Reunión de clásicos
ConciertosDownload Festival España

Reunión de clásicos

8 / 10
Gonzalo Rodríguez — 02-07-2018
Empresa — Live Nation España S.A.U.
Fecha — 28 julio, 2018
Sala — Explanada de la Caja Mágica, Madrid
Fotografía — Ruben G. Herrera

El 28, 29 y 30 de junio llegaba una nueva edición a Madrid, segunda en nuestro país, del festival Download. Una edición que traía grandes nombres y grandes incógnitas como ¿en qué estado se presentaría Marilyn Manson? ¿Están a la altura Avenged Sevenfold para ser cabezas de cartel? ¿Axl y los suyos llegarán al nivel de su concierto en Madrid del año pasado? ¿Rob Halford seguirá siendo el Dios del Metal? ¿Será la última vez que veamos sobre un escenario a Ozzy?.

Jueves 28

La primera jornada de festival arrancaba con sol, calor y mal olor, muy mal olor que se sufriría durante todo el festival. Entrando en lo musical, sin duda uno de los platos fuertes del día era el reverendo Marilyn Manson. Un Manson que lleva años intentando mantenerse a flote con discos irregulares y apariciones escénicas que dejan mucho que desear, por lo que la atención se centraba más en cómo saltaría al escenario que en su actual propuesta musical; y salió con ganas, con dos temazos como son Irresponsible Hate Anthem y Angel With the Scabbed Wings de su más aclamada obra, Antichrist Superstar (Nothing Records, 1996), pero con un sonido al que le faltaba fuerza (sobre todo en la guitarra) y un Manson al que le costaba llegar a muchos registros y cuya presencia escénica se basó en deambular y tirarse por el escenario. Todo esto marcó un concierto que no quedará para el recuerdo. A nivel de setlist repasó temas de sus mejores épocas como The Dope Show o Disposible Teens, y por supuesto producciones más recientes como Kill4Me o Say10 de su reciente Heaven Upside Down (Loma Vista Recordings, 2017); tampoco podía faltar su famosa versión del Sweet Dreams de Eurythmics. Para acabar y como ejercicio de nostalgia, los bises Antichrist Superstar y The Beautiful People fueron la mejor parte de un concierto que pasó con más pena que gloria.

Los americanos Avenged Sevenfold eran el gran reclamo del jueves, y aunque las dudas rondaban el ambiente de si estaban a la altura de encabezar un festival del tamaño del Download, M. Shadows y compañía demostraron tener un espectáculo digno de encabezar cualquier evento de grandes proporciones. Su tirón entre el público más joven es innegable y así lo cercioraron las miles de personas que allí se juntaron para ver un potente show lleno de pirotecnia. The Stage abrió un concierto en el que hicieron un recorrido bastante completo por toda su discografía, incidiendo sobre todo en Nightmare; So Far Away sirvió de balada y homenaje a The Rev, su batería muerto hace casi diez años. Bat Country y sobre todo Shepherd of Fire incendiaron a un público a base heavy metal y columnas de fuego que emergían de todas las esquinas del gigantesco escenario. Los americanos se encontraban cómodos sobre el escenario, algo que hizo que se saltaran el guión para alegría de sus fans y decidieran alargar su set con la inclusión de A Little Piece of Heaven. El final con Unholy Confessions fue otra demostración de fuego y poderío heavy. Tienen carisma, una enorme base de fans y un show a la altura de los grandes.

Avenged Sevenfold

Avenged Sevenfold

Uno de los momentos más especiales de este Download era poder asistir a la vuelta, por fin, de A Perfect Circle, ya que la banda de Maynar James Keenan no es un grupo fácil de ver, la verdad. Sin embargo, la lluvia que apareció al final del concierto de Avenged Sevenfold no auguraba nada bueno. La banda, que ya había empezado retrasada por culpa de los cabezas de cartel, empezaba a tocar pero un problema técnico hacía que no se escuchara nada por los altavoces. El problema se alargó 25 minutos en los que la confusión por parte del público y el grupo era evidente. Quizás fue el lado oscuro de la fuerza, ya que Darth Vader, guitarra al cuello, y su ejército imperial se apoderaban del escenario 4 con sus Galactic Empire, para versionar piezas clásicas de la banda sonora de Star Wars. El caso es que a la 1.25 de la noche se recuperó el sonido y A Perfect Circle arrancaron de nuevo con The Hollow. Y a pesar de los problemas técnicos y sus escasos 35 minutos de concierto (algo inexplicable, después de un problema así, deberían haberlos dejado tocar su set previsto) pudimos ver en los americanos el mejor concierto del día y curiosamente el mejor sonido también. La mencionada The Hollow y Thomas de su debut Mer de Noms (Virgin Records, 2002) pusieron los pelos de punta con un Maynard en estado de gracia; sin olvidarnos claro está, de la otra mente pensante detrás de A Perfect Circle, Billy Howerdel. Temas nuevos como Disillusioned, The Contrarian o The Doomed de su reciente Eat The Elephant (BMG, 2018) sonaron increíbles, con un sonido cristalino y la magnética voz de Maynard apoderándose de todos los allí presentes. El potente final con The Outsider dejó a todo el mundo extasiado, pero con la agridulce sensación de haber asistido a algo tan especial sólo a medias. Posiblemente si no fuera por los problemas técnicos acontecidos estaríamos hablando de uno de los mejores conciertos de todo el festival.

