Faraday, pop en la costa
Conciertos

Faraday, pop en la costa

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02-07-2009
Empresa — Medusa
Sala — Molí de Mar
Fotografía — Dani Cantó

Cierren los ojos e imaginen un jardín enorme bajo las estrellas y elclima idóneo de una noche de julio, junto a la iluminación intermitentede la luz de un faro. De fondo, la música de sus artistas preferidos yla compañía de sus amistades más preciadas. Todo esto es el Faraday, ycon vistas al mar, por supuesto. El primer día abrieron, en elescenario grande, Le Pianc, transportando su pop con destellos funk, herencia de los bandas como The B-52’s. Para relevarles, Espaldamacetatocó delante de una cantidad de público más que respetable que tomóasiento en la hierba del escenario ADN, mientras hacía tiempo paradisfrutar de Charades, que le siguieron, tocando canciones de su disco “En ningún lugar”. La primera actuación de la cuota extranjera fue a cargo de Ipso Facto, un trío femenino de rock oscuro y post-punk bastante convencional que, tras una actuación sin pena ni gloria, dejó paso a que Bèstia FeridaThe Leisure Societydevolvieron las cosas a su lugar en un concierto de pop luminoso ydetalles folclóricos (ukelele, flautas, etcétera), debutando, porprimera vez en España, y acompañados de la presencia de Gary Olson en la parte final de su repertorio. En el mismo escenario y cuando ya había anochecido, Ramón Rodríguez, The New Raemon,subió al escenario, junto a sus habituales (Ricky Falkner, entre losmás aplaudidos). Destacar el avance de “La siesta”, de su nuevo disco,y la versión de “La mano izquierda” de Nueva Vulcano. En el prime time,The Lucksmiths despidieron una carrera de dieciséis años dehistoria, y lo hicieron magistralmente. Su lección de jangle popquedará grabada en la mente de todos los aquel día presentes como unaauténtica clase magistral. El resto de la velada corrió a cargo de lacuota nacional. Half Foot Outside fueron precisos (con la aportación puntual de Sebas de Tachenko), Joe CrepúsculoBiscuitretornaron al sonido clásico y demoledor del power-pop. Sin romper ladinámica estilística, los Dj’s del OFC pusieron el punto y final a lanoche, con algunos problemillas técnicos sin importancia. El díasiguiente, los más madrugadores pudieron disfrutar de las actuacionesde Margarita (tan vibrantes como siempre) y bRUNA, que ofreció una lección de electrónica con clase. Extraperlo,también acompañados de Gary Olson a la trompeta, en el último tema,fueron los que más hicieron bailar, a pesar de la temprana hora en laque los habían programado. Destilando temas de “Desayuno Continental” yel novísimo “De tus palmas al abismo” demostraron ser una de las bandasnacionales en mejor forma del momento. Shugo Tokumaru, que apriori se presentaba como uno de los descubrimientos Faradaydianos másapetitosos, sorprendió con su pop caótico a la par que meticuloso,versión de “Video Killed The Radio Star” incluida. The Mummers demostraron ser herencia del legado Björk y, en esa línea interpretaron “Sleepyhead” de Passion Pit. Dorian,con una nueva incorporación, reinterpretaron, en acústico y soporteelectrónico, su repertorio habitual e incluso se atrevieron con LeonardCohen. Eran pasadas las once cuando el piano de cola del escenarioprincipal fue ocupado por el gran Neil Hannon. Dirigiéndose en todo momento al público con una sorprendente proximidad y, en lengua catalana, el frontman de The Divine Comedyencarriló un entrañable repertorio de grandes éxitos, que llegó alclímax en “Everybody Knows (Except You)” y en la versión de “Cheek ToCheek”, mientras bebía de su gin tonic. Manel son grandes. Lodemostraron siendo el único grupo del festival, junto a Hannon, quetocó bis. Pop costumbrista acompañado de ukelele, interpretado en suformato habitual –versiones de Pulp i de Els Pets, incluidas-. 1990´sThe Lions Constellation,de los cuales nos esperábamos unos cuelgues más prolongados y unapresentación escénica más aparatosa, teniendo en cuenta que jugaban encasa. The Ruling Class fueron bastante normales. Sonidomediocre, aunque divertido. Nos despedimos del festival con cararisueña. Los conciertos en la playa, que este año se estrenaban endomingo, nos hicieron disfrutar de los riffs desgarrados de Songstore (se atrevió a versionear a El Último de la Fila, Gene Clark y al rumbero Chacho) y la calma, junto al ritmo pausado, de Boat Beam. Mientras el sol caía, Gary Olsondestilaba los últimos acordes del festival, repasando parte delmaterial de The Ladybug Transistor y contando con la colaboraciónpuntual de Alondra Bentley. Los que estuvimos allí, alegres ymelancólicos, deseábamos que eso no acabara. Ahora, solo queda miraradelante y marcar, como ineludible, la fecha en el calendario para elFaraday 2010.
descargara ruidazo sin complejos, en un festival donde no encajaban demasiado. infalible y, protagonizaron el último gran concierto de la noche, junto a

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