El Festival Internacional de Benicàssim sigue perseverante hacia un rumbo fijo. La falta de confianza en un cartel aparentemente menos llamativo que en anteriores ediciones se ha combatido con nuevos y más sofisticados recursos. Si algo se destaca de la 24ª edición son las deslumbrantes puestas en escena, los visuales y las coreografías de luces y efectos pirotécnicos que se han metido al público directamente en el bolsillo. En la difícil tarea de satisfacer las expectativas tanto del público nacional como del habitual británico, se hace cada vez más patente su esfuerzo por aunar a dos perfiles de público en ocasiones opuestos. Así, las rutas, en ocasiones irreconciliables, quedan diferenciadas.
JUEVES
La primera jornada de festival arrancaba en el escenario Las Palmas con el desvergonzado concierto de Caroline Rose. La neoyorquina con tintes de pop de Blondie demostró que, además de defender su último trabajo con una energía arrolladora, es capaz de ganarse a su público a través del humor presentando a sus peluches y levantándose como la primera en interpretar ‘Titanic’ a la flauta dulce desde el escenario principal del FIB. Así, desde una cover más que coreada de ‘Toxic’ de Britney Spears pasando por sus mejores temas de ‘Money’ a ‘Bikini’, la banda preparó el buen sabor de boca para dar comienzo a la fiesta. Continuaba un concierto más concurrido en el escenario Visa inmediatamente después. The Magic Gang saltó al escenario ante un perfil de asistencia mayoritariamente británica. El cuarteto de Brighton defendió el más puro indie rock con su álbum de debut Getting Along (2018). Tras ellos, la elegancia de Her’s fue seguida por un público mucho más amplio de lo esperado. De ese sonido que se ubica entre las influencias del mismo espíritu de Mac Demarco a base de acordes arpegiados al aire y ese ambiente que crea este dúo de Liverpool capaz de hipnotizar a cualquiera nacían temas como ‘Cool With You’ y ‘What Once Was’ pertenecientes a su álbum Songs of Her’s (2018) verdaderas joyas que, acompañadas del evocador paisaje del final del atardecer (todo un punto positivo no haberles enviado a la carpa FIB Club), hacían el marco perfecto para su concierto.
Caroline Rose
La escena más joven del rap y el hip hop, género más que representativo del cartel de este año, ya hizo acto de presencia a partir de la soberbia actuación de J Hus. Canciones intensas con el background inconfundible del ruido a disparos y a cristales rotos para una actuación que rompe con los moldes de lo que se nos viene a la mente a la hora de hablar del afrobeat y el dancehall. El joven rapero londinense demostró ser capaz de convertir el mejor grime con ‘Common Sense’ y ‘Did You See’ en un sonido vibrante y único. En el escenario South Beach turno fue después para la sección femenina de otra de las singulares representantes del género: Princess Nokia. Todo rebeldía sobre el escenario, la conexión con el público fue prácticamente instantánea en cuanto empezó a sonar ‘Brujas’, hasta el punto de lanzarse en plancha a bailar sobre él. La locura fue incontenible con temas como ‘Kitana’ o ‘Tomboy’, acompañados por sus respectivos movimientos de twerk.
Llegó el momento para los cabezas de cartel con la aparición de Two Door Cinema Club. El trío liderado por Alex Trimble, que no visitaba el festival de Benicàssim desde el año 2010, hace tiempo que viene preparando sus shows basándose más bien en sus mejores éxitos en detrimento de los temas de su último trabajo. Este no iba a ser menos. Así, ‘I Can Talk’ o ‘What You Know’, entre otros, se convirtieron en himnos coreados con fuerza por una explanada abarrotada. Por su parte, otra de las propuestas más bailables de la noche, Sofi Tukker, hizo las delicias para los que no pueden dejar de moverse: coreografías improvisadas y ritmos que contagian al segundo con ‘Awoo’ o la ya imprescindible ‘Drinkee’ que dejaron para el final, fueron los puntos fuertes de un pegadizo show.
Con 40 minutos de retraso la gran estrella del trap Travis Scott salió a escena con ‘Mamacita’ a un volumen exageradamente elevado. Un festival de psicodélicos visuales proyectados en la gigantesca pantalla a ritmo del espectáculo de fuego y luces atrapaban a cualquiera, sin embargo, probablemente se tratara del cabeza de cartel más vacío de las cuatro jornadas. Con el chillido del águila entre canción y canción, la seña distintiva del trapero más reseñado en la actualidad, Travis condensó su repertorio en el tiempo previsto para su concierto. Ni más, ni menos. El resultado: poca interacción con el público, una actitud arrogante hacia el foso de fotógrafos y un apresurado setlist. Para cerrar la noche de jueves, Ley DJ fue la encargada de dar forma a sus mashups de los últimos éxitos de indie rock del momento.
