La primera edición del festival Gasteiz Calling, celebrado en la plaza de toros multiusos Iradier Arena, cristalizó en un encuentro intergeneracional de bandas de punk de ambos lados del Atlántico.
Eran las 16.30h cuando escuchamos los primeros acordes de los catalanes Blowfuse, que empezaron puntuales. A muchos nos pilló haciendo cola, no obstante, el tráfico era fluido y entramos rápido. La banda barcelonesa de punk-rock dio un concierto de treinta minutos que se caracterizó por la energía y la actitud vigorosa de los músicos, especialmente el vocalista Oscar Puig. Fueron los responsables de los primeros pogos de la jornada. Sin embargo, hubo un déficit en lo que a la calidad del sonido se refiere.
La plaza se fue llenando lentamente a lo largo de toda la tarde. En la multitud, se veían personas de todas las edades, desde adolescentes hasta sexagenarios. Hubo mucha gente de fuera de la ciudad que no se quiso perder el festival, y hay que añadir que no es habitual ver tanta cresta en Vitoria.
Los segundos en subir a las tablas fueron Estricalla, que hicieron una descarga de ruido. Abrieron con "Sed de sangre" y cerraron con "Venganza". La banda liderada por Fernando Sapo (El corazón del Sapo, Kuraia o Matxura), interpretó tanto temas en euskera como en castellano. Una voz femenina colaboró en la puesta en escena, siendo la única mujer en el escenario en esta primera edición del Gasteiz Calling.
Pasaban unos minutos de las 18h cuando subieron The Casualties al tablado. En el plano estético, los más punkis de todos. Jake Kolatis, guitarrista, lucía una gran cresta verde descolorida, en sintonía con la melena naranja del vocalista Jorge Herrera. El repertorio se caracterizó por estribillos coreables como el del tema "Made in NYC", una canción dedicada a Ramones.
Escuchábamos "Inmigrant theme", canción inmortalizada en la película "El Padrino", cuando vimos a los Gatillazo tomar posiciones encima de las tablas. Durante la primera media hora de concierto tocaron los temas propios de la última década, entre ellos "Mucha suerte" o su hit más reciente titulado "La vida de los esclavos en el siglo XXI". Luego empezaron a colarse canciones de La Polla Récords como "Los 7 enanitos" o "Delincuencia". "Txus" y "Odio a los partidos", con la que finalizaron, pusieron al público en estado de frenesí. Mencionar que tanto Gatillazo como Estricalla mostraron su solidaridad con los presos vascos, poniendo en el escenario la banderola de "Euskal presoak, Euskal Herrira".
Llegó el turno del cuarteto californiano Good Riddance. Sonaron bien, tuvieron buen feedback, pero no hicieron nada especialmente reseñable.
A Jello Biafra le pasó un poco lo que a Evaristo (Gatillazo) con las canciones de La Polla, los temas que mejor funcionaron fueron "California über alles", "Nazi punks fuck off" o "Holiday in Cambodia", esto es, los de su etapa en Dead Kennedys (1978-1986). La calidad de sonido fue muy buena, aunque quizás, sonaron un poco bajos. Jello Biafra aprovechó el micrófono para posicionarse políticamente a favor de Wikileaks o en contra de Donald Trump, entre otras cuestiones.
Spermbirds fue el verso suelto de la noche. Aunque sonaron bien y tenían tablas encima del escenario, no supieron conectar con el grueso del público. Lee Hollis, vocalista, hizo algún que otro comentario al respecto, por ejemplo, dijo que no tenía sentido tocar después Jello Biafra, se disculpó en varias ocasiones, y antes de la despedirse sentenció en inglés, "gracias por vuestra paciencia, esta es nuestra última canción". Si lo soltó en broma, a mi no me dio esa impresión.
Bad Religion era una de las bandas más esperadas de la noche. El Gasteiz Calling era su último bolo de una gira europea veraniega de 25 fechas, realizada entre el 1 de agosto y 5 de septiembre. La mitad del repertorio salió de los elepés "Suffer" (1988), "No control" (1989) y "Against the grain" (1990), aunque hay que matizar que al tocar 32 canciones, 11 de 16 discos de estudio que tiene la banda se hicieron un hueco en el setlist. Escuchamos hits como "Punk rock song", "21st Century (digital boy)", "Come join us", "Infected" o "American Jesus", canción con la que nos dijeron adiós. Personalmente, yo eché en falta algún tema del disco "The New America". Además, he de mencionar que viéndoles tocar me vino a la mente que, curiosamente, se cumplían justo 10 años de aquella visita de Bad Religion a la cuarta edición de Azkena Rock Festival un 2 de septiembre del año 2005. Una década pasa factura a todo el mundo, pero me llamó la atención ver al vocalista, Greg Graffin, casi sin pelo -lo poco que le quedaba era blanco-, y con gafas de pasta. Ahora parece más un profesor de universidad -profesión que ejerce-, que un cantante de punk rock.
The Toy Dolls, sin duda alguna, la mejor actuación del Gasteiz Calling. Celebraron en la capital alavesa los 35 años de liderazgo de Michael Algar, poniendo en escena su genuino directo. Los saltos, las coreografías, las carreras por el escenario o las acrobacias, estaban ensayadas al milímetro, sin embargo, el show desprendió frescura. Uniformados con camisetas negras, corbatas rojas y sus características gafas de sol, los británicos supieron animar y divertir al público. Muchas fueron las canciones que pusieron a saltar a todo el ruedo y parte de la grada. Entre las más coreadas, "Glenda and The Test Tube Baby", "She Goes To Finos" o "Nelly the elephant". Como si de un circo se tratase, con una explosión de serpentina y globos, se desvanecieron.
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