En sus seis ediciones, el certamen de bandas locales de Barakaldo Hiriko Soinuak ha catalizado a bandas y artistas de la talla de Sara Zozaya, Txopet, Airu o Lova Lois actualmente en activo y base sólida de la escena vasca actual. Este año se ha alcanzado el récord de inscripciones recibidas, 143, que postularon a tres categorías premiadas: categoría de igualdad, mejor banda de Barakaldo y categoría principal. Se otorgó un premio de manera directa a las bandas que interpretaran su música en euskera. Según el Ayuntamiento de la localidad, promotor del concurso, «37 de los 143 proyectos inscritos (un 26%) son nuevos participantes respecto a 2023».
Nueve bandas actuaron como finalistas el sábado pasado en el Parque de San Vicente de las que el dúo post punk Edgar Allan Pop ganó el premio en la categoría de igualdad, la banda de post grunge Debuk el premio a la mejor banda de Barakaldo y la propuesta de rock alternativo Deep Sea Monk ganó el premio a la categoría principal. No se encontraba en el cartel pero el premio directo para la mejor propuesta en euskera fue para Erromintxelak. La recompensa de este año se condensa en actuar los días 25 y 26 de octubre en la Herriko Plaza de Barakaldo junto a bandas potentes ya programadas como Derby Motoreta Burrito Cachimba, Ana Curra, Lagartija Nick y The Bo Dereck´s.
Con puntualidad infalible, el presentador de la final de Hiriko Soinuak avisó de que ser el artista que abre el certamen no es fácil. Disputando la categoría mejor artista de Barakaldo el colombiano Steven Nota Real subió con un proyecto en solitario con el único soporte de un pc. A diferencia de otras ediciones, el sonido de las instalaciones estuvo más cuidado aunque muy alto. El artista presentó su propuesta cercana al hip hop con bases oscuras en cortes como “Sin ti” cuyo background se basa en pensamientos e ideas que el artista recolecta en lyrics. Tras tres o cuatro temas abandonó el escenario y nos quedó la sensación querer más.
En la pasada edición de Hiriko Soinuak se presentó en la categoría de mejor banda de Barakaldo y esta vez lo haría en igualdad. Laztana Laztana vuelve a ser finalista con una propuesta más madura, en varios idiomas y acompañada de violín y guitarra/sinte. Presentó temas antiguos y “Arranopola (Oh my god)”, su nuevo lanzamiento con un registro vocal muy potente y muchos ensayos a las espaldas. Aunque hayan fallado algunos matices en el sonido del equipo de voces y en el público es una propuesta muy trabajada, madura y real.
Tras una breve prueba de sonido la banda de Simón Carranza se disputó el premio a la categoría principal. Una propuesta pop rock, de corte costumbrista que nos retrae a bandas como Pignoise o Fran Perea. En castellano cantó “Todo me sale mal” y confesó su amor a Barakaldo y a las cuadrillas, especialmente la suya. La propuesta es buena aunque tuvieron dificultades de sonido.
La banda ganadora de la categoría de Barakaldo, Debuk, fue presentada bajo la etiqueta del grunge a la que añadiríamos el post delante. Un amalgama de melodías intensas en los graves de las líneas de bajo y directa en los parches. La voz principal debería sobrarse más de confianza en directo pero el resultado fue como mínimo acertado. Tocaron “Feathers” y otros temas de su trabajo debut `Genesis´.
Con poco tiempo para la prueba, se subieron al escenario les ganadores del premio a la igualdad con referentes literarios como Murakami y sonoros como Parálisis Permanente o Apartamentos Acapulco. Edgar Allan Pop son dos voces, sinte y guitarra que trabajan una propuesta oscura acompañada de pedales brillantes y ritmos entre grotescos y bailongos con el cover de “Toro” de El Columpio Asesino o el tema propio “Maldito invierno”. Anunciaron la pronta salida de su nuevo Ep `Nuevo año´ y ganaron el premio, merecido premio.
Los premiados salieron seguidos porque la siguiente propuesta fue la de la banda bilbaína de rock alternativo Deep Sea Monk. Dos sintes, violín, dos guitarras, bajo, batería y voces se compenetraron al milímetro para mover a un público que parecía estático. Escuchamos “Living in Limbo” con gran interés pero más centradas en los finales de las canciones, esos espacios artísticos sonoros donde la banda alcanza el clímax en cada uno de los componentes y en conjunto. La audiencia les aclamó con razón mientras ensuciaban la escena con blast beats mezclados con un rollo blusero y de raíz enganchando a un espectro muy amplio de oyentes.
La última banda que se disputó el premio de igualdad fue Buiah con una formación convencional salpicada de vocales muy interesantes y mujeres en la batería y el bajo. El sonido de The Cure o mejor dicho, de Robert Smith se nos vino a la cabeza pero las estructuras melódicas brillaron de manera independiente gracias a sonidos estridentes en los platos de batería guiados por la profundidad del bajo. Les faltó más cuerpo, más tiempo pero quedamos encantadas de conocerles.
La última banda que se jugaba el premio a la categoría principal fue Silkat con la misma carga vocal que la anterior banda pues compartían frontman. Recién presentados, el power trío tuvo problemas en los monitores envolviendo pronto al personal con un sonido oscuro y cercano al ambient, al punk, al noise. Con el pedal del bajo crearon sonidos espaciales, aportaron matices post punk e hicieron fuerte esta propuesta bien situada instrumental, sobre todo en la precisión de la batería y vocalmente. El público se activó en los últimos temas.
Para cerrar esta sexta edición de Hiriko Soinuak aparecieron en el escenario la formación all men Momak, proyecto del cantautor Jon Moma con una carga instrumental interesante ya que confesó que esa noche tocaban juntos por primera vez. A considerar. Guitarra eléctrica, electro acústica, bajo, trompeta y batería se encargaron de reproducir melodías pop bailongas con una voz principal a la que le faltaba garra o volumen. La carpa estaba casi llena e interpretaron en castellano temas como “Esperando la calma” o “Universos dispares” recogidos en la discografía del autor. Gracias al wah wah pasaron del pop convencional a las esferas del funk haciendo que el último tramo de la final de Hiriko Soinuak lo bailaran grandes y pequeñas personas que se encontraban en el parque San Vicente de Barakaldo.
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