El Niño de la Hipoteca, que es lo mismo que Guiu Cortés, presentó ‘Esto no es un Disco Vol.1’ el sábado en el Centro Cultural Manuel Benito Moliner de Huesca.
Los antónimos conviven en nuestro día a día. Me atrevería a decir que es la esencia imprevisible del siglo XXI, poder amar una cosa y la contraria, y seguir siendo la misma persona. Ésa es la sensación que destilan los directos de El Niño de la Hipoteca. Como una crisálida dura, cínica, chispeante y macarra, presenta cada una de sus canciones, pero cuando coge la guitarra se metamorfosea en mariposa en sus letras de poeta romántico, melancólico y de una sensibilidad deliciosa.
Guiu Cortés, el Clark Kent en cuestión, presentó el pasado sábado su último trabajo en el Centro Cultural Manuel Benito Moliner de Huesca. Hablamos de ‘Esto no es un Disco Vol.1’ (El Niño de la Hipoteca Records, 2019), un ladrillo más en la consagración de un cantautor que empezó su carrera en 2009 y despegó en YouTube en 2011 con un mashup de 42 canciones que utilizaban la misma progresión de cuatro acordes. Esto le ha hecho conectar con un público primordialmente juvenil, al que ha enganchado definitivamente con sus letras de romántico canalla, tal como se pudo ver entre el público del sábado.
El concierto fue toda una compilación de estupendas canciones, interpretadas con una combinación entre el ritmo ska gamberro y la delicadeza sutil de su voz aguda, fina y dulce como pocas. Sólo armado de su guitarra española, de una banqueta que no llegó a usar y del micro armó un espectáculo adictivo que puso a todo el mundo a aplaudir desde el primer acorde. Tiene canciones totalmente coreables, como las más populares “A un palmo de la gloria”, “La Luz batida” de sus discos antiguos, o “Yonki” y “Cum Laude” de su último trabajo; pero el momento de la noche sin duda fue su tetralogía sobre el amor: “Mi novia de 2ºB” para el amor en la infancia, “Romeo y Julieta” su lectura del amor en la adolescencia, “El Porvenir” cantando al amor maduro, y “Mi último romance” para rendir homenaje al amor en la vejez o más bien a la misma parca. Y es que El Niño de la Hipoteca brilla especialmente en los momentos de mayor delicadeza y romanticismo.
Pero entre las canciones era harina de otro costal. Podía arrancar una risa al público con comentarios como “lo que Pablo Escobar hacía con la farlopa lo hace ahora Amancio con la ropa”. Su sentido del humor el llevó a criticar su adicción a la droga, algunas de sus canciones e incluso su incursión por YouTube. Esto le llevó a conectar con un público totalmente entregado que le iba pidiendo las canciones tras cada pausa.
El espectáculo se cerró precisamente al ritmo de una petición que hacía años que no tocaba: “No fumes marihuana”, con el posterior broche de oro con “Alquitrán y Carmín” una de las más celebradas. Pero sin salir del escenario, El Niño de la Hipoteca volvió para el bis de “Que te vaya bien” y el ya mencionado mashup de 42 canciones que se puede ver en YouTube, enlazando sin cambiar de acordes temas de artistas tan dispares como Mocedades, Nino Bravo, Loquillo, Amaral, Alaska, Luz Casal y un largo etcétera, demostrando una memoria prodigiosa. Pero aún volvió para interpretar un último tema de la noche a capella con la guitarra desenchufada: “No te irás jamás”. Este fue un buen resumen de la noche: música de calidad, buenas letras y momentos memorables.
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