Era un cartel sin muchas sorpresas, pero al final llegó una, y muy gorda: los grandes cabezas del Festival Independiente de Zaragoza, 2 Many Djs, cancelaron su actuación dos horas antes de la apertura de puertas. Todo un jarro de agua fría para la organización y para muchos de los asistentes que acudían a ver al dúo belga, pero que al final no afectó ni a la afluencia de público ni a los ánimos. El FIZ volvió a apostar por las grandes figuras del indie nacional y le salió bien la jugada, a pesar de que la mayoría de las bandas actúan en la capital aragonesa de manera asidua en salas pequeñas (con una respuesta de público menos entusiasta…).
Los que sí que tuvieron que llevarse una grata sorpresa son quienes se acercaron a la sala Multiusos a primera hora a ver a My Expansive Awareness. La únicos representantes locales del festival se pudieron quitar el mal gusto que se llevaron en su anterior visita a este recinto, cuando tuvieron que luchar contra un sonido infame en la final del Ambar Z Music. En esta ocasión sí que pudieron descargar con toda su energía su pasión por el rock psicodélico y firmar uno de los mejores momentos de la jornada. La actuación fue una gozada para los sentidos de principio a fin, con un perfecto control en la creación de atmósferas y una base rítmica aplastante. “Keep on dancing”, “I had a dream” o “Mr Bamboo” sonaron mejor que nunca.
Tampoco defraudaron los siempre efectivos Arizona Baby, con un Javier Vielba pletórico, manejando al público a su antojo y Rubén Marrón haciendo una demostración de versatilidad a la guitarra. Su rock con aires americanos quizá no encajaba a priori en el FIZ pero con su probada eficacia en las tablas dejaron el listón muy alto.
La Habitación Roja no llegaron a niveles tan intensos, pero volvieron a demostrar que tienen uno de los mejores setlist del indie. Les avalan 20 años de discos y de conciertos y parece que logran hits sin apenas despeinarse. No revolucionan el género, ni falta que les hace, pero son cada vez mejores músicos y poca discusión posible hay cuando suenan “En mi habitación”, “Un día perfecto”, “Voy a hacerte recordar” o “Ayer”.
Supersubmarina no tienen esa brillante colección de canciones pop, pero cuentan con un ejército de fans que corean sus letras hasta la extenuación y convierten cada una de sus actuaciones en una celebración. Tienen aprendida muy bien la lección del directo y apuestan por un muro de sonido que busca impactar y un discurso épico disfrazado de indie y el asunto es que les funciona.
Arrancando sin medias tintas ni paliativos, The Vaccines despejan a cualquiera que va a verlos. Resultó un concierto rápido, potente y vibrante pero que también sirvió como preludio para uno de los momentos álgidos del festival: los queridos y muy adorados por el púbico zaragozano Dorian. Hubo fuerza y luz en cada una de las canciones de su repertorio, pero les faltó el cuarteto de cuerda que les ha acompañado durante toda su gira veraniega para conmemorar los diez años que llevan tocando juntos. Una lástima, porque es un formato que difícilmente se repetirá. El Columpio Asesino no están interesados en cambiar su discurso a pesar del éxito que están teniendo, es más, incluso lo radicalizan, y no varían su fórmula de guitarras furiosas, ritmo insano y electrónica oscura. Y aún así salen victoriosos y si queda algún escéptico en la sala, le acaban de convencer tras el torbellino que se monta con “Toro”. Siempre infalibles, no pierden la conexión y complicidad con el público que suelen poseer en salas más pequeñas, ideales para disfrutarles en su totalidad. La complicada tarea de sustituir a 2 Many DJs cayó sobre los hombros de Buffetlibre y viendo el resultado fue una acertada decisión. Su sesión no tuvo nada que envidiar a los hermanos Dewaele, mezclando Prodigy con Smashing Pumpkins y sin temor a poner a Roy Orbison o temas electrónicos con carácter más agresivo. Le salió bien la jugada y el FIZ cerró sus puertas con más público que en otras ediciones.
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