Predicadores humildes
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Predicadores humildes

8 / 10
Gonzalo Arranz — 11-05-2022
Empresa — Last Tour
Fecha — 07 mayo, 2022
Sala — Sala BBK (Bilbao)
Fotografía — Tom Hagen

Egon Soda predica con letras complejas una forma concreta de ver el mundo. Una suerte de activismo musical de ecos literarios que pide a la gente que coree frases como “tu miedo es el valor de los demás”. Palabras crípticas que calan y entran suaves en la voz profunda y la dicción clara de Ricky Falkner. El grupo catalán inauguraba el ciclo que sirve como antesala al Bilbao BBK Live en la Sala BBK en “nuestro primer concierto con gente de pie en mucho tiempo”. Presentaron el disco “Bellaurora” con su habitual precisión serena, casi calcando el sonido del LP en el directo. Les precedieron Edu Errea Band con su inconfundible gusto por la americana, guiada por la voz melosa de Edu. El grupo navarro dejo un gran poso de country folk reflexivo que se puede disfrutar en sus dos discos publicados: “Just a Dream” y “Travelling”.

El contraprogramadísimo show (se notó en la asistencia) comenzaba con “La canción de todas las canciones”, tema épico de título grandilocuente que rezuma humildad: “no sé si seré capaz de hacer la canción de todas las canciones”. “Un grupo pequeño, una sala grande y un público enorme”, resumía Falkner antes de atacar “Todo lo que sangre” y “La recuperación” con la clase que constata la productiva trayectoria de todos los músicos. Le sobra oficio a esta banda que se permite ensayar poco y que fía todo a que la cosa fluya en la magia del directo. Se meten, además, en todos los charcos, se llamen funk o soul, y salen con las botas relucientes. Prueba de ello fueron “Aves de Presa”, “la canción más para bailar que tenemos”, y la delicada “Ortigas en tu nombre”. Sonaron antes que “El Corazón de un mundo sin corazón”, en la que Falkner demostró con un falsete impecable que no vive solo de ese característico timbre rasgado, y la animada “Milongas”, que voló alto sustentada en su gran estribillo.

Las letras políticas son parte del compromiso y la visión de Egon Soda. Por qué no compartir una “Nueva Internacional” que clama “arriba los de abajo”. Una fina letra (otra más) de Ferrán Pontón que conviene pararse a escuchar. “Escapula” sedujo como se esperaba, dando abrigo a un público que se dejaba acurrucar y casi pedía cinco minutitos más. “¡Qué temazo, chaval!”, confirmaba alguno con sonrisa imborrable.

“Como si los pianos se afinaran solos” fue una excursión por un paisaje musical variado, ideal para que la banda se gustase en la recta final pertrechada en el conjunto de percusión y teclados en el que sobresalía el disfrute y la energía de Charly Bautista. Cerró el show la íntima y preciosa “El Bellaurora”, que dejó resonar algún mensaje de impacto más: “como querrás a los demás si no te quieres nada por dentro”. Egon Soda dejaba una impronta especial y pidió un último deseo, que los asistentes expandiésemos la palabra. He aquí, pues, un relato de lo ocurrido.

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