El signo del tiempo

Surrealista imagen de la noche: Una pléyade de pantallitas de móviles registrando el segundo bis, la delicada “Going to California”. Robert Plant, legendario vocalista de Led Zeppelin, camisa roja, mítica melena rizada, había salido al escenario de la mejor manera, con una emotiva, larga y fiel interpretación de “Baby I´m Gonna Leave You”, aderezada con algunos bonitos toques de flamenco por parte del magnífico guitarrista Liam “Skin” Tyson. Sin embargo, el fuego inicial que encendió no volvió a prender hasta muy al final, con el riff demoledor de “Whole Lotta Love”, otro clásico de Zeppelin. Entre medias, 80 minutos de un repertorio de medios tiempos (versiones añejas incluidas), entre el blues, el folk exquisito y la música étnica (contribución del africano Juldeh Camara), que se me hizo algo disperso; de lo mejor, su interpretación de la preciosa “All The King's Horses”.

Naturalmente, Plant vive a la sombra de la leyenda de aquella banda irrepetible, aunque en lo que va de siglo ha cultivado una carrera apreciable. El blues primario que producía la combustión espontánea de Zeppelin sigue siendo su fuente, aunque las atmósferas que crea su banda añaden sofisticación. Las bromas con el Brexit y la insistencia socarrona del cantante con la duración del bolo (“¿suficiente?, ¿bastante?”, repitió en un correcto castellano) pusieron algo de picante. Pero aunque Plant, sin llegar a los registros vertiginosos de antaño, mantiene intacta su voz y el sonido general era estupendo, me faltaba algo: el contraste con otro ilustre veterano (tres años mayor, por cierto) que se había auto inmolado en el sagrado fuego del rock unas semanas antes, me pareció palmario. Lo sé, las comparaciones son odiosas, pero el rock no demanda menos. Puede que tener a mi lado a un plasta que revisaba su whatsapp compulsivamente canturreando cada canción, no me ayudara a meterme en el show. Como dijo ese otro grande que ya no podrá estar en un escenario (y esto va también por los maniáticos de la grabación compulsiva), es “el signo de los tiempos”.