 

Viernes 29

Empezábamos la segunda jornada de festival con los grandes rockeros Clutch. Pudimos ver un duro enfrentamiento entre el sol de justicia que dominaba el Main Stage 2 y Neil Fallon, que por supuesto, ganó Fallon con su siempre imponente voz y presencia. En septiembre volverán con una nueva entrega de estudio llamada Book of Bad Decisions, de la cual pudimos escuchar sus dos singles de adelanto Gimme the Keys y How to Shake Hands,  y dos nuevas composiciones aun no publicadas. No faltaron clásicos recientes como Earth Rocker o Firebirds! de su último Psychic Warfare.  La inmensa Electric Worry puso a todo el mundo a corear su grandioso estribillo “Vámonos, vámonos”, mientras que The Mob Goes Wild puso un electrizante final a un conciertazo en el que Clutch derrocharon actitud y energía como suele ser habitual en los de Maryland.

Clutch

Clutch

Y llegaba el momento, un tanque lanzando cañonazos con el logo de Guns N´Roses anticipaba la salida al escenario del gran cabeza de cartel de este Download, o lo que es lo mismo: Axl Rose, Slash y Duff McKagan. A estas alturas poco se puede decir ya de una de las giras más comentada, más controvertida y por supuesto, más rentable de la historia de la música rock. Sólo hacía un año desde que los californianos nos visitaron, agotando todas las localidades del antiguo Vicente Calderón y dando un concierto inolvidable. Era el momento de ver si seguirían al mismo nivel; el planteamiento del  concierto sería prácticamente el mismo, más de tres horas de show haciendo un extenso repaso a su discografía y múltiples versiones, aunque algunas de ellas ya se les pueden considerar como propias. Mucha gente se quejó de esta duración y de tanta versión, y llega a ser comprensible, me parece que por ejemplo la versión del Black Hole Sun de Soundgarden es totalmente innecesaria, pero al final la sensación es que esas más de tres horas son la celebración por todo lo alto de una de las más grandes bandas de rock de la historia.

Con un inicio fulgurante, It's So Easy, Mr.Brownstone, y sobre todo Welcome to the Jungle pusieron a corear a todas las miles de personas. El setlist fue muy similar al de su anterior visita, pero incluyeron Slither de la que fuera la banda de Slash, Velvet Revolver,  también sonó Used to Love Her y una espectacular y recién estrenada Shadow of Your Love. El trío marcado con Civil War, Yesterdays y Coma fue maravilloso al igual que una brutal You Could Be Mine. Los grandes clásicos no fallaron, y Sweet Child O'Mine fue cantado al unísono por todas las almas allí reunidas. November Rain fue otro de los momentos más espectaculares, con Axl al piano, Slash marcándose el épico solo y una lluvia de chispas llenando el gigantesco escenario. Los bises empezaron de manera relajada, con una bonita Patience, la siempre emotiva Don't Cry, su versión del The Seeker de The Who, y como broche final la gloriosa Paradise City, que en su punto álgido estalló en una nube de confeti, y fuego artificiales que llevaron al público al éxtasis, mientras toda la banda lo daba absolutamente todo para dejarnos con un apoteósico final.

Guns N' Roses

Guns N' Roses

Está claro que a Axl no es el de antes y a veces le cuesta mucho llegar a sus mejores registros, pero su actuación fue de menos a más, se le vio con ganas e interactuando mucho con sus compañeros, apoyado por un incombustible y magnifico Duff y sobre todo por un espectacular Slash, que lleva el peso de todo el show y que con su sola presencia llena todo el enorme escenario. Un show que, como decía antes, es toda una celebración del rock.

Aún con el subidón del final de G'N'R, Parkway Drive empezaban, y de qué manera, en el Main Stage 2. Los australianos en una hora de concierto realizaron una demostración absoluta de fuerza y músculo. Empezaron a por todas, con Wishing Wells y Prey de su reciente y contundente nuevo disco Reverence (Epitaph Records, 2018), que se aleja del metalcore para beber de discos como el Black Album (Elektra Records, 1991) de Metallica. Con un carismático frontman y entusiasmado por la respuesta de un público que lo estaba dando todo, consiguieron cerrar de la manera más espectacular, con todo el mundo manos arriba y saltando sin parar. Directo demoledor y uno de los conciertos que mejor sonaron de todo el festival.

