La fiesta era para todos

Guitarra acústica en mano y bajo la luz de un íntimo foco sobre su traje blanco, Alejo comenzó los primeros acordes de su reciente tema "Tenemos Algo que Solucionar". Cara a cara con un teatro entregado, la magia se empezó a gestar con ese primer “estoy positivo, pasándole el polvo a los días en los que estaba en las nubes subiendo…” que consolidó el vínculo del artista tudelano con su público. Esta canción es, probablemente, la más personal del compositor, en la que desnuda líricamente, y empezar con ella fue una indudable declaración de intenciones. Tras el segundo estribillo la canción explotó en un despliegue sonoro propio de los más grandes artistas del rock nacional, destacando la potencia y personalidad de los órganos de Germán San Martín.

Alejo no escatimó en recursos musicales y para esta velada, además de sus socios habituales en el escenario con Cristian Cornago al bajo y coros, Andoni García a la guitarra, a las baterías Javier Barberia y en los teclados Germán San Martín, contó con el gran saxofonista Josean Lorente, y la percusión, coros, guitarra y “lo que le echen, incluida coreografía" de Ramiro Nieto, productor de los últimos trabajos de Alejo, que aportó su dosis extra de energía en el teatro.

El segundo tema de la noche fue el estreno de su último sencillo "Diamantes", con un estribillo muy reconocible que apunta a himno, al que le siguió otro de sus temas más recientes "Mi Cruz", con una guitarra acústica y unas muy bien trabajadas armonías vocales entre Alejo y Cristian Cornago, guiño directo al maestro Tom Petty. Siguieron temas de su primer álbum "La Fiesta era Para Otros" como "Autoayuda", que empezó con su característico riff de guitarra y cajas de batería que son rock en estado puro e hicieron que al público le costará cada vez más no levantarse del asiento y ponerse a saltar. En este tema, más guitarrero, pudimos disfrutar de los primeros solos de Andoni García con su característico sonido vintage, pulcro y trabajado. El siguiente tema fue otro adelanto de su próximo álbum titulado "Rambo", en el que el público coreó su reconocible “ya no estás aquí”.

Alejo “echó el resto” en este concierto y aprovechó la ocasión para ofrecernos varios adelantos y colaboraciones. Para su "Reina Republicana" contó con la interpretación del teclista Iván Mella, pasando Germán San Martín al acordeón. En este tema Alejo volvió a un registro más íntimo —linterna de teléfonos móviles incluida— que continuó con la balada "Sangre al Cantar". Con una introducción de piano entró en escena Gerard Giner, vocalista de la banda de rock catalana Éxtasis, que volvió a poner en pie al público con el tema "Aquí No Pasa Nada", ofreciendo complicidad y actitud, en un tema de aire “peleón” en el que guitarras, órgano y coros jugaron en una canción que dinámicamente lo tiene todo. A este tema le siguieron algunos clásicos de su anterior álbum como "Corazón de Caleidoscopio", "Hojarasca" y "Patologías del Bienestar", donde empezaron a destacar sonidos de mellotrón, melodías de piano y unos coros que despertaron el lado más pop del concierto. La siguiente colaboración fue con el guitarrista Txus Maraví en el tema "La Máquina", con unos riffs más rítmicos que marcaron el camino hacia el bis.

“El (vis)”, como lo denomina Alejo en su setlist, comenzó con otro dueto, esta vez con la vocalista Andrea Santiago, en un tema titulado "Cambiemos de Misión". Una canción profunda y etérea al mismo tiempo, de guitarra acústica y piano eléctrico, cantada casi al unísono donde la dulce voz de Andrea te acompaña de la mano en ese suave motivo “y que llueva hacia donde estás…”. Este single es un buen ejemplo del trabajo, casi artesanal, y de ese don de Alejo para las melodías y letras que hacen que, días después de haberlas escuchado por primera —y única— vez, sigan resonando con nitidez en tu mente. Un concierto íntimo, para saborear en copa de vino, como con la que brindaban los músicos, pero con una alta dosis de rock and roll que, en la penúltima canción del concierto "Frontera", hizo que nos levantarnos definitivamente de nuestros asientos con esas optimistas octavas de piano y guitarras, unidas a una letra que roza las fronteras de lo surrealista y lo onírico, del presente, el pasado y la imaginación.

Alejo nos mantuvo en alto hasta un final apoteósico con "Paso Firme", un tema que nos mostró destellos de referentes como Quique González o Andrés Calamaro, y "Quería Escribirte" en el que todos los invitados de la noche aparecieron en el escenario. Alejo aprovechó la ocasión para agradecer el trabajo todo su equipo, así como el de los organizadores del ciclo Girando por Navarra. Y es que, esta vez, la fiesta no fue “para otros”, fue para un Alejo que acabo el concierto desatado, disfrutando, guitarreando, y rodeado de un gran elenco de artistas y de su gente. Un concierto trabajado, con mimo y mucha dedicación, en el que los tiempos funcionaron a la perfección y el equilibrio sonoro fue una delicia. Alejo ha demostrado que juega en la liga de los mejores artistas del panorama rock nacional. La fiesta era para todos.