Gus Gus, que no pare la fiesta

Cuando me tocaba cubrir el concierto de Gus Gus de la pasada noche y se lo contaba a unos amigos, lo primero que me dijeron fue: ¡Ah!, pero ¿siguen vivos? Era para planteárselo, pero visto lo visto con una sala casi llena, se ve que siguen muy vivos y con una buena cantidad de fieles con ganas de fiesta. Otra de las leyendas que corre por ahí, son las tensas relaciones que existen dentro de este colectivo de artistas que consiguen hacer saltar las chispas en el escenario. Ayer tuvimos suerte y los islandeses debieron pulir bien sus diferencias para ofrecer un concierto sobresaliente que empezó con sus Dj´s en la oscuridad desgranado entre sombras el progresivo “Selfos” de su último disco "Arabian Horse". Así, y con la primera en la frente, pusieron el directo muy arriba con una tensión oscurantista bailable que puso en guardia a la afición. Tras este saltaron sus vocalistas a escena con el tema que da título a su último álbum. Su cantante tira de su pasado como actor para escenificar una extraña catarsis con el público durante todo el concierto. Su actitud fría, distante y a la vez mesiánica dándose continuos baños de masas acercándose a la primera fila le da un contraste extraño que consigue cautivarte aunque estés en la última fila. Y por si a alguno le quedaba alguna duda sobre si se habían endurecido al fichar por el sello alemán Kompakt, especializado en electrónica, ahí estaba “Within You”, otro tema de su último disco, para corroborarlo. El resto son alabanzas a las extensas versiones que hacen de sus temas y a su cantante Emilíana Torrini, la que más besos recibió al final del bolo. Para cerrar la revisión de “David” de su disco "Review" en los bises y su temón bandera del último año “Over”. Si esto hubiera sido un viernes aún duraría la fiesta.