Fiesta nacional

La segunda jornada del festival empezaba temprano. En una similar propuesta a la de la plaza del Trigo en el Sonorama, sobre las 2 de la tarde comenzaron los conciertos programados en el escenario situado en la plaza Santo Domingo. Los News, Señores y Aire Canadá fueron los grupos encargados hacer calentar los motores del público y de todo aquel que se animara a poner música a su aperitivo, pues estos conciertos eran totalmente gratuitos.

Más tarde, a las seis y media del sábado y con un sol de justicia, Exsonvaldes tomaron el escenario Gigante con un público todavía escaso que hacía frente al calor copa en mano. La intro guitarrera de "Judging Hand" marcó el inicio de un concierto sólido en el que las melodías de pop elegante por las que se les caracteriza sonaron realmente bien, como fue en el caso de "Horizon" o "Cyclop", canciones de su último disco, "Aranda" que están girando en estos momentos. Exsonvaldes hace años que se ganaron un nombre en nuestro país gracias a su álbum "Lights", muy presente también en el concierto con temas como "L'Aerotrain" o "Seahorses". El grupo echó mano de todos los medios disponibles:el cantante Simon Beaudoux se bajó del escenario mientras interpretaba"Days" para animar al escaso público (pero fan) presente. Lo lograron.

El soul vino de la mano de Aurora & The Betrayers. Cuando uno asiste a conciertos como el que ofrecieron el sábado entiende perfectamente la expresión "comerse el escenario". Es lo que hizo Aurora durante todo el directo. Su privilegiada voz la arropa una banda exquisita con un aspecto dispar que inevitablemente hace pensar en The Commitments. "You are the queen", le gritaba alguien del público mientras iban sucediendo las canciones de su último disco, "Vudú" (2016). Como si se hubiera tragado a Tina Turner, la energía de Aurora parecía inagotable y sus movimientos a ritmo de la música fueron contagiando cada vez más y más al público. "Losin' My Mind', la última canción del concierto, consiguió llegar a albores épicos durante el estribillo y dejar con la boca abierta a muchos, incluido al que escribe estas líneas.

Vuelta al escenario Gigante, Second salió con un público entregado desde los primeros estribillos. Hace tiempo que la banda de Murcia ha logrado una base de fieles que hacen de cada concierto suyo un triunfo, aunque el sonido no fue todo los bueno posible en esta ocasión. "2502" fue la canción con la que pusieron al respetable en estado de efervescencia. Mientras anochecía, los brazos en alto que subían y bajaban se convirtieron en un síntoma común en cada canción que iba sonando, sobre todo en los ya clásicos de la banda como son "Muérdeme" o "N.A.D.A.". Pero si este año se encontraban en el cartel del festival Gigante era gran parte por su último disco "Viaje iniciático" (2015). La mejor canción de este LP, "Nivel inexperto", terminó por consolidar el concierto.

Pero si hablábamos de la legión de seguidores que tienen Second, mención aparte merece los fans de Miss Caffeína. El grupo liderado por Alberto Jiménez, respaldado por sus incondicionales ofreció un concierto correcto. Fueron los asistentes los que empujaron para alcanzar lo que la banda no consiguió desde el escenario: mantener la energía durante todo el espectáculo. Los ecos de los ochenta están muy presentes en esta etapa de la banda madrileña, tal y como confirmó esa referencia al "Maniac" de Michael Sembello al final de "Titanes". Miss Caffeina tampoco quisieron perder la ocasión de mandar un mensaje a "algunos partidos políticos y algunos arzobispos" en relación al trato que estos le están dando a la homosexualidad, mensaje que sirvió de introducción para el tema "Oh! Sana". El concierto lo cerró el hit "Mira como vuelo", dedicada a Supersubmarina. Y hablando de recuerdos y dedicatorias para los chicos de Baeza, especial mención merece la de Sidecars, que se lanzó con un acústico casi a capella del tema "Supersubmarina", alcanzando así uno de los momentos más emotivos del festival.

Con farolas sobre el escenario y un cartel que rezaba "Asturiana de Zinc 1,5 Km" salían Quique González y Los Detectives sobre las 23:45 acompañados de la cantante de Morgan, Nina (o SuperNina como la denominó Quique). Seguro y moviendo los brazos de arriba abajo como un auténtico campeón en el ring, salía Quique al escenario como si ya supiera que su concierto iba ser, sin duda alguna, uno de los momentos sobresalientes del fin de semana. "Kamikazes enamorados" dio el pistoletazo de salida a un directo que tema tras tema evidenciaba lo bien acompañado que está el cantante. Si Bruce Springsteen tiene a la E Street Band y Neil Young a los Crazy Horse, Quique González tiene a Los Detectives, una banda perfectamente engrasada sobre el escenario, como las de rock de garito, con miradas de complicidad y cigarros en la boca. "Me mata si me necesitas", su último disco, hizo acto de presencia de forma soberbia con "No es lo que habíamos hablado" o "Charo", con la que SuperNina se lució y demostró porqué tiene hueco en la banda . La sonrisa de felicidad de Quique era un reflejo del clima que había entre el público. Los versos de "Salitre", "La ciudad del viento" y "Tenía que decírtelo" llevaron al grupo a un punto de complicidad de no retorno con el público. "Vidas cruzadas” nos estremeció y despidió el concierto de forma formidable. Triunfal.

Se acercaba la 1 de la madrugada y llegaba el momento para la cabeza de cartel de esta tercera edición, Amaral. Con una luna llena que poco a poco se iba destapando sobre el escenario a ritmo de la penetrante voz de Nico ("All Tomorrow's Parties”), la banda zaragozana se presentaba al público. Entre algunos espectadores había dudas de lo acertado de la elección de Amaral como cabezas de cartel. Se disiparon desde la segunda canción de la noche, "Revolución", con fotos en blanco y negro de manifestaciones de fondo, seguida de "Kamikaze". Reivindicativos desde el principio y con una Eva dándolo todo desde el minuto uno y en ocasiones con más energía y fuerza que la propia canción. Las canciones de su último trabajo, "Nocturnal", se fueron intercalando con éxitos de la banda, llevando al delirio y éxtasis del público en cada estribillo y demostrando que si algo es indiscutible es que Amaral tiene alguna de las canciones referentes del pop español en los últimos veinte años, convirtiéndose ya en temas generacionales para más de uno y de dos, como es el caso de "Sin ti no soy nada", "El universo sobre mi" o "Como hablar".

Finalmente, Grises pusieron su electropop al servicio del público para conseguir una despedida bailonga. Amancay Gaztañaga, una de las voces de la banda, se empeñaba antes de cada canción de meter al público en el concierto recordando el estribillo, y la idea funcionó. Eran más de las tres de la mañana y la gente no paraba de moverse mientras cantaba "Plástico, eléctrico" o "Mi cabeza no está aquí, sin darme cuenta huyó de mí", este último estribillo perteneciente a su último trabajo, "Erlo". Sintetizadores y efectos predominaban creando una atmósfera perfecta para el fin de fiesta. El mejor momento de su concierto llegó, una vez más, con "Wendy".

Y con la música colorida y luminosa de Grises, el festival Gigante cerraba su tercera edición con muy buena nota y consolidándose como uno de los festivales nacionales de referencia para despedir el verano. Aunque en cuanto a lo ajeno a lo musical, algunas cosas como las excesivas colas de los baños y la comunicación desde el centro de la ciudad al recinto se deberían mejorar de cara a la siguiente edición. Ahí queda dicho.