Desde hace ya algunas ediciones, el festival Cruïlla consagra su programación del miércoles a unas propuestas que miran de atraer a un público más joven. Y visto el resultado (11.000 personas según datos “no oficiales” de la organización), no les ha ido tan mal. Trap, rap, reggaetón, r&b, soul, urban, indie pop y hasta nuevo punk entre la más de docena de grupos y solistas que abrieron el festival en cuatro de los cinco escenarios. Una jornada que viene bien para engrasar las maquinas pensando en lo que llegará los días posteriores.
De entrada ya hubo algún retraso en la apertura de puertas, algo que hizo que las primeras actuaciones empezaran con ausencia de público. Eso les paso tanto a Triquell como a Lia Kali. Curiosamente ambos artistas, aunque diferentes, tienen algún punto en común. Uno es la participación de ambos en concursos televisivos que buscan propuestas emergentes. Y otro es que los dos cantan-cuentan mirando a su interior donde hay mucha oscuridad, pero también algo de luz.
Por su parte Triquell, en el gran escenario Vueling, atrajo a un público muy joven, tanto, que venían acompañados de sus padres. Ante ellos y a un volumen bastante alto, presentó lo que es primer trabajo “Entre fluids”. En directo sobresalieron “CBD i espardenyes”, donde muestra sus propias contradicciones, “Jugular” el tema estrella del disco y que coreó todo su público, o “NPC”, con el que cerró su actuación. Algo más de movimiento eficiente en el escenario no le vendría mal. Veremos que le depara el futuro.
Lia Kali tiene bastante más bagaje en sus directos y eso se nota enseguida. Además con la misma cantidad de público que Triquell, pero actuando en la carpa Johnnie Walker, el ambiente era mucho más cálido. Su voz desgarrada, y desgarradora (se le nota la influencia de las grandes divas de la música negra), le va perfecta para contar la historia de su vida, que no ha sido un campo de rosas. Todo a través de una mezcla dinámica de soul, rap o jazz y con una banda contundente. “Me hace mal”, “Contra todo pronostico” y su cierre con “Falso”, esta junto a la rapera Elane, fueron coreadas y disfrutadas por todo el público que llenó la carpa.
Como bien explica Nando Cruz en su excelente libro “Macrofestivales”, la coincidencia de horarios de varios artistas que te interesan, te llegan a crear un “stress musical” e incluso un sentimiento de culpabilidad, por no poder asistir a todos los conciertos que te ofrecen. Algo de esto nos pasó, y por eso solo pudimos ver el final del malagueño Delaossa en el gran escenario Estrella Damm. Llegamos a comprobar como todo su público cantaba “El Patio”, que bien podría ser un tema de Estopa, y la más rapera “Veneno”.
Tras él, en el otro escenario grande, el Oxfam Intermón, llegaron Las Ninyas de Corro. Rap reivindicativo, feminista y old school. Gata Cattana les dio a este dúo de mujeres jóvenes el primer empujón y vaya si lo aprovecharon. En sus propias palabras saben que el rap en directo es muy aburrido y por eso en su show aparecieron bailarines/as animando algunas de sus arengas en forma de canción. Casi acabando su show estas “txarnegas” de periferia, como se autodefinieron, rapearon L.N.D.C. dejando claro que cantan lo que piensan, lo que sienten y lo que viven y eso les ha convertido ya en unas referentes.
Y si musicalmente Beastie Boys les habrían dado su aprobación a Las Ninyas, seguro que Rage Against the Machine harían lo propio con el argentino Wos. Tremenda energía con la que se enfrentó a su show a media tarde. Por si no lo conocen, Wos es rapero, cantante, músico y actor con varios premios en las batallas de gallos y que fue capaz de llenar dos veces el mítico Luna Park. Además el suyo es un rap social, pero que también mira hacia dentro. En directo mostró una vitalidad imparable, a veces parecía que tuviera muelles en las bambas, no paraba de saltar. Al igual que su banda y claro está, el numeroso público que atrajo. Temas como “Andromeda”, “Culpa” o “Purpura”, con la que acabó, las cantó con tanta intensidad que pareciera que se dejaba la garganta cantando-rapeando.
