Un año más la cita en Santa Coloma puso broche final a la temporada estival de festivales catalanes, a la espera de la llegada de su hermano mayor el BAM barcelonés. Y una vez más lo hizo con una apuesta valiente y convencida por la escena alternativa estatal. Si el viernes el rock era protagonista en su vertiente más clásica, el sábado lo era de igual manera, pero mostrando su cara más post-moderna. Y si hacemos balance de lo acontecido durante las dos noches, podemos extraer que en el escenario del F.M. Sintonitzza se mostraron las diversas caras de esa realidad tan diversa que posee nuestra escena. La misma que va de los curtidos músicos veteranos cuya valía está fuera de toda duda, como los siempre efectivos Los Coronas en su impecable ejercicio de estilo; Los que están en esto ya por puro hobby, pero no por ello dejan de mostrar su indudable valía como los Nueva Vulcano; Los que se encuentran en pleno desarrollo expansivo con ganas de convertirse en un referente de éxito, como Arizona Baby; Los que están empezando, pero su filosfofía existencial no les lleva más que a disfrutar de forma un tanto cafre de lo que hacen, sin plantearse demasiadas cosas del futuro, como Mujeres. Los auténticos artesanos con oficio que muestran un sonido tan impecable y sólido como su puesta en escena, pero les falta el hecho diferenciador que sí tenían por ejemplo unos Cramps para ser únicos, como Capsula. Los que se suscriben por la patilla a la últimas tendencias en cuanto a sonido y estilo y las llevan a su terreno con la única pretensión de hacernos pasar un buen rato, como De Vito. Y por encima de todos ellos a Standstill, pero con letras doradas, luminosas y tan mayúsculas como su presencia sobre el escenario. Y es que si algo se demostró una vez más este fin de semana, es que el art-rock catártico de los catalanes, está muy por encima de las propuestas del resto de los mortales que les rodean. Con un show más corto que el desarrollado hace unos meses en su presentación en la sala Apolo de Barcelona, basaron su actuación en la combinación de canciones de sus dos últimos trabajos, pero poniendo especial hincapié en esa obra conceptual, casi titánica, que es “Adelante Bonaparte” y que en canciones como “El Resplandor” o “Cuando ella toca el piano” consiguen erizarte literalmente el bello con un muro de sonido orgánico que incluso te atreverías a cortar con un cuchillo. Enormes. Sin duda los grandes triunfadores de una cita de dos noches, que tuvo su cruz en Arizona Baby. La banda que, junto a Love Of Lesbian, ha protagonizado un mayor número de actuaciones estivales, mostró ciertos signos de agotamiento en una actuación que no tuvo la garra, consistencia y energía que se le presupone al trío acústico. Todo lo contrario que lo acontecido con Capsula, otro power trío, aunque eléctrico, que fue el gran protagonista de la primera de las noches con su punk-rock garagero de manual, sabiamente ejecutado. Son una gozada para cualquier amante del género. Como también lo son Los Coronas, quienes me parecieron mucho más interesantes en formato festivalero que en sus interminables actuaciones en salas. Hacen valer la sobada máxima de lo bueno si breve, dos veces bueno. Y buenos son, sin duda, Nueva Vulcano con ese hardcore nervioso que crepita y que, esta vez sí, lograron demostrarlo a base de luchar incluso contra la adversidad de que se les fuera el sonido durante su actuación y salir francamente airosos con canciones de su último trabajo como “Dulce y ácida”, “Te debo un baile” o “La ley de costas”. Y ya por último, añadir que a Mujeres les sobró tanto parón entre tema y tema, y les faltó sacar esa apisonadora garagera que tuvo su mejor momento en la versión del “Run, run, run” de la Velvet Underground. Lo pueden hacer mucho mejor. Don Disturbios
Estoy de acuerdo con la reseña sobre StandStill, los catalanes tienen "algo" inexplicable que les hace especiales y emocionan a cualquiera con su sonido. Sin embargo, considerar a Nueva Vulcano un grupo de Hardcore nervioso se me antoja excesivo... ¡Viva el nervosso-core!