Mantener viva la llama

El Estadi Olímpic de Barcelona fue el escenario encargado de acoger el único concierto que Els Amics de les Arts darán este verano en la ciudad. Aunque los asientos destinados al concierto no estaban del todo llenos, sobre todo en la parte de la pista, la banda prometió darlo todo para aquellos que sí decidieron compartir esa calurosa noche de luna creciente con el trío catalán.

Como ya empieza a ser habitual, Dani Alegret, Ferran Piqué y Joan Enric Barceló iniciaron el concierto con "No vam saber tornar", el primer tema de su último disco, 'El senyal que esperaves' (Universal, 2020). Seguidamente ofrecieron el sencillo homónimo al disco, que siempre consigue arrancar las mejores palmas y gorgoritos al público. Antes de interpretar "No ho entens", uno de los mayores éxitos de 'Un estrany poder' (Sony, 2017), Els Amics de les Arts hicieron broma con el aforo con su característico humor, que calentaría motores para uno de los mejores momentos de la noche.

Fue entonces cuando procedieron a presenta a la banda que los acompaña: a los más que fieles Pol Cruells (bajo) y Ramon Aragall (batería), se han sumado recientemente Gisela Alegret (trompeta) y Maria Astallé (trombón), que consiguen dar un plus al sonido del grupo y al espectáculo. Ambas tuvieron un papel más que relevante en la energética "30 dies sense cap accident", que encadenaron con "Monsieur Cousteau", el sencillo de 'Espècies per catalogar' (Discmedi, 2012) recuperado para la ocasión, tras llevar tiempo excluido del set-list de los catalanes.

"Juliol 1994" fue el siguiente tema, que dejó paso a la ya mítica "Louisiana o els camps de cotó", que el público canta siempre a todo pulmón prácticamente a solas y que celebra como la que más. A continuación ofrecieron "Les coses" y "Kokoschka", acompañada deliciosamente por los vientos. Con "El meu cos", Ferran Piqué recordó que se puede bailar, aunque respetando siempre las medidas de seguridad, y aprovechó para agradecer a todo el mundo que hace posible que continúe habiendo conciertos pese a lo complicado que es organizarlos en la actual situación.

Els Amics de les Arts quisieron refrescar la noche con "Reykjavik", recuperada de 'Bed & Breakfast' (Dismedi, 2009), su primer disco, que contrastó con "El seu gran hit" y "Ja no ens passa", dos de sus temas más bailables y bailados allí donde los tocan. Desgraciadamente, la segunda fue la única de las canciones de 'Només d'entrar hi ha siempre el dinosaure' (Discmedi, 2014) que pudimos escuchar en el Olímpic. Antes de la pausa, el trío interpretó "Semblava que fossis tu", que dejó el listón altísimo para el último tramo del concierto.

En medio de los aplausos y gritos del público que reclamaba la vuelta de Alegret, Piqué y Barceló al escenario, empezó a escucharse por los altavoces un fragmento del monólogo a cuatro bandas que Els Amics de les Arts ofrecieron en el Palau de la Música en 2011, cuando presentaban 'Bed & Breakfast', y que explica que la llama olímpica no se encendió en realidad con un arco y una flecha en los Juegos de Barcelona sinó con un botón. Una performance ideal para la ocasión que hizo levantar de la silla a los fans más fieles y que demostró, una vez más, que ellos sí saben mantener viva la llama en cada bolo pese a los años, pues no hay nunca dos iguales.

Siguieron con "Et vaig dir" y, como no podía ser de otra manera, remataron con "4-3-3", con un solo tremendo de Maria Astallé, y "Jean-Luc", que contó con Gisela Alegret en la introducción y que, pese a los años que hace que la interpretan, siempre tiene algo mágico que hace imposible cansarse de ella. El concierto terminó con "No sé com t'ho fas", el último sencillo que han lanzado y que además es la canción del verano en TV3. A ritmo de Whitney Houston, como llevan haciendo varios meses, el grupo se despidió de un público en pie que lo aplaudió, cantó y bailó todo y más.