Contraste total con el canario Cruz Cafuné. Cierto que se benefició de que no había ninguna actuación más y todo el público estaba allí. Cierto también que se le considere ya un veterano y que sus rimas sean remarcables. Pero hora y cuarto con unas bases oscuras, sin que pasara nada en el escenario, solo él yendo de un lado a otro y con el autotune a tope, resultó monótono. Por el contrario, solo hizo falta que pidiera que le ayudaran a cantar uno de los temas más importantes para él: "goofy ahh luv Joint”, y aquello fue un karaoke. Lo mismo pasó con “4 Prez” y “Muchoperro”, que por fin le puso más ritmo a su actuación.
Sen Senra
Concepto escénico totalmente contrario al gallego Sen Senra. Íntimo pero envolvente y con todo muy estudiado. Desde la configuración y la pose en el escenario, hasta la aparición de un coro vocal cuasi gospel o de algún músico, en algunas de sus canciones. Acaba de editar disco, “PO2054AZ” y se le augura un subidón de popularidad. Dicen que a veces es más valioso lo que se sugiere, que lo se muestra, y en ese punto vemos a Sen Senra. Todos sus temas son llamativos y te hacen querer escuchar y ver más. Esos filtros en las voces, esas bases extrañas y esos mensajes ambiguos, son parte de su “encanto” y que en directo se acrecienta. “Uno de esos gatos” o “No quiero ser un cantante” se corearon ya como grandes éxitos. A destacar “Ya no te hago falta” con él solo a la guitarra y las intensas “Nada y nadie” y “Da igual lo que opine la gente”, con el que se despidió y dejó a todos repitiendo ese estribillo.
Aunque si tenemos que aplaudir una puesta en escena, esa sería la de la joven argentina Nicki Nicole. Además, a tenor de lo que se vio, ella fue la que hizo que mucho público asistiera este día al Cruïlla. Nada que objetar a su actuación, luces, coreografías, etc., o sea puro espectáculo. Y tenemos claro que a día de hoy, no aceptar que en un concierto los músicos sean algo accesorio (si es que los hay), que haya voces pregrabadas y que todo se base en una puesta en escena pomposa, sería ir en contra de los tiempos, así que toca asumirlo. Se hizo evidente que “Wapo Traketero”, “Colocao” o “Marisola” son auténticos hits, pero si tenemos que elegir preferimos rapeos como en “Dispara”, de su último disco “Alma” a otros más melosos. No sabemos porqué pero su actuación acabo quince minutos antes. Pero para ser sinceros, el concierto con el que más disfrutamos fue con La Élite. Parece que aquel “no future” del punk, no fue capaz de imaginar lo que hacen este dúo de amigos de Tàrrega. Su autodenominado “synthetik punk” recupera el espíritu del “no hace falta saber tocar demasiado bien un instrumento” para lanzar tus mensajes. Simplemente ponen unas buenas bases electrónicas y cantan, mejor dicho, gritan sus canciones. Y vaya si funcionaron. Un buen número de público cantó y bailo pogo con “Todos me miran mal”, “Contento de ser feo”, “Mata a tu jefe”, “Neo hippie” o “Malburro”. Por los títulos son imaginables las letras. A pesar de estar en un gran escenario su directo fue como si lo hicieran en una pequeña sala bailando con los colegas, además se podía pedir que tema querías escuchar y hasta ¡repartieron “tabaco” desde el escenario!. Fue un necesario golpe de aire fresco para el primer día del Cruïlla.
PD: La inevitable coincidencia de horarios de los conciertos en los Festivales, hizo que no pudiéramos ver a Tesa, Rusowsky, Yeico X Toni o Santa Salut, pero es de obligación resaltar que también estuvieron ahí dándolo todo.
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