Concierto irrepetible. Con más de tres lustros de carrera, Gang Starr, dos señores de Brooklyn pertenecientes a la primera generación del hip hop, culminaron en Barcelona uno de los momentos musicales del año. Tanto Guru como DJ Premier, más de cuarenta años ambos, describieron la parábola perfecta para el hip hop, que es aquélla que colinda entre la conscious party, la celebración y la introspección. Fue una fiesta que duró dos horas largas. Sonaron temas de los inicios, de “Step in The Arena” y “Daily Operation”, e incluso “No More Mr Nice Guy”. Percutieron las baterías jazz, con los bombos más característicos del hip hop de mediados de los noventa, aquella combinación mágica entre beats nunca oídos antes (nada de pesadeces funky drummer) con melodías invernales, muy neoyorkinas. No faltaron a la cita sus mejores temas, pertenecientes a “Moment Of Truth” y “The Ownerz”, pero fue el apego hacia el sonido iniciático del grupo el que más sorprendió y emocionó. En las primeras filas, aquellas que esperan brincar al son del ritmo gordo, se podían ver bocas de sorpresa antes los devaneos jazzísticos de Premier, capaz de crear un tema nuevo con saxos y bajos, lanzados desde el vinilo a través del scratch. Primo marcó el minuto durante dos horas. Guru junto con Big Shug, un MC de la fundación, participó de esa celebración junto con un público enfervorecido que hacía años que esperaba algo así. La última canción, un gospel encendidamente dramático, nos transportó a la profundidad de pensamiento de los afroamericanos. Y nos dejo extasiados.
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