El verano no acaba hasta que tienen lugar los últimos festivales de temporada, ya con algo de abrigo e incluso lluvia. Y hay días en que, a menos que busques refugiarte en la música en directo para huir de ti mismo, se dará una feroz lucha contra las fuerzas de la procrastinación, pues la agenda musical compite con la seductora opción de “mantita y tele”. Y seguramente el equipo de GetMad! no se temía el efecto del clima hasta última hora. Pero los que finalmente fuimos valientes estamos aquí para contarlo a los rezagados y fastidiaros de lo lindo. Porque sin duda disfrutamos de otra lujosa edición de uno de los festivales de sala más originales y exclusivos de la capital.
Por los escenarios de GetMAD! han pasado grandes nombres como The Zombies, Jim Jones and The Righteous Mind, Kadavar, Half Japanes, Oathbraker, Vulk, The Parrots, Yung, Love Coffin, Dune Rats o Surf Curse, entre otros. Este año, si bien la premisa de las bandas en cartel es predominantemente punk, o al menos dentro de esa escena de lo-fi garagero, sucio, espontáneo, la inclusión de una banda como Motorpsycho hace dinamitar cualquier principio organizativo. El resultado es un aluvión de músicos heterogéneos, y de momentos inclasificables.
El compositor toledano Marcos Rojas -ex componente de Los Claveles y miembro del roster de uno de los sellos de moda, Sonido Muchacho- fue el responsable de abrir el primer día con su nuevo proyecto, El Grajo. Esta cuarta edición ha sido la que menos ha contado con referentes nacionales, aunque Los Nastys, que ni siquiera figuraban inicialmente en cartel, tuvieron que sustituir de última hora a los australianos Civic por perder estos su vuelo. El otro grupo nacional fue Danger. Si bien la banda la conforman el alemán Andreas Daiminger, el sueco, Ola Ersfjord y finalmente, la vasca Nerea Castresana. Esto lo digo también por si alguien pensaba que los promotores se habían vuelto locos y habían contratado a la preexistente y también afincada en Madrid, banda homónima Danger, de heavy metal. Son estos Danger un nuevo proyecto surgido en el germen de Holy Cuervo y el entorno malasañero.
Radioactivity
La escena de Texas dejó buena huella esta vez, con Bad Sports, de quienes apenas hace un mes se anunciaba su inclusión en cartel, en sustitución de Cosmonauts. Vinieron presentando su quinto disco ya, Constant Stimulations, acompañados por Radioactivity, con su carismático líder, Jeff Burke (The Marked Men, The Novice…). Pero los fans del punk'n'roll americano tuvieron un tres por uno aquí con la formación de Miami Jacuzzi Boys. Las tres bandas vienen de girar conjuntamente, como pudieron ver recientemente los asistentes a su anterior y única fecha en España, en Alicante.
Pero aunque podemos hablar muy bien de ellos, la superestrella del festival fue sin duda Andy Gill con un nuevo plantel para Gang of Four, la banda precursora del post-punk. Un maldito honor tener a los británicos en nuestro país; algo que no ocurre por primera vez en nuestro país, ya que fueron sustitutos de The Melvins en el cartel del Azkena Rock de 2019.
Gang Of Four
La propuesta de Gang of Four pasó por interpretar casi íntegramente Entertainment! un álbum que hizo historia en las postrimerías de los años 70. Sonaron 'Return the Gift', 'Not Great Men', '5:45, Ether', 'Guns Before Butter', 'Love Like Anthrax,' entre otras, pero con la frescura de los nuevos músicos: el reconocido bajista de Glasgow, Thomas McNeice, Jonny Finnigan a la batería y un señor muy zumbado como vocalista, llamado John Sterry "Gaoler", entregadísimo a la causa. Tras el carrusel de hits que unía a públicos de todas las edades, en la carrera final del show decidieron bajar el ritmo un instante y, tras meditar, marcarse un bis con 'To Hell With Poverty', y 'He’d Send in the Army', pieza ineludible del set con la que se lían a destruir un microondas sobre el escenario, y que formaba parte del mítico álbum 'Solid Gold' publicado en 1981. Si alguien quería oír alguna del nuevo disco, 'Happy Now', no fue el momento, aunque sí hubo tiempo para 'Isle of Dogs del Whats Happens Next' (2015). La dinámica en el escenario resultó agotadora solo con verla: el técnico de la banda las pasó canutas desanudando cables a jornada completa.
