El pasado 12 de abril se celebraba la segunda edición del Festival Ecolunar, esta vez en el Kafe Antzokia de Bilbao, con una propuesta que contaba con las actuaciones de los catalanes Cyan y los madrileños Sexy Zebras y Dinero, en los tres casos presentando sus nuevas propuestas musicales. Con una asistencia más que aceptable por parte de los amantes del indie-rock, esta segunda edición resultó acercarse más al rock por su contundencia y por su potencia desplegada a lo largo de las casi cuatro horas de festival.
La ardua tarea de comenzar la noche les fue asignada a Cyan que cumplieron con creces aportando un extenso repertorio repleto de matices que se movían desde el delicado pop-rock hasta el rock alternativo más intenso y complejo. Empezaron con el tema “Turistas Heridos” de su álbum “Historias Para No Romperse”, seguidos por “Philippe Petite”, “Síndrome de París” y “Aquitania” de su último trabajo “Delapso” que les aleja del pop convencional para acercarles a un rock más intuitivo y poliédrico. Tras hacernos bailar con “Mecanismos nocivos” de su segundo disco, nos sorprendieron con una versión de “La Leyenda del tiempo” de Camarón, en la que demostraron lo mucho que ha evolucionado este conjunto desde la publicación de su disco homónimo. Los siguientes temas pertenecieron también al último, “Un Colectivo de Raro Propósito”, “Ballet Mental”, lento pero muy emotivo, y “Belva” que sorprendió con la colaboración de Sean Marholm, cantante de Dinero. Finalizaron con “Te Deslizas” y “Sólo Es Una Herida” para poner punto y final a una brillante actuación.
Tras un breve descanso y puesta a punto en el escenario, llegó el turno de Sexy Zebras, que empieza a situarse como uno de los grupos emergentes del rock en castellano. Esta vez, el trío madrileño interpretó casi al completo su último trabajo “Volvamos a la selva”, trabajo mezclado por Joe Marlett (que ha trabajado con grupos como Blink 182 y Foo Fighters) en el que encontramos un sonido mucho más duro, crudo y distorsionado que en su anterior disco y que da un claro giro hacia el rock más internacional con tintes clásicos: riffs más potentes, ritmos pesados y melodías elaboradas sin dejar de ser pegadizas. Comenzaron con “Corofobia” que recordaba a los mismísimos Arctic Monkeys y siguieron con “Intocables”, “Libres” y “Vagabundos” tres enérgicos temas que hicieron que un puñado de fans que se situaban en primera fila se decidieran por animar al público a base de bailes y aplausos. Tras “3012” y “Hasta el Amanecer”, interpretaron el tema “Fuego”, el único de su primera obra “Nada más lejos de la Realidad”, y que fue también el primer single de la banda. Con “Caníbales” consiguieron que el público se pusiera a saltar una vez más, y con “Visitantes”, primer tema de su último disco, ponían la guinda a un concierto que solo se alargó con “TNT”, que con su riff blues-rockero inicial, nos recordaba al mítico grupo de Texas, ZZ Top.
Finalmente, pasadas las doce y media de la noche, llego el tan esperado plato final. Era el turno de Dinero.
El conjunto afincado en Madrid, demostró una vez más que cada día tienen algo nuevo con lo que sorprendernos y que su progresión y evolución, lejos de haber finalizado, sigue un patrón ascendente que dará mucho de lo que hablar.
Iniciaron su recital con “Purasangres” y “Dinamita”, las dos primeras de su último álbum “DNR”. Le siguió “El momento perfecto”, de su primer trabajo “Dinero”, uno de las canciones más conocidas del conjunto. Después vinieron “Cómo Cuándo Quién”, “Sobran las palabras” y “Nada”, antes de que permitieran al público tomar un poco de aire con la balada “Efecto Granada”, que para ser una balada, tenía una energía y potencia que era difícil de contener. Con “Difícil” y “Lo Mismo”, dos canciones de su segunda obra “Año Perro” lograron que los concurrentes se pusieran a saltar y bailar casi al unísono y cuando estaban casi exhaustos, interpretaron uno de los temas más conmovedores, “Autoafirmación”. Pasado el ecuador del concierto, los asistentes parecían no cansarse, y el trío decidió volver a descargar una avalancha de poder sobre los espectadores, todas de su álbum debut. “Vaya Panorama”, “Trastorno Bipolar” y “Saboreal” fueron unos de los momentos en los que el grupo se fusionó con el Kafe Antzokia, cosa que se notó especialmente en “Saboreal”, cuando Sean bajó a la parte baja de la sala, valga la redundancia, donde los fans corearon la canción a escasos centímetros del vocalista.
El concierto estaba llegando ya a su fin, y la agrupación decidió hacer un sprint final de cinco temas para terminar de descargarse: “Mentiras”, “Duelo de Titanes”, “Tiene que parar”, “En invierno” y “Parásito”.
La segunda edición del Festival Ecolunar había concluido, con un éxito rotundo en el que las tres bandas nos hicieron disfrutar de un espectáculo variado y supieron entretenernos durante más de tres horas y media en las que prácticamente perdimos la noción del tiempo.
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