La fiesta Demoscópica 2016 de Mondo Sonoro Aragón en la sala López de Zaragoza (el 4 de este mes hay segunda vuelta en El Veintiuno de Huesca) será recordada por dos cosas. Para empezar, registró una de las mejores afluencias de público; además, las dos bandas participantes sacaron notable alto: ambas tienen una edad media muy baja y prácticamente están arrancando, pero tienen ya un nivel ya a la altura de lo que se viene cociendo en el vivero aragonés. Victorious Fleet Commanders es un grupo de Zaragoza que ha bebido de las fuentes adecuadas para crear un rock con muchas deudas al blues. No es extraño que el sello Wild Lion (Los Bengala, The Fire Tornados) les haya echado el guante ya. Con las coordenadas a seguir muy claras, pusieron el turbo desde el arranque del concierto. No gozaron de tiempo de relleno, pero se les ve más sueltos y disfrutables con sus temas más directos y sencillos.
Hubo algún titubeo al inicio del show de The Hard Mama. Nervios y una ligera descoordinación entre los instrumentos hicieron acto de presencia en los primeros temas. El problema se fue solventando mientras pasaban los minutos, y la banda comenzó a creer en sus capacidades. Tienen buenas canciones y se nota más en directo; cuando acierten plenamente en su mezcla de rock moderno (The Fratellis, Arctic Monkeys…) con sonidos más clásicos, pueden regalarnos sorpresas.
Lo de Toro es otra cosa. Los ganadores de las Demoscópicas del año pasado no han variado ni un ápice sus salvaje directo, rico en electricidad. Su apuesta por usar sólo bajo y batería sigue funcionando y, aunque tuvieron fallos de sonido al comienzo, son una apisonadora cuando ponen las revoluciones al máximo. El remate del fraternal dúo fue sencillamente espectacular: a eso se le llama cerrar en todo lo alto.
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