Viene siendo habitual que por las fechas de navidad, Iseo & Dodosound hagan parada en casa para uno de sus conciertos. Era extraño que esta fuera su primera aparición dentro del cartel de Santas Pascuas Festival después de la gran andadura que esta cita ostenta. Esta deuda se saldaba con todos los billetes vendidos con antelación para tener un lleno hasta la bandera en la sala Zentral.
La trayectoria de Iseo & Dodosound no ha dejado de crecer desde su primer album titulado “Cat Platoon”. Profetas en su tierra, su música ha calado hondo entre el público juvenil y adulto y sus ritmos globales unidos al carácter local le ha granjeado una legión de fans que trascienden a cualquier tribu urbana. Si a unas producciones limpias le sumamos unas buenas apariciones en los escenarios, son siempre una apuesta segura.
Tras una intro con las luces apagadas y sonando el “Quizás quizás” en boca de Laurel Aitken, salieron a escena. Leire Villanueva – Iseo con un con vestido de brillantes acompañado por Alberto Iriarte - Dodosound y su sempiterna camisa de tirantes haciéndose cargo de las bases. Esta vez sin el acompañamiento de los Mousehunters (errata, si estaban) pero con una sección de vientos conformada por saxo tenor, saxo barítono, trompeta y flauta. A priori se echaban en falta los visuales con los que nos obsequiaron en anteriores entregas en esta sala pero es comprensible que en la coyuntura del mercado de las artes dañado en el que nos movemos, hayan descartado esta opción para esta nueva gira. Aún así, el show no se resiente ni un ápice porque lo que hay que ver y sentir está sobre las tablas y porque una vez empiezan a sonar temas como “Infinity”, ”Dance Forever” o “I Wonder”, nos metemos de lleno en una fiesta roots- reggae sin descanso.
Y es que el carácter escénico de Iseo en escena es desbordante y contagia de un positivismo, luminosidad y ganas de pasarlo bien fuera de falsos sloganes . El público joven y no tan joven los adora por el gran magnetismo que atesoran y ellos a la contra se sienten muy respaldados allá donde van en una suerte de retroalimentación que cualquier artista quiere para si. En la parte central del concierto abrieron un paréntesis que recordaba mucho a los momentos costumbristas que nos han brindado con cada una de sus apariciones en redes en balcones o espacios domésticos. Este medio tiempo encaja muy bien con el carácter fresco de la banda, en donde unen espontaneidad y creatividad al ofrecer versiones modificadas de sus temas. En este momento-balcón destacaron “Zombis” con un desarrollo jazzero de un solo de trompeta tocada con maestría por Alberto Sanzol. “Mad World” de Tears For Fears, “Roots in the air” o “My Microphone” con un puente que nos llevaba a “Ghost Town” de los Specials.
Con una Iseo ya incorporada asistimos a una coreada interpretación de “Chan Chan”, al ritmo juguetón de “Pink Safari” junto a un frenético ir y venir del escenario, estampa esta que recorrió el concierto en gran parte de su minutaje. Un primer bis nos trae a Iseo más intimista. Con la sola ayuda de una guitarra y sumando la dedicatoria paterna interpreta la coreada “Txoria Txori” de Laboa. La sala que se encontraba en jolgorio contínuo paró por unos segundos para escuchar con atención la delicadeza con la que Leire interpretaba esta canción del acervo euskaldun. En esta versión desnuda de las canciones también sonaron el hit despojado de bases “Dame” y “Burnin” con un enlace que nos llevaba al “Glory Box” de Portishead.
El último bis ya con la banda al completo nos trae los hits de sus tres etapas. Los bajos gordos de “Vampire”, “Fresh Air” (con una mención a los inicios de la banda) con una sala ya con las manos en el aire y el mensaje global de “Arigato” en un fin de fiesta en la que la sala al completo incluyendo la balconada baila. Iseo & Dodosound jugaron en casa y ofrecieron todas las versiones que atesoran; la festiva, la creativa y la intimista. Que vuelvan a casa por navidad siempre.
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.