Los andaluces Derby Motoreta’s Burrito Kachimba comparecieron en la sala Zentral de Pamplona el 28 de agosto en el marco de su “Hilo negro Tour” con el que presentan su último disco, publicado en 2021. El concierto de la banda sevillana formaba parte de la jornada de clausura del festival Flamenco on Fire, que en su novena edición ha contado con artistas de la talla de Carmen Linares, María José Llergo, José Mercé o Diego del Morao.
Durante una hora y media, y en un espacio abarrotado de un público tan variopinto como la propia idiosincrasia del sexteto, los creadores de la etiqueta “kinkidelia” ofrecieron una contundente sesión de rock andaluz y psicodelia. Vestido con estética setentas y ese aire un tanto cafre tan resultón, Dandy Piranha derrochó personalidad sobre las tablas, con su tono de voz aflamencado y sus característicos movimientos de cadera.
Los Derby arrancaron la función con dos temas de su primer disco homónimo editado en 2019: una “KBMD” muy coreada por el público y una “New Gizz” saludada por el respetable con un sonoro aplauso. A partir de ahí, Piranha y sus chicos se dedicaron a desgranar todos los temas de “Hilo negro” a excepción de “La cueva”, con el que se cierra el álbum.
La guitarra y la batería marcaron el paso al excelente groove de “Porselana Teeth”, a la que siguieron “Caño rojo” y el hit “El valle”, súper coreada, antes de que el vocalista, por fin, saludara al público. Tras las melodías con reminiscencias a Medina Azahara de “RGQT” llegó “ La leyes de la frontera”, uno de los temas que los andaluces aportan a la banda sonora del film de Daniel Monzón. La velada continuó con “Gitana”, con un desmadre final de distorsiones tan marca de la casa, antes de acometer “Somnium Igni- Pt2”, el momento más intimista de la noche, con Dandy sentado al borde del escenario, solo para afrontar con mayor intensidad la parte final del bolo.
Aún hubo espacio para un par de temas de “Hilo negro” —”Dámela”, “13 monos”— antes de concluir la función como había comenzado, volviendo a su trabajo de debut con “Aliento de dragón” o “Salto del gitano”, con la que pusieron un largo broche de apoteosis rockera a base de guitarrazos.
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