La última vez que Fontaines D.C. estuvieron en Madrid escribí que estaban en camino de convertirse en la mejor banda de rock del planeta y conciertos como el de este sábado en el WiZink tienden a confirmarlo, algo en lo que parece que Elton John y las más de ocho mil personas que abarrotaban el recinto (sin las gradas laterales) parecen estar de acuerdo.
Si en 2022 en La Riviera las canciones que mejor se recibieron fueron "Jackie Down the Line" y "I Love You", los sencillos de adelanto de un "Skinty Fia" (22) que todavía no se había publicado, este sábado el WiZink ha recibido como maná caído del cielo las canciones de su recién publicado "Romance" del que han tocado 9 de sus 11 canciones, incluida la canción que concluía el concierto antes de los bises, "Favourite", y la que lo ha cerrado por todo lo alto definitivamente, "Starburster". Por otro lado, normal la confianza en el que es su mejor trabajo hasta la fecha y el mejor disco de lo que llevamos de año para el que esto escribe.
El inicio del espectáculo coincide también con el del disco, con la canción que le da nombre, con la banda parapetada detrás de una lona que caerá en los momentos finales de una canción en la que recuerdan los sonidos más oscuros de Depeche Mode. No será el único guiño de la banda a los sonidos más interesantes de los años 80, en una fórmula donde también caben los Cure, Joy Division, Echo & The Bunnymen o los Smiths, sin olvidar a bandas al otro lado del Atlántico como Pixies o Dinosaur Jr, de los que sonó "Feel The Pain" poco antes de que los irlandeses subieran al escenario. Pero los de Grian Chatten no se quedan ahí y unen cosas de los Strokes, sin olvidar un poquito de Britpop, Oasis incluidos.
La segunda canción fue "Jackie Down The Line" posiblemente el momento más brillante melódicamente de la banda hasta que este año han sacado "Favourite". Con "Televised Mind" sacaban su lado más hipnótico, oscuro y misterioso, sonando atronadores como en gran parte del concierto. "Roman Holiday" y "Big Shot" demostraban que hasta la llegada de "Romance", "Skinty Fia" era su mejor disco. Se siguen superando con cada entrega, que sigan así.
"Death Kink", con sus guitarras a lo Pixies, tiene mucho gancho y podría ser otro de los sencillos que se publicaran del nuevo disco. "Sundowner", escrita y cantada por el guitarrista Conor Curley, les acerca al Dream Pop, demostrando que hay pocos estilos del indie rock que no hayan probado con éxito. "Big", una de las dos únicas canciones que rescataron de su espléndido debut, "Dogrel", sonó urgente y profética ("mi infancia fue pequeña, pero yo voy a ser grande"). Por su parte "Here's The Thing" fue una de las canciones mejor recibidas de todo el repertorio, con sus guitarras cortantes y sus falsetes, era una maravilla ver a una pareja de chavales, apenas adolescentes, volverse locos con una banda de guitarras de menos de 30 años encima del escenario. Pequeños triunfos...
Después se produjo el momento más emotivo de la noche cuando el guitarrista Carlos O'Connell, medio madrileño, cogió su guitarra acústica y se cantó los primeros versos del "Tesoros" de Antonio Vega ante una audiencia en la que seguro había mucha familia y amigos. Luego llegó "Bug" la canción en la que las comparaciones entre Grian Chatten y Liam Gallagher suenan más adecuadas.
Claro que el concierto no fue del todo perfecto, el grupo con Chatten a la cabeza sigue pecando de cierta frialdad en el escenario, aunque la compensan con su feroz intensidad a la hora de tocar, puede que con 4 discos ya a sus espaldas, una hora y media se haga corta, y en "Horseness Is The Whatness" el cantante no encontró el tono correcto hasta pasado un rato. Pero esos pequeños fallos son perfectamente corregibles, como esa nueva apariencia tirando a feísta (parece un homenaje a la portada de "Romance") y anti 'rock star' que han decidido adoptar que no se si les beneficia o distrae más de sus estupendas canciones.
Eso sí, todo se olvida con un final del concierto apoteósico en el que suenan cinco de las diez mejores canciones de su repertorio, cerrando por todo lo alto con "Boys In The Better Land", una gema punk que sigue siendo el gran himno de su carrera, y luego con ese guiños a los Smiths y Johnny Marr de ese caramelo pop melódico y 'jangle' llamado "Favourite".
Para los bises, trío de ases ganadores, el estribillo perfecto de "In The Modern World", ese "I Love You" que suena como si los Cure llevaran a Peter Hook de bajista y el arrebatador final con "Starburster", esa espléndida canción en la que mezclan 'Madchester' con una especie de frenético rapeado y un puente celestial, donde demuestran porque son una banda diferente.
Un final estupendo que dejó con ganas de volver a empezar otra vez con una banda que continúa creciendo y expandiéndose tanto artística como comercialmente. Quizás el siguiente paso sea el WiZink con las gradas y consolidarse como cabezas de cartel de los grandes Festivales, empezando a desplazar a esas bandas que llevan ahí instaladas desde hace 40 años y de las que Fontaines D.C. parece una de las pocas herederas válidas y a la altura de las mismas.
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