Un clásico de las primaveras santanderinas con 15 años a sus espaldas, el Action Weekend, parece que en esta edición ha rebrotado con fuerzas renovadas en este no-invierno de 2019. Apoyos promocionales y nuevas colaboraciones en la organización parece que han dado con su edición más ambiciosa y exitosa. Curiosamente la primera de las jornadas estuvo marcado por la nieve y los retrasos producidos en las carreteras, nada que no pudiese solventarse con un poco de paciencia a orillas del sardinero.
Ojo Pipa, desde Torrelavega y única banda local en cartel, fueron los encargados de dar el pistoletazo de salida. Dúo poderoso guitarra-batería que de primeras parece que van a ir en la onda de Japandroids o Cala Vento, pero lo suyo es algo mucho más poliédrico y añejo. Juegan al despiste y a la sorpresa continua y lo mismo suenan a Daniel Johnston que a psicodelia –a su modo- de los 60 y 70. Bravo.
Juana Chicharro llegó a Santander sobre la bocina y se subieron al escenario sin prueba, a degüello, pura navaja de Sierra Morena. Ofrecieron un show divertidísimo, algo que fue la tónica de la noche y de todos los grupos y djs, con especial acierto en unas adaptaciones que brillaron con luz propia en una curiosa mezcla de rock&roll aflamencado. Como si a Chambao les diese por meterse bien de anfetas en una noche por Malasaña.
King Salami volvía a Santander para ejercer su reinado. El rey de la conga, perfectamente flanqueado por the cumberland three montó la mayor de las fiestas de la noche. Como salido de una peli de Indiana Jones, este hechicero realizó el mayor de los embrujos del fin de semana.
Como cierre, los franceses The Scaners también llegaron sin mucho más tiempo que para descargar sus aparatos. Prueba sobre la marcha y a darle goma que es lo suyo. Ritmos frenéticos y estética retrofuturista, teclados y guitarra-theremin a todo dar para cerrar una noche con poco margen de descanso. ¿De eso se trata un festival no?
Ya al mediodía matinal en el BlackBird con las Jennys de Arroyoculebro, banda garaje punk directamente desde el contenedor de trash, inclasificable y muy complicada para esta primera hora. Como que te asalten con navaja en medio del polígono. ¡Hay que empezar el día con energía!
Después del merecido almuerzo y ya de nuevo en el BNS cita con Terrier, que ya estuvieron en la fiesta de presentación hace pocos meses. Como en casa, el cuarteto ofreció un set vitamínico a tres voces muy celebrado por mucha gente que acudió a primera hora para verlos de nuevo.
The Embrooks eran uno de los platos fuertes del fin de semana y había ganas de ver a la banda más clásica de esta edición. Psicodelia atlántica y pacífica bien ejecutada presentando temas de ‘Who we are’, un nuevo trabajo después de casi tantos años como cumplía el Action.
Mujeres, con la excusa del fabuloso ‘Romance romántico’, volvían a la ciudad para montar un pogo de algo más de una hora que supo a poco. Junto con el Rey Salami verdaderos ganadores con unos directos imbatibles.
Como cierre de un fin de fiesta para el que todavía quedaban unas pocas fuerzas, los Shaky Things, un jovencísimo trío francés nos acabó de menear a base de fuzz y caderazos. ¡Larga vida al Action Weekend!
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