El grado de fidelidad con el que Eef Barzelay acude a nuestro país es directamente proporcional al que le profesa el público español, que siempre estará preparado para recibir una nueva visita del líder y, esta vez (y casi siempre), único miembro de Clem Snide. “Cada vez que vengo, acudís porque sois gente que se hace preguntas, gente sensible”, bromea, pero no tanto, un histriónico y chispeante Barzelay en uno de sus hilarantes interludios entre canción y canción. Bromea, pero no tanto. Porque la anécdota y el chascarrillo se agradecen, pero en ningún momento sobrepasan en relevancia al torrente emocional y técnico de sus interpretaciones.
La excusa para esta visita es la edición de un nuevo disco de Clem Snide (“digamos que es un disco con canciones nuevas; bueno, es como un grandes éxitos de mis últimos tres años”), pero en realidad no hay setlist definido ni producto que vender. Lo que importa es llenar una hora de canciones y magia. Se escribe fácil, y no siempre se presencia algo así, pero con ciertos artistas rara vez deja de suceder. Suenan composiciones de discos publicados con sendos alias, antiguas, recientes, ‘Caroleena’, ‘Like Lightning’, ‘Thanksgiving Waves’, se cuela una canción escrita días antes y dedicada a las mujeres españolas de la noche, irrumpen ‘Fight Song Melodies’, la fabulosa ‘Nick Drake Tape’ (joya de ‘You Were a Diamond’, del ya lejano 1998)… “Hace veinte años todas las chicas con las que tenía relaciones tenían en común que estaban deprimidas. Ahora me doy cuenta de que quizá yo jugaba un papel muy importante en que eso sucediera”, admite Barzelay antes de arrancarse con ella. “Soy la única persona en el mundo nacida en Israel que es capaz de hacer esto”, presume antes de bordar la epatante ‘Jews For Jesus Blues’. Y antes de que nadie se dé cuenta ha pasado una hora, y el cierre con ‘Something Beautiful’ deja con ganas de más, y las dos rondas de bises, pese a que es lunes y ya ha pasado la medianoche, están más que justificadas. ‘Let’s Explode’ (de otro de los discos insignia de Clem Snide, ‘The Ghost Of Fashion’) y ‘With Al My Heart’ anteceden al broche final con una versión de ‘Casper the Friendly Ghost’, homenaje divertido pero sincero y pertinente a Daniel Johnston que termina en catarsis colectiva al grito de “Love lives forever”.
Quizá el amor no dura para siempre, pero algunos instantes sí. Llegarán modas, grupos, estilos, pasarán los años y algunos seguiremos acudiendo a la cita regular con el universo de Barzelay, seguramente con preguntas sin contestar, pero con la certeza de que volveremos a vivir otro momento para siempre.
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