Sábado 24
El último día de festival prometía grandes conciertos con nombres muy interesantes tanto a nivel internacional como nacional por lo que entremos directamente en materia. Abrían esta tercera y última jornada de festival los madrileños Trono de Sangre en el Stage 4. Tal como nos contaron hace poco en una entrevista, las ganas que tenían por tocar en un festival de este nivel eran muy altas y así lo demostraron, saliendo con todo y a por todas. En su media hora de actuación se les vio rebosantes de garra y energía, comiéndose el escenario y dándolo todo en cada nota, con unos Fer y David que se dejaban la vida en cada grito que soltaban. Temas nuevos de su reciente EP “El perro bajo la piel” (17) como “Los Restos del Naufragio” o “Accidente” sonaron afilados y con una fuerza increíble. 30 minutos que se hicieron cortos y que acabaron con ovación totalmente merecida de todos los allí presentes. En el mismo escenario ya con el sol dando un respiro pudimos ver a los barceloneses Syberia, una de las bandas de rock y metal instrumental con más proyección del país, como así lo demuestra su reciente fichaje por el prestigioso sello Metal Blade Records. Durante 35 minutos las hipnóticas melodías y progresiones de “Drawing a Future” (12) y “Resiliency” (16) inundaron el escenario e hicieron disfrutar enormemente a un buen número de seguidores allí reunidos.
Ministry Foto: Mariano Regidor
Que un tipo como Al Jourgensen siga vivo a día de hoy es difícil de creer, aunque viendo el brutal concierto que nos tenía preparado Ministry, puedo asegurar que Uncle Al está más vivo que nunca. A las 22.25 saltaban al Main Stage 2 cinco soldados musicales, liderados por esa especie de vampiro con rastas venido de un fututo post-apocalíptico que es Jourgensen, con la firme intención de volarnos la cabeza a cada una de las miles de personas que abarrotaban el Main Stage 2. “Filth Pig” (para mí sorpresa) sería la encargada de abrir la orgía de metal industrial de unos Ministry que están en plena forma, destacando como siempre a la guitarra la mano derecha de Al, Sin Quirin. Repaso a todas sus épocas, incluyendo un tema nuevo llamado “Antifa”, y dejando para el final el combo “N.W.O”/“Just One Fix”/“Thieves”/“So What” que convertirían el Main Stage 2 en una frenética rave de guitarras pesadas y bases industriales. Una locura. ¿Y qué sucede cuando justo después de ver a Ministry te vas al Stage 4 a ver a Wormed? Pues que tú mente colapsa y todos tus sentidos quedan atrapados en la espiral de death metal alienígena que Wormed desata cada vez que se sube a un escenario. La complejidad de “Exodromos” (13) o de su aclamado y más reciente “Krighsu” (16) se magnifica en directo e intrincadas composiciones como “Pseudo-Horizon” o “Techkinox Wormhole” te hacen un nudo en el cerebro. La técnica y precisión de estos cuatro madrileños (aunque esto lo dudo, no pueden ser de este mundo) es apabullante y cada concierto suyo es una demostración absoluta de brutalidad en estado puro.
Cerca de la medianoche el Stage 4 ya estaba repleto de gorras con la visera para arriba y con la palabra “SUICIDAL” en ella, indicador de que las leyendas del crossover Suicidal Tendencies estaban a punto de saltar al escenario. Y saltaron como ya es habitual con la legendaria “You Can´t Bring Me Down” calentando al personal desde el primer momento. Es asombroso ver como el incombustible Mike Muir a sus 54 años sigue devorándose el escenario noche tras noche, esta vez con una formación en la que destaca ese dios de la batería llamado Dave Lombardo. Cada concierto de los californianos es una fiesta en mayúsculas llena de saltos, pogos y circle pits al ritmo de himnos callejeros como “War Inside My Head”, “Possessed to Skate” o “Pledge Your Allegiance”. Fin de fiesta inmejorable. Gonzalo Rodríguez
Lo de Cobra es ROCK, escrito así, en mayúsculas. Rock de riffs gruesos y poderosos, heredero de Soundgarden o Kyuss por momentos. Rock de voz desgarrada, de actitud impecable y construido sobre una de las mejores bases rítmicas que se pueden encontrar hoy en día en este país, a manos de Ekain Elorza (Dinero/Morgan) y David González (Berri Txarrak). Un diez para ellos. Por otra parte el calor jugó una mala pasada a los islandeses Sólstafir. Eso y el mal sonido. Su post-metal de aires épicos cargado de desarrollos instrumentales atmosféricos quedó algo deslucido en una actuación irregular basada en su último trabajo “Berdreyminn”, una actuación que desgraciadamente no hizo justicia a un disco más que destacable.
