Es bueno recalcar las virtudes de un festival que nació hace veintiún años por si alguien aún no las conoce. Porque festivales hay muchos, eso para empezar. Y tiene que ver mucho con cómo son las personas que organizan los eventos. En el caso de l@s miembros de la Asociación Rafael Izquierdo de Miranda de Ebro, tras dos décadas tratando con ellos podemos destacar su generosidad (con su pueblo, los artistas y el público) y su amor por la música. Su trabajo y dedicación ahí están, es tan sencillo como revisar los carteles de todas las ediciones celebradas y preguntar por la experiencia a los miles de asistentes que han pasado por Miranda en todos estos años.
De cara a una fecha tan señalada, “la edición más compleja” en palabras de Ramiro Molinero, director del festival, la organización decidió presentar un amplio cartel sorpresa sin dar a conocer el nombre de ningún grupo o artista. El público fiel aceptó el reto, la seducción no desaparecía, y respondió a la venta de abonos como en ningún otro año. Todas las entradas se terminaron con un mes de antelación.
El efecto sorpresa posiblemente haya sido menor del esperado. Las quinielas que hicimos con los emoticonos publicados junto a los horarios nos hicieron soñar por todo lo alto. Divertido, mucho. No conocer a los artistas hasta el mismo instante de enchufar los instrumentos, un puntazo que será recordado mucho tiempo.
El sábado noche fue el momento elegido para escenificar el cumpleaños feliz de Ebrovisión con los miembros de la asociación sobre el escenario. Un momento muy especial que sirvió para anunciar los cambios que la cita mirandesa presentará a partir de su siguiente edición (31 de agosto - 3 de septiembre). Para empezar, un cambio de recinto. Los primeros abonos ya están a la venta.
Jueves 1 de septiembre
El temido mes de septiembre comenzó y el público del norte pudo regresar al pabellón multifuncional de Bayas. El síndrome postvacacional se lleva mejor con Ebrovisión en el calendario. Superada la media tarde, Jordana B abrieron el escenario La Salve. Destacar que el festival no se olvida del público joven que también quiere disfrutar de la música en directo. Hacer convivir propuestas más actuales con otras ya clásicas es necesario para que exista un relevo generacional. En ese sentido, el pop de Morreo (“Fiesta Nacional” es su disco debut) también tuvo cabida en el programa de “calentamiento”.
Metido el sol, la parrilla nocturna se puso en marcha con los norteamericanos Night Beats que en un breve show presentaron las canciones de su quinto disco. Sesión de garage con algo de psicodelia, ingredientes que no suelen faltar en Ebrovisión. Tampoco podía faltar una propuesta de formación más o menos reciente. El sonido de los murcianos Arde Bogotá apunta hacia el pop-rock de tintes épicos y por lo visto entre el público ya cuenta con entregados seguidores.
Cristina Martínez de El Columpio Asesino
La elección de la banda que cierra una jornada siempre es importante. El gusto con el que el personal se retira hasta el día siguiente, si es bueno, es un punto ganado para la organización. Así que no contando con Delorean o WAS, una elección no difícil era la de El Columpio Asesino. Y los navarros no defraudaron. Cristina Martínez como voz principal se ha convertido en una sensacional timonel para la formación que crearon los hermanos Arizaleta a finales del siglo pasado. Oscuridad altamente inflamable para terminar en Berlín bailando hasta el amanecer.
Viernes 2 de septiembre
El viernes hubo programa de día (Bicho Humano, Embusteros, The Parrots, Biznaga, Camellos…), algo que se agradece siempre. Conocer la población donde se realiza un festival es recomendable, enriquece y sienta bien. Otro tema es poder completar el día más la noche, esa tarea a cierta edad ya no resulta nada fácil. Con lo que volvimos a decantarnos por la parte que se celebra en el pabellón multifuncional. Amaro Ferreiro no quiso viajar solo a Miranda, aunque sí presentó en solitario varias de sus canciones. Hasta el momento en que se produjo una de las primeras sorpresas de esta edición. Su hermano Iván salió a escena -escenario La Salve- y provocó el calentón del público. Tres temas, uno de ellos de Los Piratas,
Ya en el recinto interior, la segunda jornada subió enteros con Triángulo de Amor Bizarro. El cuarteto gallego publicó su primer trabajo hace quince años y empieza a ser uno de esos combos veteranos que podemos encontrar en los festivales. Siempre directos y ruidosos, sin olvidarse del pop, Isa agradeció la atención del público con un “encantados de achicharraros la cabeza”.
