Celebrando la vida
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Celebrando la vida

6 / 10
Daniel Gómez-Cortazar — 07-11-2024
Fecha — 05 noviembre, 2024
Fotografía — Dave Blanco

La velada comenzó con Rüdiger defendiendo en solitario su álbum “The dancing king”, luminoso como estos días de noviembre. Rüdiger no es otro que Felix "Rüdiger" Buff, conocido en la escena euskaldun como batería de Willis Drummond y con una larga carrera anterior acompañando a Duncan Dhu, Rafael Berrio o Joseba Irazoki, entre otros.
Enfundado con una guitarra electroacústica y sin banda, Felix abrió con la canción que da título al álbum. Según sus propias palabras, “la situación mundial actual invita a huir de la realidad y a adentrarse en uno mismo y en su mundo interior para ser el dueño de su propio baile”.

En lo musical, bebe de múltiples influencias entre el kraut, el folk, la psicodelia y la experimentación vía Radiohead o incluso Pink Floyd o Beatles. Sin más efectos que un colchón de sonido ambiental en alguna canción y los propios de la guitarra, todos estos matices quedan escondidos para quien no ha oído las grabaciones originales. Aún así, su bonita propuesta, con su dominio de la voz, de la guitarra y de los efectos, queda justificada en sí misma, sonando así más folk-pop, en la onda de los también franceses Cocoon o Herman Düne de los años 2000. Artista como es, no pierde el compás ni con las conversaciones de los que a la entrada parece que han confundido antzoki con batzoki. Cerró el set con su nuevo single “Downtown”, esta vez ya con la percusión de una caja de ritmos y dejando ganas al público de verlo con banda pronto.

A las 21:25 subió Evan Dando al escenario, con un atril lleno de cuadros, varios de los cuales distribuyó por el suelo del escenario y con una pizarra con el setlist que fue alterando a conveniencia. Si bien Rüdiger venía a presentar canciones desconocidas para la mayoría de los asistentes, Dando consiguió desde el primer momento arrancar sonrisas y recuerdos a todo el público sacando a relucir los éxitos de los Lemonheads de los 90, canciones de su álbum en solitario así como unas cuantas versiones, todo esto provisto únicamente de una guitarra acústica orientada a un micro.

En cuanto al concierto en sí, no vamos a perder más de línea y media en mencionar que fue mejorable, ni vamos a entrar en que cualquier tiempo pasado fue mejor, sino que animo a todo el mundo a leer el libro de Ian Winwood “Bodies. Vida y muerte en el rock”, donde el británico analiza cómo la propia dinámica de la industria musical lleva a los artistas a enfermar mentalmente. Es por ello, que el concierto fue una celebración de la vida y de la música en la memoria, tanto de Evan Dando, como de los asistentes. ¿O preferimos cadáveres jóvenes, reediciones de álbumes y grupos tributo?

Con una guitarra de 12 cuerdas en ristre, el bostoniano empezó con “The outdoor type”, compuesta por el australiano Tom Morgan del grupo Smudge e incluida en “Car button cloth” de 1996, preciosa balada, cuyos arpegios iniciales nos hicieron creer inicialmente que se trataba de la versión de “Landslide” de Fleetwood Mac que toca Evan. A partir de ahí fue uniendo canciones como cuando se reúnen unos amigos y uno coge la guitarra, solo que en este caso se trataba de un icono de los 90 que supo fundir la música de los 60 y 70 con la libertad de estructuras del rock alternativo de los 90, mezclando como nadie power-pop, AOR, folk, country, grunge y rock dando prioridad a la melodía y siempre desde un sonido muy americano.

Después de dos canciones (“Hard Drive”, “Tender foot”) pasó a la guitarra de 6 cuerdas para tocar “Confetti” del influyente “It´s a shame about Ray”. Tras tocar “My idea”, el público se animó a hacer los coros de “The great big NO” del celebrado “Come on feel The Lemonheads” (1993). Retrocedió unos años con “Different drum” y la cara B “Frying pan” para animar otra vez al público con “My drug buddy” y sorprender posteriormente con “Like a rose” de la increíble Lucinda Williams. Se arriesgó un poco demasiado con los coros de “Hannah and Gabi” y siguió alternando canciones menos conocidas con las míticas “Into your arms” (la original es de los Love positions) , “It´s a shame about Ray”, “Rudderless”, “Being around” o “It´s about time”. Versiones también hubo de Joni Mitchell (“Case of you”), de los Flamin´Groovies (“You tore me down”) o incluso una country de Gram Parsons (“Return of the grievous angel”. En definitiva, un digno repaso por la música americana de los 60 a los 90, repasando al final temas jpropios como“Frank Mills” y “Hospital”) y dejando un horizonte abierto tras la publicación en 2023 del single “Fear of living”.

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