Friendly Fires, celebración post-culé

Escasas horas después del baño que el Real Madrid recibió en su coliseo, y
teniendo en cuenta que acudir como borregos a Canaletes carece de sentido a
no ser que haya algún título en juego (siempre y cuando no vayas por el
morbo malsano de recibir un pelotazo de algún Mosso d'Esquadra para presumir
en las redes sociales de herida de guerra), la celebración se desplazó hacia
el templo etílico teenager del Poblenou. ¿La razón? Friendly Fires volvían a
nuestro país para presentar ese "Pala" que, a pesar de carecer de los hits
instantáneos de su debut, ha hecho de los británicos una de las apuestas
seguras del hedonismo indietrónico en directo. Lo de apuesta segura lo digo
porque cualquier concierto que abre la veda con "Lovesick" o "Jump In The
Pool" lo tiene todo ganado de antemano. Y más cuando el público tiene la
predisposición de sudar más que la camisa de Ed Macfarlane, ese jovenzuelo
bailongo impregnado de los espasmódicos movimientos de (Sir) Mick Jagger y
el plumaje ilustrado de Brett Anderson. No son la mejor banda de la
actualidad (y mucho deberían cambiar las tornas para que lo fueran), aunque
se agradece esa entrega total de todos sus integrantes, metidos
conscientemente en el papel de animadores noctámbulos a las tres de la
madrugada gracias a rompepistas como "Paris" o la reciente "Hawaiian Air".
No dieron tregua para relajarse, lo cual se agradece, pero desde aquí hago
un llamamiento para saber si alguien sabe qué fue de aquel espontáneo que
asaltó el escenario en "Live Those Days Tonight". Aunque no fue el único, ya que en su repertorio habitual de showman hiperactivo, Macfarlane saltó del escenario para completar la jugada, sin saber muy bien que le esperaban decenas de fans sobrados de amor etílico y poco tacto. Codazos y empujones para arrancarle un mechón de su melena sudada. No hubo ningún bis, pero tampoco hacía falta cuando sonó "Kiss of Life", que se tornó en una rave interminable de percusiones y contoneos epilépticos por parte de unos y otros. Poco pudieron hacer los remixes de Adele y Animal Collective que sonaron después, por mantener el ánimo exultante.