Glasvegas, épica teñida de azul

Con poca gente en la sala, los madrileños Miss Caffeína salieron a darlo todo. Y lo hicieron. Fueron la gran sorpresa de una noche que no pasará a la historia del rock, pero que dejó algunos buenos momentos de épica contemporánea, oscuridad y distorsión. Que ya es bastante. El problema de Glasvegas es que dejaron tal nivel de intensidad en su álbum de debut, que va a ser realmente difícil que vuelvan a conseguirlo. No les falta actitud –la tienen a raudales sobre el escenario- ni técnica (instrumentalmente son impecables), sino credibilidad en unas canciones que repiten la misma fórmula pero no obtienen el mismo resultado. Cierto es que una sala medio llena, un lunes de diciembre, tampoco ayuda, pero la realidad es que la banda no consigió conectar con un público tan frío como la noche que hacía en el exterior.

Lo mejor del concierto; comprobar que Jonna Lofgren es una máquina de fabricar ritmos oscuros, intensos y penetrantes, dejando muy atrás el tópico de que los baterías no tienen demasiado que decir en una banda. Ella sola levantó una actuación monótona, que se abría con el primer tema homónimo de “Later… When the TV Turns to Static”. El humo y las luces estroboscópicas –especial mención para el estupendo trabajo del técnico de iluminación- eran el contrapunto perfecto al muro de sonido de temas como Geraldine o Daddy´s Gone, dos de los pocos momentos en los que el grupo consiguió romper el hielo en una actuación que, hacia el final, llegó a hacerse excesivamente repetitiva.

Los temas nuevos pasaron sin pena ni gloria, no así los de su primer disco, recibidos con entusiasmo moderado, pero entusiasmo al fin y al cabo. Oscuros y épicos hasta el exceso, como una mezcla impostada de las producciones de Phil Spector con los Jesus and Mary Chain, fueron perdiendo credibilidad hacia el final del concierto sin que las guitarras bajaran el tono en ningún momento.

Sobre las tablas, son un grupo potente, que sabe manejar los tiempos en el escenario; tal vez el error fue pensar que terminarían convirtiéndose en una banda de estadio, cuando no son más que un gran grupo con buenas canciones y un directo muy potente, que no es poco.