Deafheaven Foto: Rubén G. Herrera
Puede que la relectura del Black Metal en clave moderna con coartada hipster que ofrecen Deafheaven suene a sacrilegio (nótese la ironía) para los puristas del género, pero hay que reconocer que la fórmula funciona en directo a la perfección. Uno pensaría que la intención de los neoyorkinos es la de poner a prueba la capacidad de resistencia de los tímpanos del personal (esa animalada titulada “Sunbather” como claro ejemplo), y salen airosos en su propuesta, tanto cuando juegan a ser Dark Throne con sus descargas de chillidos a una velocidad de vértigo como cuando apuestan por Mogwai con sus desarrollos ambientales de carácter postrockero.
Kvelertak Foto: Mariano Regidor
Cada vez más alejados de los sonidos más cercanos al punk de sus inicios y con un progresivo acercamiento al hardrock con cada nuevo disco, los vikingos noruegos Kvelertak ofrecieron un concierto dentro de la corrección y el buen hacer. A estas alturas estamos ante una banda con tablas de sobra para defender en directo un cancionero que bebe tanto de Turbonegro como de clásicos ochenteros de pelo cardado y mallas de colores (en directo 1985 suena directamente a Van Halen), pero que en Download no llegó ni de lejos a las expectativas depositadas en ellos.
In Flames Foto: Rubén G. Herrera
In Flames son una apuesta segura en cualquier evento que se precie relacionado con el metal y las diversas manifestaciones de música extrema que de él se derivan. Nombre imprescindible dentro del mejor metal surgido en los 90 y auténticos reyes en la siempre fértil escena sueca, ofrecieron un concierto impecable, a volumen atronador y con un sonido espectacular, haciendo gala de una exquisitez técnica con influencias progresivas y una contundencia y veteranía que confirmaron el excelente estado de forma en el que se mantienen con el paso de los años.
Prophets Of Rage Foto: Mariano Regidor
Con ruido de sirenas de fondo, iconografía maoísta y los puños en alto se presentaron por primera vez en España Prophets Of Rage, la superbanda formada por tres cuartas partes de los muy añorados Rage Against The Machine, Dj Lord de Public Enemy y dos frontman de auténtico lujo: Chuck D de Public Enemy y B Real de Cypress Hill. Con semejante plantel de pesos pesados sobre el escenario las expectativas eran muy altas, y como carta de presentación del proyecto (el disco no verá la luz hasta septiembre) nos ofrecieron una colección de canciones que con el paso de los años se han convertido en himnos. En noventa minutos de consignas revolucionarias a ritmo de un repertorio consistente en lo más selecto del cancionero de las citadas bandas, Prophets Of Rage convirtieron su concierto en lo que cualquier fan de cualquiera de esas bandas podría desear: una auténtica fiesta en la que clásicos de Rage Against The Machine como “Bombtrack”, “Bullet In Your Head”, “How Could I Just Kill A Man” o “Take The Power Back” se mezclaron con joyas selectas de Public enemy y Cypress Hill (“Fight The Power” o “Bring The Noise” de los primeros e “Insane In The Brain” de los segundos siendo los momentos álgidos de la “sección hip hop” del concierto). Por el camino, homenaje a Soundgarden en forma de karaoke masivo y guiños a House Of Pain para terminar con la inevitable “Killin' In The Name Of” bajo la consigna de que “en tiempos peligrosos necesitamos canciones peligrosas”, dejándonos a todos con una sonrisa de oreja a oreja y ganas de ver cómo defienden en un futuro un repertorio basado en temas propios: si suenan como sonó “Unfuck The World” (uno de los avances del disco), podemos esperar lo mejor.
NOFX Foto: Mariano Regidor
A NOFX o los amas o los odias. Son más de treinta años ya los que llevan inmersos en una adolescencia eterna danzando por los escenarios a ritmo de punkrock melódico acelerado y canalla, y a Fat Mike y a los suyos se les sigue viendo igual de caóticos, divertidos y juerguistas que siempre, ya sea repasando su último (y notable) disco “First Ditch Effort” (“Six Years On Dope”, “I Don't Like Me Anymore” o “I'm So Sorry Tony”) o revisitando clásicos de su más que dilatada discografía (“Bob”, “Linoleum”, o una “Murder The Government” dedicada para la ocasión, como no podía ser de otra manera, a Donald Trump). Desafinan, se equivocan y suenan escacharrados, y aún y así son capaces de ofrecer uno de los mejores conciertos del festival a base únicamente de punk y ganas de fiesta. Ricky Lavado
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