Justo antes de empezar el festival Hiriko Soinuak el pasado sábado en Barakaldo, cayó un chaparrón de estos de los que suspenden conciertos. Todo bien. La solida carpa de la Herriko Plaza cumplió su eficazmente su función. Los bolos, puntuales. Tras el concurso de bandas del pasado fin de semana, el festival acogió a los ganadores de sus diferentes categorías y dos bandas que rondan el top en las subjetivas categorías de revelación y veteranía: The Mani-Las y Burning.
A las 18:30 salió Lemy River (foto inferior), la banda tolosarra del vocalista de Peachy Joke y ganadores del premio de la categoría general del concurso. Tuvieron actitud seria y profesional, cero fallos en la mesa de sonido y un repertorio cuidadosamente estructurado entre psicodelia interrumpida con samples electrónicos y melodías acústicas. Tocaron “Control”, el tema adelanto de su róximo Ep y las líneas de bajo se estiraban en delays intencionados como si construyeran poesía retro musical. El ritmo de la lluvia del exterior nos dirigió a un final fuzzeado y distorsionado hizo que Herriko Plaza se llenara de potenciales amantes de la música en directo: los niños y las niñas.
Sara Zozaya (foto inferior), la ganadora del premio de la categoría de igualdad fue la siguiente, en solitario y con la fuerza que parecían darle las riendas absolutas del espectáculo. Su voz se escuchó clara, sin desvíos ni desgarros, incluso con el frío que hacía. Tocó temas de su recién estrenado y primer Ep en solitario "III" y fue maravilloso escuchar a gente cantar el tema “Run”. También le escuchamos cantar en castellano. Tanto en el piano como con la guitarra, la donostiarra demostró su talento sin despeinarse y en varios momentos, los sonidos magic pop de Mazzy Star se me vinieron a la mente mientras disfrutaba con su lírica. Agradecimientos finales y la carpa se llenaba de gente. Fuera la lluvia cesaba sigilosamente.
En esta segunda jornada de Hiriko Soinuak (tras el concurso del pasado fin de semana), las bandas estuvieron más sueltas en el escenario. La Nevera Vacía (foto inferior), ganadora del premio a la categoría de mejor artista de Barakaldo, trajo al público peleón y de ese que grita en los conciertos, vamos, los amigos, pero hay nada más maravilloso que gritar en los conciertos. Tocaron temas de su ultimo EP "Bajo cero" y para las nuevas escuchantes de sus compases, irradiaron una energía muy próxima al sonido de Los Planetas. Unos más relajados que otros, el trabajo de la batería fue impecable y todos demostraron casi todo el tiempo una compenetración profunda y muchas horas de instrumento. Terminaron con “Nepal” y otro final apoteósico.
En diferido escuchamos esa zarzuela de la verbena de la Paloma. Aquello de «¿dónde vas con mantón de Mani- la?» de Concha Velasco nos abrió la mente. La carismática Mayka Makovski y su banda no se anduvieron con rodeos, desde el primer tema desplegaron su rock´n´roll, punkero con la esquizofrenia propia de artistas que no tienen nada que temer. Tuvieron momentos clave como cuando Makovski insinuó que tenía hambre y una bolsa de patatas voló hacia el escenario. Vimos y escuchamos las entrañas de la mallorquina con la boca llena de tubérculos. Cansada de un público que no les acompañaba en su despliegue de convulsiones, bajo a la pista de baile a calentar al personal y a animar a su propia banda. Solo puedo agradecer que existan artistas como ellas. La calidad instrumental de Mariana Pérez (Sonic Trash, Rubia y Cora Bloom) en los parches, Olaia Bloom (Las Culebras y Cora Bloom) y Makovski permitieron que el bolo pasara en un suspiro cabalgando entre las estrofas de “He´s got the power” o “She look so sexy”. The Exiters, L7… la verdad es que sería malvada la comparación. Ellas son The Mani-Las (foto inferior).
La noche la cerró una banda con más de 40 años sobre los escenarios, Burning (foto inferior y encabezado), y se notó en cuanto al público que movieron. También se notó en las letras de sus canciones con contenido machista “chulesco”, pero machista al fin y al cabo. La banda de Johnny Cifuentes subió al escenario con dos guitarras, bajo, piano de cola, batería y juego de percusión latina. El público, además de desbordar la carpa, estuvo entusiasmado en la primera fila llena de viejas almas rockeras con los ojos brillantes por ver a sus ídolos. También hubo punkis liándola entre la masa. Curioso ecosistema. Tocaron los temas de su repertorio histórico con homenajes al fallecido Pepe Risi incluido, hasta que llegaron al final con un público entregado a la causa.
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