Emocionante regreso

La actuación de Mehnai arrancó con una versión del “Space Oddity” de David Bowie que tocó en solitario, y se la veía muy nerviosa durante esa canción. El homenaje tenía todo el sentido del mundo, dado que la enfermedad que dos días antes se había llevado a Bowie es la misma que ha mantenido a Mehnai apartada de los escenarios durante una larga temporada. Este ha sido uno de sus primeros conciertos tras esa convalecencia, y el primero en este sitio tan agradecido para las actuaciones íntimas que es el Rvbicon. Con el local repleto de amigos y admiradores ansiosos de volver a verla en acción, las emociones se encontraban a flor de piel. De todas formas, en cuanto se le unieron Quique de la Verde al bajo y Rodri Irizábal a la batería las dudas se disiparon y volvió a aparecer la Mehnai de siempre. La de la voz enorme, que cautiva tanto en los momentos delicados como cuando se proyecta como un chorro. El repertorio repasó buena parte de sus dos álbumes, además de presentar algunos temas nuevos como la enérgica “Cold Cold Colder” o “The Bible”, que presentó como una ofrenda a la Iglesia de su adorado Sufjan Stevens. La versión que interpretó del “Hurt” que popularizó un agónico Johnny Cash fue el único momento de oscuridad de la velada; el hilo que condujo el concierto fue la alegría de vivir y el gozo por seguir tocando música delante del público. Esto lo dejó claro una Mehnai muy sonriente al hilvanar títulos tan elocuentes como “Hope is All We Have”, “Our Future is Bright” o la versión del “Wonderful Life” de Black con la que cerró su actuación. De esta forma el mensaje quedó patente: por fin está de vuelta, satisfecha y fuerte. Fuerte como la guerrera que acaba de vencer al dragón.