizó por desprender un estilo pop apegado al funky y toques de ska, bantante bien asentados. Un fallo, esos nervios iniciales que les impidieron dar un espectáculo homogéneo desde el principio. Musicalmente brillaron en cuanto a estructura del bolo y calidad de los temas.
Las dos formaciones que continuaron son a mi juicio, dos importantes promesas del panorama local de Bilbao y si se lo curran, porqué no, del la escena nacional. El flow de Las Selvas (foto superior) atiende a ese punk surfero con incrustaciones autónomas mezcladas entre el rock y el indie. Molan mucho. Y lo que moló mucho también fue el maquillaje que acostumbra a llevar la vocalista. Tenía ojos pintados en los párpados. Airu (foto inferior) subió cuando había una intensa afluencia de público. Irune Vega y su banda descargaron pop aderezado sintéticamente con riffs distorsionados y chispeantes en la línea Lo-Fi. Desde la batería los temas fluían bastante acaramelados al unirse a la voz de Vega. Ella aporta un lado intenso, profundo y hasta serio de la banda. Recomiendo muchísimo su escucha.
Llegamos al final de la noche con un bolo que no dio tregua. After Life (foto inferior) nos dieron death metal acalorado, gutural, melódico y sentido. Al instante, recuerdos a Arch Enemy o mejor dicho, a The Agonist abarrotaron mi cabeza. Cuando dedicaron un tema al holocausto animal, Angela Gossow se hizo presente. Lineas de percusión clavadas, guitarras afiladas y un espectáculo de voces bastante decente. A mi juicio, esta banda debería haber sido aunque sea, nombrada en el palmarés pero los concursos son así. Un 10 a la organización, a los músicos, a Barakaldo y Euskal Herria por proporcionar tanto talento artístico y musical. Nos vemos el próximo sábado.
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