Night Beats
Cerraron la primera noche Night Beats, una de las opciones más interesantes del cartel y a los que tenía muchas ganas de ver, pero reconozco que no fue el mejor momento para hacerlo. Los de Seattle cambiaron de tercio en favor del rock psicodélico y ataviados con aspecto mexicano, incluyendo en el set algunas de las piezas de su último trabajo, 'Myth of a Man'. Si bien una parte del público había decidido que con Gang of Four ya había sido suficiente.
Soft Moon
Mucha más suerte tuvieron The Soft Moon con la acogida del público el segundo día. La banda liderada por el californiano, ahora afincado en Berlín, y de origen cubano Luis Vázquez, ahondaría en su frenético post-punk y minimalismo coldwave, con una base rítmica y percutiva y de secuenciadores digitales interesantísima. Fue a su estética a la que acompañaron las mejores luces del evento: poca luz frontal, azules intensos, y estrobo casi de rave: un resumen lumínico de lo que el músico intenta formalizar en su música: animada pero oscura y a ratos casi de corte suicida.
Si he querido ahorrar en adjetivos es para emplearlos todos en los noruegos Motorpsycho, que clausuraron el segundo día. A minutos de su show, parecía que todo el público fue sustituido, o mutó, o se transformó en lo más selecto de la escena musical underground madrileña, incluidos miembros de la banda El Páramo, que les telonearon en 2012. Ahora sí parecía cumplirse la premisa de “músicos viendo a músicos”. Y la consecuencia fue que todo se desmadró. La explosión de Motorpsycho fue instantánea. Fuera llovía, pero dentro había aún más humedad. Estar en primera fila, sin foso, era como trabajar de camarero. Intentar mantenerme formal y analítico me hizo parecer el niño bueno del underground. Y terminé por sucumbir ante el set de dos horas en el que pudimos escuchar las nuevas 'Psychotzar' y 'The Crucible', del último EP de la banda, lanzado este 2019. Y por supuesto, el recorrido que hace la banda por su discografía: 'In Every Dream Home' de 'The Tower', 'Hogshaw' de 'Lobotomizer', 'Year Zero (A Damage Report)' del 'Little Lucid Moments', los covers de Black to Comm (de MC5) y 'The Pilgrim' (original de Wishbone Ash).
Motorpsycho
Bent Sæther y Hans Magnus, bajista y guitarrista, miembros fundadores, vienen ahora acompañados del nuevo batería, Tomas Järmyr, desde 2017. Y aunque no es miembro de la banda oficialmente, participa también como segundo guitarrista y arreglista Reine Fiske, un gigante en la escena sueca. El resultado es un show aplastante como pocas veces se oye, se siente y se ve. Me parece gracioso como una banda progresiva venga a dar lecciones en un festival de punk... ¿Pero no mató el punk al progresivo? Por supuesto, esta última reflexión no deben tomarla en serio...
Together Pangea
Tras los respectivos cierres de Drahla que debutan con Useless Coordinates ya por la puerta grande, y los californianos Together Pangea, la oferta de GetMad! se hizo extensiva una vez más a quienes no quieren acabar la fiesta a medianoche, y nos brindaron las afterparties (me encanta este eufemismo) de las madrileñas Las Morsas y los valencianos Cuello, en ese gran último reducto que es la preciada Wurlitzer Ballroom. Pero lo que tiene lugar a estas horas de la noche ya mejor no os lo contamos porque es extramusical...
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