VIERNES
Si hay que hablar de voces potentes en esta edición del FIB, probablemente la de Anna Calvi sea la que resalte por encima de todas. La artista, difícil de encasillar todo sea dicho, navega entre multitud de etiquetas entre el rock y el indie, pero sin duda lo más destacable de ella es su brillante voz. Con un gran dinamismo sobre el escenario, la cantante y guitarrista londinense lanzó en su show varios temas no publicados todavía, para los que habrá que esperar hasta su nuevo trabajo Hunter previsto para el mes de agosto. Sin salir del escenario Las Palmas, los siguientes en tocar fueron Catfish and the Bottlemen, quienes ya pasaron por el FIB dos años atrás con el mismo material, por lo que el repertorio no varió demasiado de aquella vez. Sin embargo, la acogida al grupo en esta ocasión ha sido mucho mayor. Un arsenal de cocodrilos hinchables haciendo referencia a la portada de su último disco The Ride invadieron la pista en cuestión de segundos y, al ritmo que iban sonando éxitos como ‘Pacifier’ o ‘Cocoon’, crecieron varios puntos de pogos.
Catfish and the Bottlemen
Tras los británicos se dio paso a otra de las bandas más esperadas de la jornada: The Vaccines. Su tercera aparición en el festival estuvo llena de hiperactividad sobre el escenario, abrieron con algunos de sus grandes éxitos como ‘Wreckin’ Bar (Ra, Ra, Ra)’ y ‘I Always Knew’. Rebosando de energía, su frontman Justin Hayward-Young contagió al público su extrema vitalidad.
The Vaccines
El gran reclamo de la jornada y uno de los principales pilares de esta edición residía en la actuación de The Killers, que este año destacaba por su impresionante puesta en escena. Ya desde el principio sorprendió con una cascada de confeti a la par que Brandon Flowers entonaba el single del último álbum ‘The Man’ que ya para empezar dejó boquiabierto a buena parte de los asistentes. Enfundado en un traje blanco reluciente, impecable, cautivó con su voz y su presencia sobre el escenario a un público entregado ávido de escuchar sus grandes éxitos como ‘Smile like you mean it’ y ‘When You Were Young’ entre otros. Uno de los hechos más emocionantes fue la subida al escenario para tocar la batería en ‘For Reasons Unknown’ de uno de los espectadores que apareció durante todo el concierto con una pancarta pidiendo su oportunidad de ver realizado su sueño de poder tocar junto a ellos. Otra de las sorpresas que nos ofreció su actuación fue la inesperada aparición del cantante y líder de Catfish and the Bottlemen, Ryan Evan McCann, que interpretó ‘Read My Mind’, tema del que ya había hecho una versión para la radio australiana Triple J. Hacia la segunda mitad del espectáculo llegó el esperado hit ‘Human’ introducido por unos mensajes visuales que aparecían en las pantallas indicando el comienzo de uno de los imprescindibles de la banda. Hubo gran expectación cuando el escenario se quedó vacío por unos instantes para dar paso a los bises, momento en el que Brandon volvió a hacer su aparición estelar esta vez con un deslumbrante traje dorado. Así, cerraba el concierto con su tema más universal: Mr Brightside, coreado por una pista incondicional culminando así una actuación más que brillante.
The Killers
Otra de las actuaciones más esperadas para el público nacional y más fresco, venía por parte del trapero español más en boga de los últimos tiempos. C. Tangana dejó alucinada a la chavalería con una potente irrupción en el escenario entre el rugido de dos motos de motocross. Así arrancaba un concierto que una vez más dejó claro qué género es el que atrapa a la gente más joven del público festivalero. El cénit de su show llegó tras el discurso de pose trapera y antisistema con la que se quedó con sus incondicionales. Este sirvió de prólogo a uno de sus temas más virales en estos momentos, ‘Forfri’, la famosa respuesta al beef con Yung Beef, más que seguido en redes sociales.
SÁBADO
Todos conocemos el estilo hierático de la líder de Los Punsetes, y una vez más no defraudó. Destacó de nuevo las imágenes surrealistas que siempre acompañan a sus canciones en las pantallas de las que ‘Tu Puto Grupo’ o ‘¡Viva!’ no pudieron faltar. Más tarde Toundra destacó por una brutal interpretación instrumental sobre el escenario Visa. Descargaron sobre las tablas toneladas de contundencia eléctrica. Así, la intensidad de temas como ‘Cobra’ o ‘Cielo Negro’ demostraron que la música instrumental también funciona en festivales si viene acompañada de vigor, potencia y calidad. El grupo madrileño así lo demostró.
Toundra
The Kooks ofrecieron un concierto, sin arriesgar, basado en lo más destacado de su discografía. Es de agradecer que a pesar de estar a la espera de su nuevo material centrara su apuesta en canciones clásicas de su repertorio con ‘Bad Habit’ y ‘Naïve’. De todos modos, fue una actuación más bien plana y rutinaria para una banda que no visitaba el FIB desde el año 2006. Se esperaba algo más de ellos. The Horrors se vieron perjudicados por un sonido no demasiado claro. Sin embargo, su propuesta fue del todo convincente. Destacando la cavernosa voz de su líder indiscutible Faris Badwan que llena el escenario de sonidos envolventes y seductores. Desde su último trabajo V (2017), la banda reafirma su nuevo rumbo hacia sonidos más psicodélicos y oscuros dirigidos hacia la electrónica más sideral. Así tanto ‘Machine’ como ‘Something To Remember Me By’ nos embaucan con un estilo más novedoso.
