Pop cálido para noches frías

Dieciséis bandas y artistas han actuado por casi una treintena de localidades navarras en una nueva edición de Girando por Navarra, un ciclo de conciertos promovido por el Gobierno foral que ha tenido en esta edición dos etapas diferenciadas de primavera y otoño. Los encargados de cerrar esta última fase del año han sido los pamploneses Exnovios que desembarcaron en Ansoáin el pasado viernes con una nueva dosis de pop luminoso, reverberación y melodías clásicas que son marca de la casa.

En un auditorio con menos expectación de lo que hubiesen requerido los cinco euros de entrada, el cuarteto apareció puntual en el escenario esta vez con un Guillermo Mutiloa asumiendo las funciones de batería de Txema Maraví. Sin mucho diálogo hueco ni florituras dieron inicio al show con una acertada “Me quieren ver morir” que sirvió para afinar voces, calentar instrumentos y meter de lleno al respetable en la atmósfera lúgubre de una noche de noviembre. Ese inicio fue un simple espejismo porque un destello acabó por entrar de lleno en el escenario en los primeros acordes de una “Luz Espacio Tiempo” que es una joya indudable en estudio pero alcanza, por medio de su progresiva cadencia, una lucidez particular en el directo.

Como si de una carrera a contrarreloj se tratase, no tardaron en despachar algunos de sus éxitos más recientes como “El principio del fin”, “Eres tú” o “Un nuevo día” que, aunque tímidamente, recibió algún coro de los allí presentes. Para entonces la banda ya había demostrado de sobra sus cualidades a la hora de ofrecer canciones con dinámicas muy reconocibles, letras fácilmente transitables y un acompasamiento propio de una formación que cuenta entre sus miembros con músicos de larga trayectoria. Ello quedó constatado seguidamente con la interpretación de “No aguanto un día más” y ese brillante remate instrumental que concedieron y en el que se gustaron merecidamente.

Ya en el ecuador de su directo ofrecieron unos instantes más contemplativos con “Sueños y realidad” y “Sé que volverás” previo al sonido sureño de “Vuela Jambo” y la holgazana y suplicante “Llévame a casa”. Nota a destacar lo mucho que ha mejorado la banda en el apartado vocal con un Juan Maraví asumiendo un papel protagonista en la melancólica “Quizás” o sobre el ritmo floreciente de “Magia blanca” en un decorado que no era el mejor para lucirse en la dicción.

En la recta final una premonitoria “Ya casi es Navidad” sirvió de preludio para el estallido sonoro de “Magia eterna” y una “Es por ti” que reúne buena parte de los ingredientes identitarios de la banda: fuzz, psicodelia, y melodías beatlelianas y en ocasiones escapistas. Un lujo de alcance popular que triste o afortunadamente –según se mire– solo disfrutamos unos pocos.