HIM + Paradise Lost

Que Paradise Lost teloneen a HIM es casi tan esperpéntico como si Bad Religion telonearan a Simple Plan o Ministry y Einstürzende Neubauten hicieran lo propio con Rammstein: las deudas, más o menos evidentes, de los segundos respecto a los primeros son inversamente proporcionales a la calidad y relevancia de su repertorio. Por esta razón duele más aún que Paradise Lost no aprovecharan la oportunidad para mostrar a las nuevas generaciones en qué consiste realmente eso del doom metal gótico. Los de Halifax empezaron bien con la felizmente recuperada contundencia de su último disco, “In Requiem” (“The Enemy” y “Ash & Debris” hacían presagiar lo mejor), aunque no tardaron en decantarse por algunos medios tiempos poco ilustrativos de su legado (“Mystify”, “No Celebration”). La redención apenas llegó –y tarde– con la brillante “The Last Time”. Puedo imaginarme a Ville Valo de HIM exigiéndoles por escrito que no tocaran sus clásicos para no dejarles en evidencia; o quizás simplemente prefirieron adaptarse al público mayoritario de la noche. En cualquier caso, los de Halifax estuvieron excelentes al lado de los autoproclamados creadores del love metal. Para ganar en credibilidad, HIM necesitan algo más que rebajar la afinación de las guitarras e introducir pasajes doom como hacen en su último “Venus Doom”; entre otras cosas, necesitan mejorar infinitamente su directo, carente por completo de garra, ritmo y actitud. Más entretenido en deambular por el escenario y en obsequiar con muecas y guiños a las adolescentes de las primeras filas que en entonar sus canciones, el líder de los finlandeses descompuso un repertorio largo y aburrido del que destacaron, eso sí, un puñado de hits ciertamente pegadizos, caso de “Right Here In My Arms”, “Join Me In Death” o “Poison Girl”, todos ellos extraídos de “Razorblade Romance”, publicado hace casi diez años. Lo mejor de la noche, sin duda, el “Dirt” de Alice In Chains que sonó entre ambos grupos.