The Horrors
El concierto estelar de la noche fue el de Pet Shop Boys que con su solvencia habitual, derivada de su larga trayectoria sobre los escenarios, tocaron sus clásicos himnos archiconocidos que emocionaron a los fibers más veteranos. Despuntaron con las imágenes psicodélicas de fuerte impacto visual proyectadas en las pantallas a sus espaldas, haciendo brillar su habitual casco plateado que una vez más coronaba a su líder. ‘It’s a Sin’, ‘West End Girls’ o ‘Always on my mind’ hicieron recordar viejos tiempos ochenteros a los más mayores. La jornada del sábado llegaba a su fin con la enérgica y vibrante intervención de otro de los favoritos de los espectadores británicos, Chase & Status. El trip hop quedó representado a base de una anfetamínica actuación que no dejó de emitir salvajes sonidos sin interrupción, llenando el escenario de una euforia incontenible.
Pet Shop Boys
DOMINGO
La última jornada estuvo afectada por el temporal. Algunos conciertos modificaron sus horarios por razones logísticas, lo que hizo quedar a Shame como el gran afectado. Su intervención quedó solapada completamente por la de Justice. Uno de los descubrimientos de la carpa FIB Club fue, sin duda, Marem Ladson que con su dulzura y personalidad cautivó a todos los presentes. El suave pop de la gallega creó un ambiente íntimo capaz de seducir a cualquiera. Otro de los nostálgicos grupos de los ochenta ocupaba el escenario principal esta tarde. Madness interactuó entre dos generaciones: su ska popular fue descubierto por las nuevos fibers que no conocían más allá de ‘Our House’ y que habían escuchado probablemente en los tocadiscos de sus padres. Así, incluso se vio a algún que otro adolescente mostrando el concierto por videollamada a sus progenitores haciéndoles partícipes de la fiesta.
Wolf Alice rompe esquemas siempre que sale a tocar por su personalidad deslumbrante. Con nuevo trabajo bajo el brazo y una actitud feroz y llena de seguridad, demostraron una vez más su saber estar sobre el escenario. Ellie Rowsell impregnó las tablas de energía desde su pose rebelde a la vez que sensible con ‘Don’t Delete the Kisses’ y ‘Beautifully Unconventional’. Sorprende su progreso desde su última aparición en el festival en 2014 cuando todavía eran unos desconocidos. Cuatro años después ocupan un lugar destacado en los carteles de los festivales internacionales.
Wolf Alice
Bastille no sorprendió. Continuando con su línea habitual sobre los escenarios, repitió su repertorio sin arriesgar lo más mínimo. Eso sí, de manera visceral e imparable por parte de su frontman Dan Smith, tanto al teclado como al ritmo de sus éxitos que más hacen gritar a la pista ‘Of the night’ y la popular ‘Pompeii’. Liam Gallagher repetía cartel, con su aire de rock'n'roll star arrancó precisamente con este tema una actuación que fue casi un calco de la del año pasado. A pesar de su nuevo disco, parece ser que Liam insiste en cobijarse en los viejos éxitos que le proporcionó Oasis, más que apostar por su material en solitario. Así, su espectáculo es todo un homenaje a la banda sonora de la vida de algunos de nosotros, por lo que temas que suenan con menor frecuencia en directo como ‘Supersonic’ o ‘Whatever’ fueron acogidos con gratitud por el público.
Liam Gallagher
La electrónica más salvaje y potente del cartel con una puesta en escena descomunal y una energía apoteósica invadió el escenario Las Palmas en lo que sería la última actuación. Justice trae consigo un show perfecto en todos los sentidos: actitud, composición del escenario, fuerza visual y un repertorio inigualable. A un ritmo gradual arrancaron con ‘Safe and Sound’ y de ahí las pinchadas se enlazaron una tras otra con una habilidad inigualable con el objetivo de no dar ni un segundo de tregua a una pista en estado de trance. Para el disfrute de los más fieles, el primer álbum del dúo francés fue pinchado prácticamente al completo con los temas clásicos transformados. Así los lisérgicos beats crujían al ritmo de la sorprendente coreografía de luces. A modo de cierre del círculo, el dúo se despidió con la nueva remezcla de su clásico hit ‘D.A.N.C.E x Fire x Safe and Sound (WWW)’ correspondiente al nuevo álbum que verá la luz a finales del mes de agosto, Woman Worlwide. Así, pusieron punto y final a una edición del FIB que sorprendió por su calidad a pesar de las dudas generadas, en un principio, por su cartel.
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