Electricidad y adrenalina
ConciertosThe Hives

Electricidad y adrenalina

7 / 10
Raúl Julián — 12-09-2022
Empresa — Ayuntamiento de Valladolid
Fecha — 10 septiembre, 2022
Sala — Plaza Mayor de Valladolid, Valladolid
Fotografía — Francisco Alain

El Ayuntamiento de Valladolid continúa con la buena costumbre de programar un concierto internacional de corte indie rock dentro del programa de fiestas patronales de la Virgen de San Lorenzo y, tras el fichaje en años anteriores de Primal Scream y Franz Ferdinand, la elección recayó esta temporada sobre los suecos The Hives.

Otra apuesta segura cuando de ofertar un concierto resultón y adrenalínico se trata, con el quinteto curtido en mil batallas de este tipo, ya sea al amparo de un festival o en el hedonista marco de celebraciones populares.

No es de extrañar, por tanto, que la plaza resultase abarrotada por un público ávido de quemar sus últimos cartuchos, en el día final de las fiestas y ante la incendiaria actuación que se le presumía al combo. Una ventaja que Howlin' Pelle Almqvist y compañía no iban a desaprovechar y orientaron al lucimiento propio, amparándose en tres patas del mismo banco. Por un lado está la generosa colección de éxitos con los que cuentan en su haber, de esos que levantarían a un muerto con su evidente y agresiva verticalidad. Sucede, además, que el directo se ha manifestado siempre como el hábitat natural del grupo –de hecho, hace una década que The Hives no publican un álbum en estudio, desde que viera la luz "Lex Hives" (12)– y éste supera considerablemente a su versión de estudio, por lo que el contacto con el escenario supone un catalizador imparable hacia el triunfo y la satisfacción de ambas partes: artista y público. Y, en tercer lugar, entraría en juego el absoluto descaro que Almqvist demuestra a la hora de interactuar con ese público entregado de antemano.

Además de exhibir su de sobra conocida electricidad escénica cuando se pone a la tarea, el vocalista gusta de montar su propio show entre canción y canción (¡entre todas y cada una de ellas!). Un hábito que, en la práctica, comienza empatizando pero que, con el paso de los minutos se torna algo repetitiva y evita, de paso, que el concierto coja aquel definitivo ritmo que bien podría ser endiablado dado el potencial del repertorio. Almqvist es, en cualquier caso, un espectáculo en sí mismo, capaz de dividir una plaza abarrotada en dos partes solo para disponer de un pasillo que recorrer desde la mesa de mezclas al escenario como traca final del asunto. Fuera como fuese, el paso de los escandinavos por la capital castellana se saldó con victoria clara, al amparo de catorce temas que incluyeron clásicos como “Come On!”, “Main Offender”, “My Time Is Coming”, “Hate To Say I Told You So” o “Walk Idiot Walk,” además del inédito (y acertado) “Stick Up”. Aprovechando los bises, el grupo mostró una faceta algo más garagera, la misma que le sienta francamente bien, con “I'm Alive” y “Tick Tick Boom”.

Enfundados en sus habituales trajes en blanco y negro, The Hives completaron un concierto de hora y cuarto (que contaría con unos sesenta minutos de música efectiva) en el que alteraron hits arrasadores e interpretaciones incuestionables con un buen número de poses de cara a la galería, atrezo y algo de cuento. Todo, en realidad, forma parte del gran espectáculo del rock & roll, en una faceta que The Hives han ido desarrollado desde su aparición a finales de los noventa hasta manejar a su antojo en la actualidad.

TheHivesFranciscoAlain2

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