 

Sábado 30

Con cansancio ya acumulado, encarábamos una última y prometedora jornada del Download. Los primeros serían The Hellacopters, uno de los grandes estandartes del rock europeo. Menuda lección nos dieron los suecos de cómo se debe rockear. Comandados por un espléndido Nicke Andersson y secundado por un eufórico Dregen, fueron soltando hit tras hit, logrando que su escasa hora de concierto fuera una auténtica fiesta de  rock'n'roll. Mientras en el Main Stage 1, los daneses Volbeat tomaban el escenario. Con sus habituales guiños a Jonhy Cash hicieron repaso a su última obra Seal The Deal & Let's Boogie (Universal, 2016), acordándose también del recién fallecido batería Vinnie Paul de los eternos Pantera en Goodbye Forever. Y aunque normalmente la banda liderada por Michael Poulsen suelen ser garantía de diversión, noté ausencia de ritmo y un sonido al que le faltaba potencia.  Mientras en el Stage 3, los americanos In This Moment hacían un auténtico despliegue visual con Maria Brink al frente y que curiosamente en uno de los temas de su último disco, en concreto Black Wedding colabora Rob Halford, que al mismo tiempo estaba dando una demostración de poderío vocal en el Main Stage 2.

Uno de los momentos más esperados del festival era sin duda la vuelta a nuestros escenarios de una de las leyendas del heavy metal, los ingleses Judas Priest. Con una grandilocuente puesta en escena llena de acero, fuego y cuero, Rob Halford hacía acto de presencia para demostrar que a sus 66 años sigue siendo una de las grandes voces del heavy metal. Había muchas ganas de volver a verlos, y quedó de manifiesto al ver que el Main Stage 2 se les quedaba pequeño de toda la gente que allí se había congregado para rendir pleitesía a los "Metal Gods"Presentaron temas nuevos de su brillante nuevo disco Firepower (Sony BMG, 2018), aunque lo que la gente esperaba eran los grandes clásicos, como Turbo Lover que fue de las primeras en encender a un público entregado, que vibró al ver salir al escenario a un Halford con fusta y montado en moto, para interpretar Hell Bent For Leather. Painkiller arrolló literalmente antes de pasar a los bises. Y con estos llegó el momento más emotivo del concierto, ya que salía a escena un Glenn Tipton que debido a su enfermedad ya no puede afrontar un concierto completo. Metal Gods, Breaking the Law y Living After Midnight sumado a la presencia de Tipton consiguieron el delirio colectivo gracias a dos palabras que nunca morirán: Heavy Metal.

Judas Priest

Judas Priest

¿Y que nos esperaba después de haber visto al "Metal God"? Pues nada más y nada menos que al "Godfather of Heavy Metal" y una gigantesca cruz en el Main Stage 1 era buena prueba de ello. Ozzy Osbourne era el cabeza de cartel indiscutible del sábado, y venía con su (supuestamente) última gira, No More Tours II, para despedirse finalmente de los escenarios. Poco se puede decir ya de uno de los padres de todo esto, hace casi cincueta años que él con sus Black Sabbath cambiaron la historia de la música e inventaron el heavy metal, por lo que la expectación ante este concierto y esta gira de despedida no podía ser más elevada.

Tras un vídeo resumen bastante significativo de toda su carrera hacía acto de presencia "The Madman" con su imborrable sonrisa de loco y flanqueado por Adam Wakeman a los teclados, Blasko al bajo, Tommy Clufetos a la batería y esa bestia llamada Zakk Wylde a la guitarra. El riff inicial de Bark at the Moon hizo aullar de felicidad a las miles de personas, iniciando un tremendo recorrido por la mejor parte de su discografía con auténticos clásicos ochenteros como Mr. Crowley, Suicide Solution o I Don't Know. Por supuesto no podían faltar temas de Black Sabbath, y sonaron Fairies Wear Boots y War Pigs con un interminable solo de guitarra de Zakk Wylde, seguido de un medley instrumental y un solo de batería que sirvieron para que el bueno de Ozzy cogiera fuerzas para encarar la parte final del concierto. Shot in the Dark y sobre todo Crazy Train, enloquecieron a un público totalmente entregado al Príncipe de las Tinieblas. Para los bises volvió con una bonita Mama, I'm Coming Home con todo el público tarareando y cantando “Cause mama, mama, I'm coming home…”. El final con una alargada Paranoid desató la locura y nos despidió de un inmortal Ozzy Osbourne de la mejor manera posible. Es increíble ver como después de tantos años de locuras y excesos, a sus 69 años siga saliendo cada noche a cantar y animar a sus miles de fans. Gracias Ozzy, te lo debemos todo.

Esta nueva edición ha vuelto a ser un éxito de público, y así lo ha confirmado la organización con un total de 10.5000 asistentes durante los tres días de festival. También confirman que ya están trabajando en la edición del 2019, pero plantean dudas sobre si se volverá a hacer en La Caja Mágica e incluso van más allá y se plantea la posibilidad de que no sea Madrid. Estaremos atentos y veremos qué pasa en el futuro, pero de momento nos guardaremos los buenos recuerdos de esta edición.

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