Reseñar que los cambios entre actuaciones se produjeron con rapidez y fue muy de agradecer. Así que tras el noise de TAB, seis músicos subieron al escenario para firmar una de los más completos shows de todo el cartel. Morgan con Carolina de Juan al frente demostraron que son gigantes y que algún día serán protagonistas en grandes estadios.
Lori Meyers
A lo largo de los años por Miranda han pasado los nombres más populares del indie patrio. Seguramente, varios de ellos ya no podrían actuar en un recinto para cuatro mil personas. El detalle de Lori Meyers con Ebrovisión fue de aplaudir. Los granadinos realizaron un breve set en acústico agradeciendo así la oportunidad que veinte años atrás les dio la asociación Rafael Izquierdo. El público disfrutó y coreó los hits y Noni terminó bailando su flamenco particular.
En 2018 cuatro jovencísimos chavales de Madrid presentaron sus credenciales en el mismo pabellón burgalés. Aquellos Carolina Durante era una de las bandas que podía liarla bien en este 2022, no había duda en las quinielas. Y el guión no falló. Bolazo hasta que el cantante ya no podía con su alma y Martín Barreiro (no faltó) subió al escenario para apoyar en “Cayetano”.
Ladilla Rusa fueron los elegidos para cerrar la segunda noche. Me cuentan que la parroquia disfrutó. Algunos nos retiramos antes del circo ruso.
Sábado 3 de septiembre.
De nuevo la programación de día animó las calles de la localidad castellana. Javier Vielba (Arizona Baby, Corizonas) en el Ebropeque, el artesano Germán Salto y Enric Montefusco estuvieron en La Fábrica de Tornillos. La plaza de España albergó la comida popular ya mítica, amenizada por los djs Blutaski y Brummel, y las actuaciones vespertinas de Mi Buenaventura y Los Bengala.
De vuelta al multifuncional, la tercera jornada contó con los canarios Gaf y La Estrella de la Muerte y los gallegos Bifannah. A las 21:00 una banda que formó parte de la primera edición tomó el control del escenario principal y reivindicó la madurez del pop noventero. La Habitación Roja ha sabido envejecer con mucha clase. Sonaron clásicos modernos y pusieron la guinda con la colaboración de Deu Txakartegi (WAS). El músico vasco interpretó su “On the floor” junto a los valencianos. Lujo.
Jorge Martí de La Habitación Roja
La buena pinta que tenía la velada se confirmó cuando Rufus T. Firefly tomaron el relevo e hicieron gala de todo su talento. ¿Conoces a alguien que hable mal de los de Aranjuez? Difícil. Anni B Sweet apareció para cantar una canción junto a Víctor Cabezuelo como ya lo hicieron en Sonorama. Recinto lleno y bien a gusto.
En las apuestas también aparecía el nombre deÁngel Stanich. El pucelano se ha convertido en un valor seguro, así lo atestiguan su cada vez mayor número de seguidores. Banda sensacional y repertorio para hacer vibrar a los asistentes. Salieron primero Javier Vielba y más tarde Germán Salto a marcarse unos buenos ritmos junto a los protagonistas.
Muy posiblemente, si preguntásemos un nombre asociado a Ebrovisión a cualquier mirandesa o mirandés, en un porcentaje muy alto te dirían Sidonie. La historia del festival está unida a la del grupo barcelonés, no cabe duda. La fiesta de cumpleaños contaba con todos los ingredientes para alcanzar el clímax. Lástima que, en esta ocasión, el directo resultase irregular, algo intermitente. “Pesado y estúpido”, el tema nuevo que presentaron (adelanto de lo que será su nuevo álbum en 2023), tampoco ayudó. No faltaron colaboraciones de Deu, “el puto amo de Bilbao” en palabras de Marc Ros, Jorge Martí (LHR) y Stanich. Por ese lado, todo bien.
Buena parte del respetable se retiró tras el concierto de Sidonie. Llegaba el momento de concluir la velada y no pareció mala elección la de Serial Killerz, dúo formado por el DJ Joe Cabana y el batería Jonathan Arriola. Hits a porrillo (ACDC, Ramones…) y viva la fiesta.
El domingo a mediodía, el veterano rockero Santi Campillo (MClan, Rebeldes, Revolver…) completó el 20 aniversario actuando en el escenario Diario de Burgos situado en una céntrica calle de Miranda. Fin.
Felicitaciones a la organización de un festival que enamora toque quien toque.
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