Si cada año las Fiestas Demoscópicas son una celebración del estado de salud de la escena local, en lade 2017 la celebración era doble porque coincidía con el vigésimo aniversario del nacimiento de Zarata, parece que fue ayer. Tras la celebrada hace un mes en Donosti con las actuaciones de Albert Cavalier y Leun, le toca el turno de Bilbao, presentando dentro de las alocadas matinés dominicales Rabba Rabba Hey los directos de Cavaliere y New Pull.
El combo reconvertido a powertrío del héroe local Alvaro Segovia arranca su sincopado repertorio poniendo el peso en las canciones, maduras y llenas de bilis, de su “Vol.1”. Están bien engrasados y suenan crudos y sin artificios ni virguerías, presentando los temas como son. Rectos y sin fisuras, van disparando sus certeros balazos de rock sucio y desgarrado con un Segovia serio y contenido a la guitarra, concentrado y entregado en sus funciones como cantante. Afilados en “Demasiado” y “La Hora de la Violencia”, desatados en “No me Esperes Más”. Siempre a la altura (o incluso más alto).
A continuación y desde Madrid, otro trío: New Pull. Y la demostración de que los prejuicios son malos. Todo lo que conocía de ellos era un video en que se hacen acompañar por Vinila haciendo el canelo en su inglés con acento del Albaycín, tarjeta de visita que me hizo afrontar su bolo con pocas expectativas. Resulta que al entrar al Satélite me parece ver entre el público a Kiki Tornado, batería de Def Con Dos y ex-Sex Museum. Resulta que viene a tocar y el tipo que canta es el que manda en el grupo, y también ha tocado con todo dios en Madrid. Se ponen a tocar y son una apisonadora despiadada. En apariencia, le dan al rollo brit de anteúltima hornada, de Franz Fuckin’ Ferdinand a Editors o Tximino Artikoak de San Alex Turner, pero no se quedan ahí: escarban hasta la onda de Gang of Four, Joy Division, Stranglers o unos Roxy Music pasados (muy pasados) de vueltas. Marcelo canta muy bien con la profundidad laríngea de Brian Ferry y a la guitarra tiene una muñeca derecha implacable y más rápida que el ojo. La base rítmica es frenética e infalible, de otro planeta. Para “If You Love Me”, uno de sus hits, piden una corista voluntaria y ponen la pista patas arriba. Los más puristas podrían acusarles de muchas cosas, como darle a todos los palos a diestro y siniestro sin rumbo fijo, pero lo cierto es que su show quita el hipo y su directo es dinamita. Contrátelos en su macrofestival para compensar las decepcionantes actuaciones de sus cabezas de cartel multimillonarios. Estos tipos saben tocar, saben sonar y saben hacer bailar.
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