No estuvo nada mal ver qué tal se desenvolvían Maika Makovski y suintachable banda sobre el escenario grande del barcelonés Razz. Y locierto es que superaron la prueba gracias a una crudeza con la que suscanciones posiblemente pierdan matices, pero ganen en solidez.Centrémonos ahora en los cabezas de cartel. Si en su primera visita ala Ciudad Condal hace unos cuatro años desprendieron una energía brutalante apenas ochenta personas, Gossip han demostrado en sus dosconciertos posteriores que no importa el tamaño del escenario que lescobije. Quienes, años atrás, abandonamos la actuación de The Jesus AndMary Chain en el Summercase para dejarnos llevar por la bacanal rítmicade Gossip teníamos razón. No nos equivocamos. Los demás lo hicieron.Ahora, un tiempo más tarde, la nueva visita de los estadounidenses nohace sino confirmarlo con rotundidad. Su vitalidad y su fuerza semantienen intactas, diría más, incluso se crecen cuando Ditto tieneespacio suficiente para pasearse de arriba a abajo, desafiante y conuna voz que no pierde fuelle ni un instante. Aunque, nuevamente, nosrendimos a una evidencia, que no una obviedad: Gossip no serían lo queson sin Brace ‘Nathan’ Paice, con una garra sorprendente y uninimitable estilo como instrumentista. Convertidos en cuarteto para eldirecto, los americanos se dejaron el alma en apenas sesenta y dosminutos de concierto, pero tan intensos que nadie reclamó un encore.Hubo suficiente porque todos estuvimos arriba durante su actuación, sindecepciones, sin altibajos excesivamente evidentes. Incluso los cortesmás electrónicos y pop de su nuevo repertorio encajaron sin dificultadentre sus piezas más crudas (abrieron con “Pop Goes The World” ycayeron “Four Letter Word”, “Love Long Distance”, “Heavy Cross” o “MenIn Love”). Por el camino encajaron pequeñas porciones de clásicos deTalking Heads, The Stooges, Michael Jackson o Tina Turner, aunquefueron sin duda los cortes de su disco anterior los que provocaron lalocura colectiva y elevaron la temperatura al máximo (“Listen Up”,“Jealous Girls” o la obligada –y al mismo tiempo imprescindible-“Standing In The Way Of Control”). Si volvieran mañana, ahí estaríamosde nuevo.
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